Ficha Los Hombres que Caminan sobre la Cola del Tigre


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Críticas de Los Hombres que Caminan sobre la Cola del Tigre (2)




TANO

  • 15 May 2022

8


Una de las primeras pelis de Kurosawa, esta increíblemente corta para lo que suene ser su cine, pero no por ello menos interesante y digna de verse.
Con una curiosa forma de presentar la historia, con un diálogo entre caminantes, se nos presenta una trama de bastante suspense, donde la tremenda interpretación del protagonista es lo que lleva todo el peso de la acción.
Como viene siendo habitual, una magistral ambientación del Japón feudal, y una forma de mostrar los ritos y costumbres del respeto y el honor, con esa forma de comunicarse, esas canciones...
No considero que sea cine para todo el mundo, pero es puro arte.



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Mad Warrior

  • 14 Feb 2022

6



A través de espesos bosques los pies de un grupo de hombres empiezan a agrietarse por la incansable marcha. Escoltado por ellos, uno, caído en desgracia, ¨sigue en vano derramando lágrimas de color carmesí esperando obtener la lealtad de aquellos calumniadores que no le permiten poner un pie en Kamakura¨...

Forma ya parte del folklore japonés la gesta del guerrero Yoshitsune de Minamoto, traicionado por Yoritomo tras la famosa guerra de clanes Genpei, que significó el final del reinado de los Taga y el comienzo del llamado periodo Kamakura, en 1.185. Que alguien como Kurosawa, quien siempre proclamó su filiación con el teatro noh en detrimento del kabuki, e incluso considerándolo una forma desviada de éste, optara por afrontar un proyecto como el que nos atañe, se debió a su forma de ser tan práctica; Japón estaba viviendo los últimos estertores de la guerra contra EE.UU. y había escasez de medios.
No pudiendo llevar a cabo un ambicioso film histórico y debido a la evacuación de todas las mujeres por miedo a los bombardeos, lo que dejó a Toho sin actrices, el director escribe y organiza a toda prisa una adaptación de dos obras teatrales legendarias, una noh (¨Ataka¨) y otra kabuki (¨Kanjincho¨), que vienen a tratar la misma historia, la huida de Yoshitsune cuando su celoso y cruel hermanastro se opone a que le sean concedidos ciertos poderes y títulos especiales, impidiéndole regresar a esa Kamakura donde se ha establecido el primer shogunato de la Historia del país y la supremacía de la casta samurái en la sociedad.

La historia de Kurosawa, que no abarca mucho metraje, se inicia con el protagonista ya considerado fugitivo, acompañado de su fiel sirviente Benkei y cinco vasallos más andando en mitad de un bosque con el objetivo de dejar la región y ocultarse en tierras más hospitalarias, todos ellos camuflados como monjes que pretenden recolectar fondos para restaurar un templo. Así, el cineasta establece el engaño, la sensación de farsa, como uno de los elementos esenciales de la trama, la cual quedará dividida en tres arcos argumentales respetando la forma teatral.
Sin embargo lo más destacado es cómo subvierte un poco los códigos de dichas obras al añadir a un ser extraño, un portador que camina junto a los guerreros y que por supuesto está ausente en la pieza tradicional; el talento consumado del cómico Kenichi Enomoto orienta la historia hacia lo grotesco y sirve de guía al espectador, pues ésta se contará desde su punto de vista, enteramente ajena a los acontecimientos. Esta manera de enfocarlos, a través de un personaje externo, se irá repitiendo en futuras obras del cineasta (¨Los Siete Samuráis¨, tomando Kikuchiyo su lugar, o ¨La Fortaleza Escondida¨, donde los dos pícaros acaban inmiscuidos en la intriga de la princesa Yuki...).

Mientras este portador mantiene expresiones exageradas y otea entre la hierba, desde lejos, la primera parte tiene lugar en el bosque, con algunas escenas filmadas cual representación y eso implica la adopción de la musicalidad propia del kabuki a la hora de expresar los diálogos, incluso llevando a los actores al canto o al recital. A su vez se desvía la mirada del supuesto protagonista, que no es el aquí endeble y afeminado Yoshitsune, sino un Benkei con el duro rostro de Denjiro Okochi, actor fetiche de Kurosawa en su carrera temprana y quizás el más famoso y mejor pagado de la época.
Él, entre algunas ¨set pieces¨ cómicas, dirige los pasos de los hombres y la acción narrativa, donde lo mejor es la belleza natural, vaporosa y de algún modo hechizante, que captura el operador Takeo Ito. La segunda parte y más extensa acentúa tanto la unión del clan como el propósito de farsa cuando el grupo se ha de enfrentar a Saemon Togashi, encargado de capturar al señor y los seis vasallos, revelándose las influencias de la obra noh en la solemne narración del falso pergamino que realiza Benkei; esta maniobra de burla a un señor de casta superior y la profanación de los elementos religiosos no gustó en absoluto a los censores japoneses.

Del mismo modo, y muy curiosamente, el film no gustaría a las autoridades americanas por tratar la era feudal, absolutamente prohibido tras la ocupación. Así Kurosawa se vio atrapado en una encrucijada de odios por culpa de este pequeño proyecto rodado en su mayoría en estudio que enfatiza, seguramente más que nunca en su filmografía, la unión de los miembros de un clan al servicio de su señor, una alianza de puro espíritu samurái que luego, y para redimirse, iría desmitificando en futuras obras; pero interesante resulta que sea el punto de vista del portador lo que determina la relación entre el espectador y el grupo de Benkei.
Pues así la nobleza samurái y su misión pierde el sentido de la épica, de la grandilocuencia, y adquiere otro significado, más humilde e inocente (tras salir airosos de su encuentro con Togashi, el portador se ríe de la situación, contentándose con haber escapado vivo de allí), incluso considerándose una aventura que puede haber sido fruto de la imaginación...y es que el director, al fin y al cabo, prefiere honrar el sentido fantástico del teatro, dejando que la realidad se confunda con la leyenda del folklore, deshaciéndose de toda sensación de veracidad histórica y logrando que, a ojos del espectador, en efecto nada sea lo que parezca en su gesta.

La presencia de Yoshitsune y sus vasallos se desvanece como un sueño...sólo queda maravillarse y bailar del asombro...
Pero pronto aquél, teniendo en cuenta las nuevas normas aplicadas por los censores americanos, se dejará de sueños y leyendas y se sumergirá en la cruda realidad que hereda del neorrealismo para entrar en otra etapa de su carrera, iniciada con ¨No Añoro mi Juventud¨.



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