Ficha 10, La Mujer Perfecta

5.44 - Total: 17

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Críticas de 10, La Mujer Perfecta (3)




Mad Warrior

  • 24 Jan 2021

6



Los temidos 40, temidos tanto para hombres y mujeres, que llegan como un cuchillo afilado para cortar las ilusiones que uno sólo puede experimentar en su juventud.
¿Podría ser una mujer la respuesta a tremenda angustia existencial?

Resulta simple semejante planteamiento, y sin embargo tan repleto de profundas reflexiones, eso debió pensar Blake Edwards, quien a finales de los 70 ya contaba 57 años, una carrera de 24 como director y algunos de los más conocidos films dentro de la comedia (y otros géneros dispares). Ya ha finiquitado la saga ¨oficial¨ de ¨La Pantera Rosa¨, por desgracia con la mediocre ¨La Venganza¨; retoma entonces una idea basada en algo sucedido mucho tiempo atrás (el ver a una bella mujer vestida de novia dentro de una limusina) y junto a su esposa Julie Andrews acometerá, sin saberlo, su triunfal regreso al éxito.
Un proyecto lleno de complicaciones y curiosidades, desde el continuo rechazo de Peter Sellers a interpretar al protagonista hasta la discusión que tuvieron un ya contratado George Segal con Edwards por alegar que su intención era hacer un film para relanzar la carrera de Andrews, pasando por el fichaje de una Mary Collins de 23 años que bajo el alias de Bo Derek tanto daría de qué hablar sobre la película, y que sólo tenía la experiencia de una producción de calidad dudosa como ¨Orca¨ (sin contar ¨Fantasies¨, proyecto subido de tono dirigido por su entonces marido, tres décadas mayor, John Derek, y estrenado unos años después).

Al final es el célebre músico y actor británico Dudley Moore quien se hace con el rol de George Webber (por coincidencias de la vida, también compositor), quien tras una fiesta sorpresa por su 42.º cumpleaños cae en la cuenta de que su tiempo de gloria y su época de alegría ya se fueron, y a partir de aquí comienza una sesión masoquista de nostalgia y angustia vital que se adscribe de maravilla al estilo del film. Este no es, por supuesto, el Edwards de locas comedias disparatadas, sino el que nos regaló joyitas como ¨Desayuno con Diamantes¨ cuyos oropeles eran mucho más sofisticados y elegantes.
Aun así introduce situaciones de humor absurdo, dadas por una troupe de pintorescos personajes secundarios y en especial George, con el que tan fácil resulta identificarse; viva desmitificación del galán cuarentón, pura caricatura: un hombrecillo neurótico, misántropo, incomprendido, patoso hasta la extenuación, cansado de sí mismo, de su edad, del mundo que le rodea, demasiado moderno para él quizás (no se trata de uno de los papeles de Woody Allen, no), celoso de tener un vecino que organiza orgías con chicas preciosas, y que ni siquiera se siente satisfecho con su amante Samantha, madre divorciada fiel y de fuerte carácter.

A través de estos personajes, Edwards se vuelve a mostrar muy deshinibido tratando a través del humor temas ciertamente espinosos (ya sea sobre las relaciones en la madurez o sus acostumbradas ¨guerras de sexos¨, entre hombres y mujeres, entre heterosexuales y homosexuales) que podrían quedar terriblemente expuestos en manos de otro; la naturalidad juega un gran papel. Seguimos las andanzas de ese George, quien amargo por tener un vecino que representa ese mundo de liberación sexual inalcanzable, es bendecido con un instante que condiciona la trama y su vida: la rápida imagen de una joven camino de casarse.
Punto de inflexión, porque ahora la historia traza el desarrollo de una búsqueda, la de un ideal femenino, quizás oportunidad de recuperar el tiempo ya perdido, quizás incentivo para apreciar la vida desde una óptica más luminosa, no así una corrosiva obsesión que obligará al hombre a trastocar su acomodada existencia. Ni una voz sensata como es la del amigo homosexual (Hugh), ni una cálida estabilidad emocional con Sam sirven de freno a la fuga impulsiva de George en pos de hallar a la chica de sus sueños, quien pronto dejará atrás su condición de mero ¨macguffin¨.

Camino trazado como encuentro inevitable, predestinado, cuyo muy posible final sea el de un increíble romance, pero también con sus bifurcaciones amargas que impregnan a esta ligera comedia, la cual nos ha brindado instantes muy divertidos y perfectamente ejecutados sin perder un ápice de verosimilitud, de un tono más dramático de lo que parece a simple vista (ese barman solitario o esa mujer de desafortunadas experiencias contribuyen a que la melancolía siempre esté presente). Llegado a tal punto, en este tramo de huida que casi parece un ¨impasse¨ narrativo, Edwards se permite una pirueta en su guión...
Y es que la Jenny que nos presentaba en fantasías y sueños era más atractiva que la que realmente conocemos. Sólo es un pequeño tramo, pero resulta muy díficil de aceptar, como le sucede a George, y la tan bien construida historia hasta el momento (que podría haber tenido una conclusión más pura, o al menos lógica) se puede derribar en segundos a la vez que dos mitos: el ideal de mujer perfecta según la óptica masculina y la utopía del amor romántico y eterno. La razón es que no existen ideales ni líneas trazadas en cuanto a emociones humanas (al contrario que George, sus semejantes hacen las cosas ¨porque es así como deciden hacerlas¨).

Magnificada por la música de Henry Mancini, la fotografía de Frank Stanley y las grandes actuaciones de Moore, Andrews, Brian Dennehy, Robert Webber y Dee Wallace, ¨10¨ arrasó en taquilla, y casi culpable de ello fue Bo Derek, lanzada como la ¨sex symbol¨ del momento (gran éxito que jamás volvió a saborear, pues su carrera sería poco menos que horrible...).
Contiene cuatro instantes memorables: la impagable discusión sobre la definición de ¨fulana¨, la posoperación dental de George (donde mejor se aprecia el talento cómico de Moore), la carrera de Jenny por la playa a cámara lenta y la ardiente conversación en su habitación...y que convertiría al ¨Bolero¨ de Maurice Ravel en una de las piezas más famosas y solicitadas de aquella época.



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Parnaso

  • 2 Mar 2016

5


Nah!Película que satisface muy por los pelos ya que a pesar de ser una comedia romántica el humor que se aprecia es algo exageradillo por parte Dudley Moore que exagera sus gestos y no hace ni pizquita de gracia mas te quedas mirando que será lo próximo que hará sin inmutarnos...asimismo el amor entre este y su novia Julie Andrews es algo casposa con sus discusioncillas,hasta que aparece Bo Derek que no es la gran cosa actuando y no aparece ni en la mitad de la peli siquiera...
La cinta no hace ni pizquita de gracia y aprueba muy por los pelos porque el argumento está bien diseccionado y montado.
No tiene nada para ser recordada,no tiene mucha miga.



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Bachman

  • 22 Mar 2011

6


Película bastante interesante y divertida, aunque me esperaba algo más. Buen reparto y buen guión, en una película que se puede ver sin problemas.



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Críticas: 3


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