Ficha Historias de Filadelfia

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Críticas de Historias de Filadelfia (2)




Mad Warrior

  • 23 Dec 2021

9



Sale iracunda y lanza sus palos de golf contra el hombre que era su amante. Va a golpearla pero al final todo queda en un empujón; luego, una elipsis...
Este momento, que sería prohibido en el Hollywood actual, marca un punto y aparte en las llamadas comedias románticas para la posteridad.

Aunque casi desde el inicio de su carrera, Katharine Hepburn ocupó un lugar de privilegio en la escala de estrellas femeninas, el final de los años 30 le supuso un serio revés; varias de sus películas como protagonista habían sido clamorosos fracasos, por lo que los productores de las grandes compañías empezaron a calificarla como ¨veneno para la taquilla¨, lo que era equivalente a una condena al destierro y al ostracismo profesional. Animada por la actitud combativa de Bette Davis, quien había atravesado una situación similar, aquélla optó por exponerse en la producción de una obra teatral basada en el texto de Philip Barry.
Contra todo pronóstico, pues aún coleteaban los efectos de la Depresión en el ánimo del público, esta historia de la rica y desenfadada heredera Tracy Lord (inspirada en la celebérrima dama de la alta sociedad Helen Scott), cuya vida se sitúa a años luz de la del resto de los mortales, se saldó con un gran éxito que se mantuvo entre los mitos del ¨entertainment¨ americano, por lo que de ahí a su salto a la pantalla sólo había un paso, especialmente con la presencia en todo el proceso del director, guionista, productor y amigo de la actriz Joseph Mankiewicz.

Al final convencen a los ejecutivos de MGM del potencial de una trama que llevaba consigo la oportunidad de reunir un verdadero ¨all-star cast¨, eso explica la presencia en el reparto de estrellas como Cary Grant y James Stewart, sin duda dos de los rostros masculinos más populares de la época. Nos introducimos en el reinado de los señores de la alta sociedad, un universo de lujo y pomposidad abrumadores lejos del mundo real; Dexter y Tracy, seres caprichosos, hedonistas e insensatos, ya pertenecen a él, pero no los periodistas Mike y Elizabeth, hábiles e incisivos, por lo que asumimos su punto de vista cuando entremos a esa mansión que será el escenario de una muy esperada boda.
Una borrachera, secretos inconfesables, un beso, miradas furtivas, rencores pasados y una piscina...bajo la dirección de George Cukor, experto en comedias sofisticadas, los protagonistas de este embrollo discurren por un escenario idílico (majestuosos y serenos decorados, entre modernistas y aristocráticos, fruto de la imaginación de Cedric Gibbons), identificados con unos personajes que encarnan un irreal pero encantador trío que sugiere más que muestra la doble moral, la hipocresía, la frivolidad y las ansias de vivir de un grupo de privilegiados libres de cargas sociales y económicas a los que su carácter de hermosos y malditos permite llevar esa existencia despreocupada y febril.

Y, lo más importante, sin por eso abandonar la elegancia o la total ceremoniosidad. Poco a poco seremos tan cómplices como ellos, de su evidente desconocimiento de la sensatez y de lo que significa amor en el sentido más honesto de la palabra; así, escrito por Donald Stewart y con diálogos cuidadosamente supervisados por Mankiewicz y por el autor de la obra original, el guión de ¨Historias de Philadelphia¨ es casi con toda probabilidad la Biblia de todas las comedias de situación, también llamadas ¨screwball¨, donde el ritmo trepidante del ¨slapstick¨ es sustituido por la riqueza visual, la agilidad y la ironía, no tanto de lo que se cuenta sino de cómo se cuenta.
En realidad la película significa en términos puramente cinematográficos la aparición de una nueva, refinada e inteligente forma de concebir la comedia. También se debe subrayar, lejos de la salsa de equívocos e indecisiones de los protagonistas, la sutil aunque decisiva importancia que otorgan los artífices del guión primero a la figura del inminente marido (Kittredge, que, a diferencia de su prometida y del playboy Dexter, ha tenido que ir escalando puestos hasta llegar a lo más alto, lo que le ubica fuera de ese perverso círculo social) y luego a la revista Spy, donde trabajan Mike y Elizabeth.

Pues se trata de todo un genuino antecedente no tanto de esas revistas pura y duramente asociadas a la innoble ¨prensa del corazón¨ como a otro modelo de publicaciones muy en boga en aquella época, en las que si bien se ensayaban las glorias y ruindades del cotilleo también se daba cabida al género del relato corto y a los textos de algunos de los autores de mayor relevancia en el momento, lo que explica la identificación del público con un estilo de vida desenfadado y culto que fija su ideal de personaje en individuos como Tracy o su complaciente corte de admiradores y novios.
Adrian Greenburg, diseñador de vestuarios y maquillaje, es una pieza fundamental para resaltar la belleza y el particular estilo de la mencionada protagonista, y que contribuyeron a la generación de esa imagen mítica que acompañó a una Katharine Hepburn plena de fuerza y carisma durante su época dorada; por otra parte, unos Grant y Stewart que, reemplazando a los ya geniales Van Heflin y Joseph Cotten de la obra de teatro original, demuestran tal perfecta química que a cada interacción o diálogo (entre ellos y con su compañera) hacen que las chispas salten en pantalla (sobre todo por la pareja Hepburn/Grant, grandes amigos en la vida real).

Para redondear el elenco, secundarios de lujo como Rolan Young (en la piel del incorregible Willie), John Howard, John Halliday (con un diálogo sobre el amor que queda para la Historia) y la quizá más discreta pero no por ello menos deliciosa Ruth Hussey.
De hecho tanto ella como la irresistible protagonista estuvieron nominadas a los Oscar tras arrasar la película en taquilla y convertirse en el fenómeno del momento. Décadas después te sigue atrapando en su atmósfera seductora, elegante y ligera, a pesar de lo inevitablemente artificial que resulte su encanto...



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TANO

  • 6 Dec 2020

8


Buena comedia romántica ¨sofisticada¨ con un tremendo trío protagonista, y es que tanto Cary Grant como James Stewart y Katharine Hepburn se salen en sus papeles, e incluso hay algún secundario más, como la niña, que está realmente bien también.
Con una trama compleja y una especie de... ¿cuarteto? amoroso de por medio, en una historia donde los egos, las diferencias entre clases sociales y el propio amor hacen que los protagonistas choquen unos con otros contínuamente.
Es divertida y muy entretenida, con algunos muy buenos diálogos y algunas partes para el recuerdo. Una película de lo más recomendable.



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Críticas: 2


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