Ficha La Escopeta Nacional

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Críticas de La Escopeta Nacional (2)




Mad Warrior

  • 12 Aug 2022

8



La casa de don José de Leguineche, una finquita muy bien asentada entre kilómetros de campo y bosque, resguardada del resto de España, cual refugio de exiliados.
Eso es lo que es. Refugio de los que una vez fueron mucho y ahora no son nada, pero lo siguen siendo en la sombra...

Para entrar aquí es preciso saber manejarse en eventos de poder aristocrático y tráfico de influencias del más alto copete; por eso Berlanga parece advertirnos, no se puede formar parte de la nata y la crema sociales si no es poniéndose a su misma altura. Nos da la sensación de entrar en un avispero al hacerlo con los ojos de Canibell, un señor sin malicia, aun teniendo un ¨affair¨ con la secretaria de turno, con el único propósito de medrar económicamente, y que como todo empresario se las debe ingeniar para sacar adelante su negocio; el evento es una cacería de perdices en la que él mismo sufraga una parte, pero la verdadera cacería es la desarrollada dentro de la finca.
En ella las apariencias y los buenos modales sirven de escopetas y el premio son el prestigio, el beneficio material, el poder político; las piezas sólo intermediarios sin importancia. El valenciano y Azcona juntos una vez más tras un exilio para evitar la censura imperante en el país, cuyo fruto fue ¨Tamaño Natural¨, pero el 20 de Noviembre de 1.975 y el 15 de Junio de 1.977 son fechas esenciales en el país que al cineasta le abren todo un mundo de posibilidades para expresarse como siempre quiso en su arte. Va a hacer sangrar el microcosmos de las clases privilegiadas y la alta sociedad a través de una saga vital en su obra, iniciada en ¨La Escopeta Nacional¨.

Esa cacería viene a ser una recreación de las que organizaba Francisco Franco, quien gustaba de codearse con la gente o gentuza más notoria del momento, reuniones de pretexto para ir dueños, ministros y amigos cotizadores de esto y lo otro y aprovechar para hacer amistades, pedir favores, permisos de importación, exenciones de tributos (en concreto el director se inspira en aquella donde Manuel Fraga casi le vuela los cuartos traseros a la propia hija del Generalísimo). José Sazatornil, disfrazado de catalán oportunista, guarda cierto parecido y torpeza con el antiguo presidente de Alianza Popular.
Al contrario que en futuras entregas de la serie, aquí la presencia de la familia de marqueses y aristócratas ocultos en el anonimato tras el ascenso del Régimen, es omnipresente, omnisciente y omnipotente, pero siempre desde el segundo plano. En el centro de la cámara está siempre Canibell, y sus ojos son los nuestros, adentrándose a un reino de tinieblas donde Berlanga, quien lo radiografía con calma en plano-secuencia, consigue imprimirle cierta atmósfera irrespirable, embotada por una amargura y una mala leche que flota constantemente en el ambiente y a todos agobia y enfada.

El periplo del protagonista es desde luego estresante hasta límites insufribles, como lo fuera el de Plácido intentando pagar sus letras; el primero, inocente y descuidado, quiere aprovecharse de la influencia cuando no sabe realmente cómo, y a él se pegarán una serie de babosas con forma humana haciendo lo posible para apropiarse de su negocio de porteros electrónicos, pues el beneficio es el fin último. Y cuando parezca que su conversación e intimaciones individuales se estiran mucho, el cineasta le libera del plano corto y lo abre convirtiéndolo en una escena donde se desarrolla el puro esperpento colectivo, vulgar y grotesco.
Ese ¨escenario de fondo¨ revela todas las miserias, bajezas, obsesiones, corruptelas y chifladuras varias de ese cúmulo de despreciables que forman la sociedad de prestigio, tanto hombres como mujeres; por encima de todos los famosos y tecnócratas, cínicos sacerdotes y políticos extranjeros también exiliados, está la propia familia anfitriona, cuyo único triunfo que ha quedado de su pasado abyecto es la preservación de la perversión. Berlanga y Azcona, con sabor neorrealista, dan lecciones de humor ácido, fino y vulgar en secuencias ya memorables del cine patrio.

Como la revelación de la colección de bello púbico de don José (lo único valioso que han obtenido de la Historia de España) y su urgencia por proseguir con ella a costa de la secretaria de Canibell, o el secuestro voluntario de la modelo y aspirante actriz Vera por el heredero de la familia, a quien da vida un López Vázquez repelente hasta la náusea, contagiando así el clima que se respira en su finca; Luis Escobar aparece en una encarnación temprana y despótica, del luego algo más simpático don José. Por ahora el guión los esboza degustando el poder de un modo terrible y disfrutando de la humillación y la burla ajena.
El personaje de Sazatornil, por su parte, como el judío errante bíblico, cada vez más distante y perdido en ese reino de reyes caídos, más agobiado en esa atmósfera donde la hipocresía y las apariencias son las mejores credenciales; de hecho nos irá describiendo las desgracias y carencias por las cuales va pasando, para acentuar el acorralamiento y el acoso sufrido...¡hasta tiene que sobornar a la criada (genial Chus Lampreave todavía muy secundaria) para conseguir una estufa en su habitación! El cuadro astracanesco que se arremolina a su alrededor lo compondrán algunos de los más famosos actores de nuestro cine, caras y voces por todos conocidos.

Desde Antonio Ferrandis, Bárbara Rey, Luis Ciges y Rafael Alonso a Mónica Randall, Agustín González, Laly Soldevilla y Amparo Soler Leal (que en pocos segundos brinda un magistral discurso de iracunda denuncia, vociferado a Escobar). Al final las perdices muertas como símbolo del fracaso de Canibell, reflejado en ellas.
Los de arriba se quedan, los de abajo se van, y nadie es feliz. Berlanga, por su parte, logró uno de los mayores éxitos de su carrera, la cual se abría triunfante hacia una segunda juventud, marcando su mejor etapa.



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Parnaso

  • 25 Jul 2015

6


LA ESCOPETA NACIONAL

A decir verdad la película no ha terminado de cundirme del todo,es más me ha dejado a medias tirando a aburrirme.Si bien es cierto que la peli empieza de una manera sosegada explicándonos los personajes y que haceres termina siendo un caos con tanto personaje y tanto embrollo por medio,muchos personajes que podrían haber estado mejor perfilados con momentos más incisivos para darle a la cinta picos de color más altos,el marqués es el que se lleva la palma con su mal humor y sus hobbies de coleccionar cosas bizarras.Sazatornil(D.e.p.)lo bien también,Barbara Rey enseñanzdo carnaza y espetando 3 frases,se supone que Marisol Ayuso sale pues yo no la he visto...

En fin,la peli no está mal pero tiene tanto lío que se hace bastante pesada,menos mal que por lo menos tiene algún puntazo por parte del Marqués.



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Críticas: 2


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