Ficha Operación Pacífico

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Críticas de Operación Pacífico (2)




Mad Warrior

  • 24 Jan 2021

8



Nos echamos a la mar a bordo del U.S.S. Sea Tiger, el submarino menos recomendable para entrar en combate: una tripulación alocada, al mando un comandante al borde del ataque y un playboy de ciudad, un viejo cascarón que no se tiene sobre el agua, y un puñado de enfermeras que lo pondrán todo patas arriba...

¿Y es que, quién dijo que uno no se podía reír en la guerra? No lo parecía, ciertamente, a finales de unos 50 cuando se estrenaban innumerables títulos enfocados en el periodo de 1.939-1.945. El bélico nos daría algunos dignos de recordarse: ¨A Diez Segundos del Infierno¨, ¨El General de la Rovere¨, la mítica ¨Condición Humana¨ de Kobayashi o ¨Infierno Bajo las Aguas¨, que transcurría también en un submarino; pero hay quienes deseaban ver el otro lado ligero y desenfadado de la guerra.
Como Christian-Jaque, John P. Carstairs o Wolfgang Staudte, le tocó el turno a Blake Edwards, exitoso guionista estrenado como director hacía poco y cuyas miras se centraban ante todo en la comedia. Bajo el auspicio de la productora de Cary Grant, Universal unió a éste y a otra reciente estrella, Tony Curtis (quien ya trabajó con Edwards); ambos habían saboreado las mieles del éxito en el momento, el primero gracias a ¨Con la Muerte en los Talones¨ y el segundo a ¨Con Faldas y a lo Loco¨ (donde imitaba al primero), y a cuatro manos se escribiría el libreto (sin la participación del director) que les iba a garantizar una excelente colaboración.

Pero no es en la guerra donde comienza precisamente esta historia, sino mucho tiempo después, en una bahía donde se espera deshacerse del submarino U.S.S. Sea Tiger, y con la última visita del almirante Sherman; nostálgico principio que se funde con las memorias de dicho personaje para así viajar al pasado, en lo que será un extenso ¨flashback¨ narrativo. Allá, a 1.941 nos vamos, a lo que parece ser el inicio de la Campaña de Filipinas desatada entre Japón y EE.UU.; en el embarcadero el mismo Sea Tiger es bombardeado desde el aire. Como iremos viendo Edwards demuestra pulso de maestro para las secuencias de acción bélicas, aunque esa no sea su pretensión.
Lo que hace Edwards tras este prólogo trepidante es extraer, con sutileza y mucho desparpajo, el cariz más simpático de un sangriento conflicto que acabó con la vida de cientos de miles de aliados; más de media hora nos mantendrá en la bahía esperando a que zarpe el submarino, y a base de graciosas intevenciones (en especial las de Holden) y disparatados ¨gags¨ suaviza la atmósfera haciendo gala de su talento como director cómico. Todos los tics del bélico, los estereotipos de la marina y lo militar, e incluso algunos sucesos reales (la pelea del papel higiénico, el hundimiento de un submarino en Cavite Navy Yard, el camión torpedeado...), se aplastan bajo la bufonería del guión, las caracterizaciones y los diálogos.

Y si un golfo guaperas de la ¨jet set¨ sin experiencia que acaba con la paciencia de Sherman, un submarino que no deja de tener problemas para zarpar, un ex-convicto que acaba en la tripulación, un capitán al que siempre le están robando cosas y hasta un hechicero hawaiano que ha de intervenir para arreglar el Sea Tiger (¡!) nos parece ya suficiente locura, aún no hemos visto nada. De primeras el humor viene dado por las constantes tensiones entre Holden y Sherman, la descharrante situación del submarino y unos personajes secundarios sencillamente deliciosos (el marinero que tanto recuerda a su madre, el pesimista encargado de la sala de máquinas).
La película pega un giro considerable al introducir en este ambiente tan masculino un puñado de enfermeras que han sido abandonadas (situación también basada en un hecho real), todas ellas guapísimas y enternecedoras, algo torpes, gruñonas y bastante desubicadas. Edwards pone de relieve la participación de la mujer en el conflicto bélico (algo a lo que nunca se le prestaba debida atención) mientras nos brinda una guerra de sexos muy particular dentro de un espacio reducido y que como es lógico dará lugar a varios equívocos, picarescas situaciones y romances más que esperados, todo en pos de la risa más sana e inofensiva.

Especialmente incómoda puede resultar hoy día esta situación, en la que hombres y mujeres han de convivir en armonía transgrediendo las masculinas tradiciones militares de antaño (de ahí que las bromas no sean aptas para ese espectador actual propenso a ofenderse con facilidad, y que preferiría ver a las damas tomando el submarino y quebrando bajo sus tacones los huesos de los marineros; pero a esa clase de gente no va dirigida esta película...). Disfrutemos los que tenemos sentido del humor de la buena salsa de ocurrencias y tropiezos ofrecida por el cineasta (como lo del robo del cerdo, sensacional).
Culminando con todo esto en un momento tan ridículamente entrañable como es ver un submarino de la marina americana pintado todo de rosa por error...aunque la gracia se le vaya un poco de las manos hacia el final (es algo que suele pasar en sus obras) con el desaguisado de los niños y los animales a bordo. Un gran dúo protagonista: Grant parodia a su capitán Cassidy de ¨Destino: Tokyo¨ muy sobrio y siempre rozando el espasmo, siendo un contrapunto perfecto al descaro de Curtis. En el lado de los hombres unos geniales Gene Evans, Robert Simon, George Dunn y Gavin MacLeod entre otros, y en el de las mujeres, ¿cómo no rendirse ante Virginia Gregg, Dina Merrill y la tremendamente voluptuosa Joan OBrien?

Parodia magnífica del bélico que por su atrevimiento y locura presagiaría otras muchas comedias de la década siguiente. Para la Universal y Edwards ¨Operation ¨Petticoat¨ ¨ significó un monumental éxito de crítica y público lanzando la carrera de un director que aún tenía muchas joyas que ofrecer al universo cinematográfico.
Años después, en los lejanos 70, el film sería adaptado a televisión, con la hija de Curtis, Jamie Lee, interpretando curiosamente el papel que aquí tiene Merrill.



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TANO

  • 21 Jan 2021

8


Divertidísima película con unos geniales Cary Grant y Tony Curtis, y una historia de lo más loca que te saca carcajadas contínuas, con todas las cafradas que pasan en el submarino, y con todas las ocurrencias, sobre todo de Curtis.
Contar con un submarino y poder grabar una película así es algo que hoy día sería totalmente imposible de realizar, y uno disfruta muchísimo de lo que logran hacer con dicho armatoste.
Muy buenos efectos especiales, tanto el propio submarino, como las explosiones y demás, la verdad es que, pese a ser una película cómica, está realmente currada.
Ya quisieran hoy día poder hacer películas tan graciosas como esta.



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