Bieeen, una inglesa y buena, vamos progresando. La cinta está basada en hechos reales y nos cuenta la hazaña del colecctivo gay que después de ayudar a los mineros desempleados economicamente y por interés propio, consiguieron sus derechos. La cinta para ser inglesa no es plomiza ni aburrida, está bien narrada. Los interpretes cumplen y suena música ochentera que siempre mete alegría al cuerpo. Los créditos finales son emocionantes y alegra ver como con pequeñas acciones se pueden lograr cosas positivas.
Críticas: 2
Miguel Arkangel
8
“Todas las luchas son en realidad una sola, enemigo solo hay uno, pero el ser humano, en su infinita estupidez, en vez de combatirlo unido, lucha dividido y lo fortalece”.
Matthew Warchus nos acerca a un episodio histórico poco conocido pero de enorme significado simbólico: a mediados de los 80s los sindicatos mineros ingleses declararon La Gran Huelga en contra del gobierno derechista de Margaret Thatcher. Un pequeño grupo de activistas lesbianas y gays, que conocen muy bien lo que es la represión del poder y de la policía, deciden ser solidarios con los mineros, debiendo lidiar con la intolerancia y la desconfianza de los mineros avergonzados de que su lucha se la relacione con la comunidad gay.
La película de Warchus destila humor, buena onda, optimismo, y es una oda a la conciliación, la celebración y el entendimiento, entre dos comunidades aparentemente diferentes (lo rural y lo urbano, el proletariado y la clase media, el rudo machismo y la sensibilidad de lo femenino, la heterosexualidad y lo homosexualdiad), pero que descubrirán que son muchas más las cosas que los unen que las que lo separan.
No puedo dejar de resaltar, entre un estupendo y encantador elenco coral de actores y actrices ingleses, al personaje del incansable Mark, un ser humano comprometido en la lucha común: la del derecho a que todos podamos vivir con dignidad y sintiéndonos orgullosos por ello.
Me gusta (0) Reportar