Ficha All Mixed Up


  • No la has puntuado
  • No has insertado crítica
  • No has insertado curiosidades
  • No has insertado ningun error


Críticas de All Mixed Up (1)




Mad Warrior

  • 2 Jun 2020

9



Una de las más famosas novelas nacidas en el país del Sol Naciente fue ¨Manji¨.

Escrita en forma de serial entre 1.928 y 1.930 por Junichiro Tanizaki, la cual hablaba del polémico cuadro amoroso (resulta original que el autor pusiera al relato el nombre de la esvástica budista) vivido entre dos parejas en Osaka, y que comenzaba con una relación entre dos mujeres, Sonoko y Mitsuko, la cual va mutando desde la admiración a una incontrolable espiral de malsanos sentimientos que ninguno de los protagonistas puede parar.
En esta versión de 1.964 (aunque más tarde se realizaron otras), la historia la tomó y la adaptó el controvertido cineasta Kaneto Shindo, realizador de clásicos como ¨Onibaba¨ o ¨La Isla Desnuda¨, y de su dirección se encargó el no menos atrevido Yasuzo Masumura, otro nipón famoso por su sordidez y crudeza (aunque tristemente desconocido para la inmensa mayoría), que cuenta en su haber con obras tan interesantes como ¨Tatuaje¨, ¨La Bestia Ciega¨ o ¨Salvaje como un Ciclón¨.

Como he dicho, lo que se nos presenta en este duro, amargo, trágico y violento film es una historia de amor prohibido que surge entre dos féminas en una academia de arte. Sonoko, casada con un recto abogado, posee un talento innato al pincel; sin embargo, cuando pinta, en su cabeza sólo aparece la imagen de la atractiva y seductora Mitsuko, por la que siente algo más que una corriente amistad, lo que da pie a que todas sus compañeras y personas cercanas propaguen incisivos chismorreos sobre ellas.
Pero, efectivamente, todos tienen razón; parece ser que la muy liberal Sonoko va cayendo poco a poco en los encantos de su compañera y se acaba sumergiendo en una relación de lo más caótica donde tienen cabida tanto el amor como el odio y donde toman parte el marido de la primera y el joven novio de la segunda, Eijiro.

Masumura siempre fue un hábil director que no tenía pelos en la lengua a la hora de narrar turbios sucesos donde cobraban especial importancia el sexo, la perversión, la seducción y la sensualidad carnal, algo que ha sido su sello a lo largo de toda su filmografía, siendo él uno de los primeros cineastas de la ¨nueva ola¨ que tocaron esos tan polémicos puntos. Y es que el hombre no se queda corto plasmando en imágenes el guión de Shindo; ¨Manji¨ es una película oscura, retorcida, que explora los más oscuros sentimientos a los que un ser humano puede sucumbir cegado por la pasión, y lo hace, creo, dejando al espectador al margen, como si espiara a través de una mirilla, como un ¨voyeur¨ que se dedica a observar las debilidades y enfermizos deseos pasionales, los cuales provocan cambios drásticos en la forma de ser de los personajes.
Primero se inicia el tórrido romance entre las dos mujeres, donde vemos a Sonoko cada vez más alejada de su marido, pero el carácter manipulador de Mitsuko parece no tener límites y empuja a la otra a cumplir sus exigencias, a utilizarla como si de una marioneta se tratase...algo que en el fondo le gusta consentir. Los constantes giros de la historia, narrada en primera persona por la protagonista, logran sumergir al espectador en la misma tenebrosa vorágine que va atrapando a estos personajes tan llenos de ambigüedad y matices emocionales mientras avanza la trama.

Cuanto más cerca está el final más se intensifica ese amargo regusto que se puede sentir a través de lo grotesco, de lo seco de las imágenes, de la tan bien conseguida atmósfera que Masumura transmite; insana, enfermiza y cargada de un sutil erotismo pululando por todo el largometraje. Si hay una sensación que mejor se pueda sentir a través de ¨Manji¨ es la del fuerte aroma a sexo que se respira en cada uno de sus fotogramas; eso sí, sin ni siquiera mostrar un cuerpo desnudo por entero, todo sea para elevar la carga erótica sin llegar al terreno de lo pornográfico. Para eso hace falta habilidad, y este director la tiene.
Y por mencionar ahí está la áspera fotografía de Setsuo Kobayashi, densa banda sonora por parte de Tadashi Yamauchi y un trabajo de cámara preciso y por momentos experimental del sr. Yasuzo; al otro lado de la cámara sorprende el cuarteto protagonista, por lo bien que logran meterse en sus fatales personajes. Las dos mujeres, Kyoko Kishida y Ayako Wakao, a pesar de volverse odiosas en ciertos momentos, demuestran una actuación increíble como la pareja Sonoko y Mitsuko, la primera destacando por esos aires de mujer fatal y sensualidad que radia en todo momento, la segunda por su capacidad de transmitir a la vez esa inestabilidad en la que va cayendo su personaje por la presión que se cierne sobre él y la fuerza que posee como mujer de libre decisión.

Tan diferentes como son y sin embargo parecen perfilarse como las dos caras de una misma moneda (¿inspirarían a Bergman para las Alma y Elisabet de su ¨Persona¨?). Sorprenden igualmente Yusuke Kawazu como Eijiro y Eiji Funakoshi, actor fetiche de Masumura, dando vida a Kotaro.
Adulterio, bisexualidad, aborto, drogadicción, suicidio y perversión, ¨Manji¨ no deja indiferente y su asfixiante historia, poder visual y puesta en escena atrae al espectador a su oscuro universo de sensaciones prohibidas con cada visionado. Su fuerza es arrolladora.



Me gusta (0) Reportar

Críticas: 1


Escribir crítica