El coche volador de Scaramanga existía de verdad y sus creadores Henry Smolinski y Hal Blake habían sido contratados para usarlo en la película. Por desgracia, poco antes de empezar su parte del rodaje ambos fallecieron en un accidente mientras probaban el coche, que por supuesto quedó destruído, así que lo que vemos en la película es una copia del mismo mientras corre por tierra y una maqueta mientras vuela.
Para rodar el asesinato de Andrea y el consiguiente encuentro entre Bond y Scaramanga, se organizó en el estadio Rajadamnern, la meca del Muay Thai, un evento de nueve horas (9:00-18:00) con cuatro combates, un concierto de pop y varios sorteos. 6.000 personas llenaron el estadio. El rodaje resultó allí resultó un poco complicado debido al tremendo calor, pero se sacó adelante,
En Phuket, por entonces, no había hoteles, y el equipo tuvo que hospedarse en un burdel previamente alquilado para que no se usara como tal y ligeramente remozado para acoger al equipo. Las instalaciones eran tan modestas que, según Roger Moore ¨[...]incluía un lavamanos de 15 centímetros de ancho, y un cuadrado en el centro que era el váter. Encima de ese cuadrado se encontraba la ducha y, junto a ella, un cubo que tenías que llenar de agua para tirar de la cadena. En broma, le dije a Cubby que yo era capaz de agacharme sobre aquel agujero, lavarme los dientes, ducharme y afeitarme, todo al mismo tiempo”, a lo que Cubby contestó que él no solo hacía todo eso, sino que se metía una fregona en el culo y le daba para ir limpiando el retrete.
Cubby Broccoli se opuso en principio a que Britt Ekland fuera la actriz principal, quejándose de que era “un palo”. Para convencerle, le enseñaron las escenas en que la actriz sale desnuda en ¨El hombre de mimbre”. Lo malo es que para esa película utilizaron un doble de cuerpo de Ekland, ya que ésta estaba embarazada. Por entonces a Cubby ya se la habían colado.
John Barry consideraba la banda sonora de esta película como el peor trabajo de su carrera.
Convencer a un director de fotografía del calibre de Oswald Morris a hacer de suplente tras la baja por enfermedad de Ted Moore le costó a Cubby Broccoli dos negativas y tener que organizar una cena en la que incluso se trajo expresamente de Asia a Guy Hamilton cuando debía estar disfrutando de unos días libres. Morris se vio abrumado por lo mucho que lo necesitaban y aceptó.
La pistola de oro fue diseñada por Peter Lamont o bien por John Stears. Aunque las partes eran en efecto de las empresas Colibri y Waterman, no se usaron para la película: eran copias autorizadas fabricadas en una fundición de metales preciosos llamada Rose, en Londres. Se hicieron tres modelos de la pistola: dos desmontables y uno de una pieza para las escenas en que Scaramanga disparaba.
Colibri fabricó varias reproducciones - más valiosas que las pistolas originales - para ser usadas en actos publicitarios. Estaban valoradas y aseguradas en 3.000 $ de la época (15.600 $ de 2020), y una de ellas fue robada de un hotel de Nueva York (pero al estar asegurada no se le dio mayor importancia).
Cubby Broccoli recibió una invitación del Gobierno de la URSS para hacer un pase privado de ¨El hombre de la pistola de oro¨ en el mismísimo Kremlin al asistirían varias fuerzas vivas, y allí que se fue el productor.
Al final del pase, un alto cargo del KGB se acercó a Cubby y le dijo ¨Tipo interesante este Scaramanga. Pero [los del KGB] lo preparamos deficientemente¨.
Algo se debió sacar de ahî, porque ¨La espía que me amó¨ fue el primer Bond en estrenarse comercialmente en la URSS.
Durante el rodaje en las islas de Phuket, el equipo encontraba murciélagos constantemente. En una cueva, Roger Moore encontró tantos que llamó a Christopher Lee y le dijo ¨Maestro, tus acólitos esperan tus órdenes¨. Haciendo 25 años que conocía a Moore (ambos empezaron en el mismo estudio y compartían camerino con otros jóvenes actores), Lee le compró el chiste.
En otra ocasión espantaron a unos murciélagos cerca de un barranco y Lee murmuró en cavernosa voz ¨Ahora no, Stanislaus¨.
Aunque solo medía 1,19, es público y notorio que Hervé Villechaize era un personajazo enorme. Durante el rodaje dejó montones de anécdotas:
- Mujeriego y más salido que el palo de un churrero, solía dejar flores y escribir notitas amorosas (sospecho que a veces obscenas) a las mujeres que trabajaban en la película. Ellas lo trataban estupendamente.
- Se trajo de Hong Kong a Bangkok a su propia dama de compañía, aunque solo era decorativa: cada mañana volvía llevando a dos chicas locales distintas. ¿Su secreto? Guy Hamilton lo descubrió: cuando se tuvo que elaborar un molde de cuerpo completo de Villechaize para una escena, uno de los artistas le dijo al director: ¨Jefe, este tiene una polla como no la he visto en mi puta vida”.
- Guy Hamilton pilló a Villechaize diciéndole a Maud Adams: ¨Maud, me encantaría follarte¨. La respuesta de la actriz sueca fue ¨Si lo haces estaré muy enfadada, y si lo intentas también estaré muy enfadada”.
Habiendo estudiado sueco durante la II G.M. y estando entonces casado con una sueca, Christopher Lee se comunicaba fuera de cámara con Britt Ekland y Maude Adams en el idioma escandinavo.
Durante la promoción de la película, Christopher Lee fue invitado al programa de Johnny Carson y se llevó con él la pistola de oro, solo para que ésta le fuera confiscada por Aduanas cuando aterrizó en Los Ángeles.
Tanto John Barry como Guy Hamilton entonaron el mea culpa sobre el nefando uso de una flauta de émbolo en el glorioso salto del coche. Barry simplemente dijo que en aquel momento le pareció gracioso, y Hamilton dijo que consideraba que nadie con dos dedos de frente se tomaría esa escena en serio. Se arrepintió toda su larga vida.
Según contó en su autobiografía, Roger Moore cayó accidentalmente enen las aguas del río durante la persecución de canoas en Bangkok. Bajo el agua abrió por un segundo los ojos y pudo ver con horror lo que los sepultureros de la zona hacían con los infortunados que no podían pagarse un funeral decente.
Harry Saltzman no abandonó la saga Bond sin antes aportar una de sus celebérrimas ideas de bombero: le dijo a un sorprendido Tom Mankiewicz que quería una estampida de elefantes con Bond y Scaramanga montandos en dos de ellos. Incluso encargó 200 zapatos para elefantes que se usan en competiciones donde estos proboscídeos toman parte en los países asiáticos.
La idea se acabó descartando, pero nadie avisó al tipo que hacía los zapatos para elefantes. Y consta que para 1990, EON aún no se había dignado a pagarle sus servicios.
Un joven Sammo Hung se presentó al cásting para un papel pero lo rechazaron por considerarlo demasiado gordo.
Hacia el final, vemos que durante la huida de Bond y Goodnight mientras todo estalla Britt Ekland se va al suelo y Moore la levanta. Eso no fue premeditado: la actriz sueca estaba muy asustada por las explosiones y cayó de puro pánico. Roger Moore llegó a decir que podía notar como a la pobre se le erizaban las invisibles a simo,e vista terminaciones pilosas de la piel.
Christopher Lee siempre consideró su papel de Scaramanga como una de sus actuaciones favoritas.
El piloto ¨Bumps¨ Willard no era el que tenía que hacer el tirabuzón con el coche quedó indispuesto y él, que estaba en el set para otra cosa, tuvo un repente y se presentó voluntario. Con la cara y un traje negros para no ser visible, y embutido entre maniquíes que representaban a Roger Moore y Clifton James, Willard hizo el salto a la primera ante aclamaciones de los presentes. Roger Moore, cámara en mano, fue raudo a felicitarle con una de sus frases chistosas: ¨Chicos, que bien me habéis hecho quedar¨.
Cubby Broccoli le entregó allí mismo en mano un tremendo puñado de billetes de 100 dólares. Por su parte, Willard le pidió al productor permiso para repetir la hazaña por puro placer personal.
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Contó Christopher Lee que la secuencia del salto del automóvil deportivo fue real, para realizarla se utilizó un vehículo modificado, en el cual el conductor estaba en el eje central del mismo, de manera de repartir equitativamente el peso, y se utilizó una computadora, para calcular la trayectoria, en función de la velocidad, el peso, y la distancia a cubrir. Dijo que fue una de las escenas más peligrosas de la saga Bond, el chofer pudo matarse muy fácilmente.
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