Ficha Néstor Kirchner, La Película


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Críticas de Néstor Kirchner, La Película (1)




Juan Pablo Lopez Maggi

  • 11 Jul 2013

6



(Advertencia: La siguiente crítica no es sobre el documental de Paula Luque, sino sobre el de Caetano, ocurre que no se encuentra la ficha de ese film, ni vale la pena crearla porque ambos son de la misma naturaleza en cierta manera. Sepa disculpar por escribir sobre otro film parecido)



Las películas de política pueden ser taaaan extrañas… y ciertamente en “Néstor Kirchner” de Caetano se aplica este lema. “Rechazada” por el oficialismo por cuestiones no muy claras, aunque la oposición aseguró que la decisión se debía a no ser “demasiado adulador”. En calidad de sustituto, el film de Paula Luque es el que se estrenó en los cines (argentinos e internacionales) acerca de Kirchner en 2012. Pero en retrospectiva, es sin duda superior la dirección de Caetano, más universal en sus intenciones, incluso si cae en las trampas que el oficialismo tal vez no perdonó para su exhibición en el mainstream



Aunque Néstor Kirchner no adquirió nunca el status de Juan Domingo Perón, sin duda es uno de los presidentes influyentes de la Argentina contemporánea. Ni siquiera el desastroso gobierno de Carlos Saúl Menem despertó una polaridad de amor / odio en la manera en que lo haría Kirchner. No es difícil advertir su “culto”: es uno de los embates de los medios de comunicación tales como Clarín, que le han dotado de un músculo definido al presidente y expandiendo el legado a todos los de su círculo. Clarín fue despiadado con él, pero en consecuencia le otorgó una fuerte imagen que aún después de la ineludible muerte se siente, omnipresente. También, no olvidar el contexto del país: para cuando asumió el cargo, Argentina estaba en llamas económicas y sociales. En ese sentido, ni los opositores negaron la revitalización de la industria nacional, así como su deferencia para una serie de decisiones que hace tiempo eran urgente: el pago de la deuda externa, o la re-activación de los juicios de la junta militar. Pero no obstante, los logros no son suficientes para que un país entero te admire. Detalles imprescindibles: la inseguridad ascendiente y la inflación nunca fueron agendadas con firmeza (o entusiasmo), y son todavía puntos muertos de un gobierno Kirchnerista que se presta más a las definiciones de esos conceptos, en vez de respuestas.

Sin embargo, no parece pertinente adjudicar al presidente Kirchner la fuente de furia y descontento de muchas personas: durante su gobierno, el ánimo era estable. No, nos referimos al ascenso de Cristina Fernández de Kirchner, la esposa y principal engranaje de un declive político. Ella ganó la segunda elección (poco después de la muerte de su marido), pero es claramente el conflicto: fue bajo su gobierno donde los medios de comunicación empezaron a achacar con dureza; fue bajo su gobierno donde se produjo el problema “agrario” y el golpe de gracia del “No Positivo” de Cobos; fue bajo su gobierno donde empezaron los cacerolazos y el reclamo fortísimo de la inseguridad. Es inapropiado hablar tan libremente de política, pero con un análisis cercano a los hechos, podemos concluir objetivamente que su solipsismo en sus discursos y políticas fueron clave de una apatía social. La gente del país contempla asignaciones, declaraciones y diatribas de una presidenta que se dirige más a su militancia, en vez de adoptar un discurso y gobierno más universal

Marquemos imparcialmente las cosas: ser presidente es duro. Pero de ninguna manera es el justificativo para perder la inteligencia: Cristina Kirchner tranquilamente podría haber sorteado los obstáculos de la prensa, u otras trabas de Estado. Ella, en vez de jugar con habilidad e ingenio, desperdicia oportunidades con una cobertura impopular de oficialismo en programas de difusión, tales como 6-7-8 o Víctor Hugo Morales o tabloides pujando a su favor. Toda esta actividad fue creada con el propósito de frenar el acoso de los medios más prestigiosos de comunicación, pero no fueron efectivos por carencia de una apariencia real de independencia. La ley de medios también obtuvo un consenso negativo en la opinión pública, en parte porque el principal afectado es Clarín, enemigo del gobierno. Ella, en vez de actuar con astucia, atacó con invectivas y acusaciones a su opositor, entremetiéndose en una bizarra lucha por asuntos ocultos de la última dictadura militar, con resultados dispares. El cepo cambiario fue quizás un segundo tiro adverso: el uso de la moneda nacional es bastante positivo en cualquier país, pero ha puesto en contra a una sociedad argentina (que posee una fuerte cultura dolarizada), además de que promovió ulteriormente un nuevo tipo de inflación

Con este pequeño análisis, se adivina un poco el odio hacia Néstor: fue quien dio vida y cubrió la política argentina de los últimos diez años. La presidenta Cristina Kirchner no es más que una extensión de su nepotismo, pero elegida democráticamente. Néstor Kirchner es el responsable del kirchnerismo, de Cristina, de su actividad en el país. Por eso, los medios de comunicación, casi en un reproche inconsciente, han dado luz tanto en vida como después de su muerte a casos de supuesto robo, lavado de dinero que lo involucran a él y a los de su entorno (¿Lázaro Báez?)

Entonces, es factible la creación de un film como “Néstor Kirchner”. Si uno mira los dos emprendimientos documentales del expresidente, se dará cuenta que comparten un enfoque similar. No es solo que trata de la misma persona, pero además las películas concentran parte de su tiempo en narrar la lucha contra el campo, Clarín, Cobos y otros acontecimientos que corresponden a la presidencia de su esposa, no la de él. En otras palabras, los directores están vistiendo a Néstor con las prendas de Cristina. Desde que el presidente es más carismático y aceptado que su mujer, puede cargar con mayor éxito las “mochilas” ajenas. En definitiva, el resultado es una apología, de que Néstor avala y se enfrenta a todos los dilemas de su esposa y el kirchnerismo en general. Un giro de perspectiva en los acontecimientos

Mientras que lo anterior es un logro del Marketing, un paso inteligente de presentar a este hombre como la huella de todos los conflictos; el resto del film viene a menos. A diferencia de Paula Luque, el largometraje es menos adulador y sin ningún testimonio indulgente, lo cual es de agradecer. No obstante, sigue siendo el mismo artefacto para militantes K. Al resto de las personas, chocarán con el dogma que es harto evidente. El documental de Caetano es mejor que el de Luque, pero también es el más torpe: hay determinadas frases que son turbadoras en una inspección cercana de los hechos. Por ejemplo, en un momento del film el presidente dice “Soy muy bueno para manejar los dineros de la gente”, lo que suena un poquito irónico si tenemos en cuenta que él ha sido acusado de escándalos patrimoniales hasta el día de hoy. Tal vez fue por estos detalles risibles que los oficialistas no quisieron liberar este material, corriendo riesgo que algunas declaraciones sean sacadas de contexto. Empero, son estas imperfecciones las que lo hacen un film más consistente e interesante que el de Paula Luque



Conclusión:

No se discute que el presidente Néstor Kirchner fue un cambio, una ruptura para Argentina. Es uno de los presidentes más importantes de ese país, y su influencia ha dividido el territorio ferozmente. “Néstor Kirchner” de Caetano es una buena documentación para todo aquel que desee adentrarse en el mundo polarizado de Argentina; y sus imperfecciones y el dogma en actividad de la película solo la pueden hacer un poco más interesante en última instancia. Mejor aún saber que los involucrados de este proyecto creen resignadamente que el presidente era el único que podía enfrentarse con los conflictos en los que su esposa y el kirchnerismo no sortean todavía actualmente



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