Ficha La Ardilla Roja

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Críticas de La Ardilla Roja (3)




Mad Warrior

  • 10 Dec 2018

8


A veces no acertamos en encontrar a alguien con quien queremos compartir nuestras ilusiones, nuestras inquietudes o nuestros placeres más oscuros; al fin y al cabo, nuestra vida.
También puede ocurrir, aunque raramente, que aquella persona ideal que de algún modo habitaba en nuestros sueños o fantasías se materialice en la vida real y se presente ante nosotros...

Eso es lo que le pasa a Alberto (o ¨Jota¨): en el momento en que su vida sentimental se ha ido al traste, incluso piensa en el suicidio, una chica que iba en moto huyendo de alguien, se choca contra una barandilla saliendo despedida varios metros hasta aterrizar en la playa. Alberto queda hechizado con sus ¨ojos azules que se enredan¨, lo malo es que ella no tiene ninguna documentación y padece amnesia por el accidente; éste no desperdicia la oportunidad de que le haya caído del cielo la que puede ser su mujer perfecta, así que se hace pasar por su novio y le proporciona una identidad falsa.
En 1.993, justo cuando el maestro del cine simbólico Krzysztof Kieslowski realizaba la primera parte de su último trabajo (la trilogía ¨Azul/Blanco/Rojo¨), uno de sus alumnos estrenaba la segunda obra de lo que sería una prometedora carrera. De origen español y de nombre Julio Medem, para muchos uno de los grandes cineastas de nuestra tierra, obsesionado con las relaciones humanas y los intrincados laberintos emocionales de éstas, que radiografiaba a través de la interpenetración en la realidad y la surrealidad, y sobre todo con la figura de la mujer, la cual ocupa buena parte de una filmografía que, por desgracia, empezó a desinflarse a raíz de ¨Lucía y el Sexo¨.

Tras la premiada ¨Vacas¨, Medem se embarca en el que acabaría siendo uno de sus mejores films, sino el mejor, ¨La Ardilla Roja¨, respaldado nuevamente por el Ministerio de Cultura y Sogetel y donde reuniría a Carmelo Gómez, Karra Elejalde y Emma Suárez, ésta siendo la protagonista absoluta alrededor de la cual pivotan los demás personajes. ¿Pero quién es ella en realidad?, ¿de dónde viene?, ¿de quién huía? Todo queda en incógnita tras una nueva identidad, Elisa, que no es sino el nombre de la canción compuesta por Alberto y su grupo; una desconocida que parecer ser la encarnación de la chica que una vez él imaginó.
Poco a poco Medem nos irá introduciendo en una aventura interior y exploración de un territorio desconocido, la vida inventada ofrecida a esa amnésica de cuyo inconsciente empiezan a surgir recuerdos, como ráfagas, que amenazarán la red de mentiras tan bien urdida por Alberto. ¿Pero es Elisa como deseaba y como nosotros creemos? El espectador la descubre al mismo tiempo que él, y su aparente inocencia y vulnerabilidad va mutando en una personalidad compleja que encierra múltiples secretos y misterios. Medem mantiene la duda: ¿está ella, o no, jugando con todos, manipulándoles, moviendo los hilos desde arriba? (¨aquí todo es mentira¨, dice Alberto).

Más aún si recordamos ese aviso planteado en forma de conveniente documental que parece, a todas luces, un presagio de lo que está por venir: ¨Hay un lugar donde las ardillas ejercen su reinado: el frondoso y enigmático bosque. […] En la temporada de celo los machos comienzan a defender su territorio; […] la victoria se establece con persecuciones muy agresivas. […] Son mañosas, humildes y ligeras, mentirosas, huidizas aunque estratégicas, y muy capaces de urdir hábiles planes a espaldas de los hombres...¨. Elisa es, enteramente, una ardilla que planea por encima de los árboles controlando el devenir de los acontecimientos y las personas que la rodean, sobre todo hombres presentados en su forma más patética, egoísta o, simplemente, psicótica.
Medem da muestras de gran talento a la hora de distribuir ambiguas señales para crear un inquietante clima de conspiración permanente y modelar las atmósferas en un film asombroso en virtud de la confusión de las pistas narrativas y del modo en que permite acumular las hipótesis de interpretación, además de jugar con la linealidad de una estructura atravesada por intensidades y formas que se abren camino en el inconsciente, donde es esencial la repetición y las figuras dobles, que gobiernan tanto la parte visible (la realidad, los recuerdos) como la invisible (los sueños, los presentimientos).

La puesta en escena y su magnético poder visual heredado directamente de Kieslowski (esa cámara frenética que parece deslizarse por los árboles y que volveríamos a ver en ¨Tierra¨) o Lynch, donde sobresale el trabajo de fotografía de Gonzalo Fernández Berridi y la música de Alberto Iglesias y al que acompaña un punzante humor negro y un misterioso y travieso erotismo, se compenetra con unos pintorescos y complejos personajes bien interpretados por Gómez, Elejalde, María Barranco, Nancho Novo y esa Emma Suárez perversa y arrebatadora en el, creo yo, mejor papel de su carrera.
Inclasificable por su atmósfera surrealista, absorbente y perturbadora, ¨La Ardilla Roja¨ fue alabada por todos, incluso por el mismísimo Stanley Kubrick, quien llegó a declarar que era ¨la única película con influencias ¨lynchianas¨ que no caía en el ridículo¨. Una pieza fascinante de nuestro cine, sobre todo del vasco, aunque eso sí, con aspectos que no han envejecido muy bien por caer en lo esperpéntico (¿qué me dicen de los escarceos sexuales entre Suárez y Eneko Irizar o del videoclip del grupo en plena sierra?) y una conclusión final no muy acertada por parte de Medem, que ha ido distribuyendo a lo largo de 100 minutos de metraje una serie de pistas para sumir en la más absoluta confusión al espectador y decide dinamitarlas así por las buenas en los últimos diez minutos, donde procede a revelarnos la identidad de Elisa.

La incógnita era lo que siempre hacía del personaje de Emma Suárez algo poderoso. Inocente, sensual, atrevida, débil, dominante y mentirosa, Elisa era una auténtica ¨femme fatale¨ moderna en la que no teníamos que confiar pero que irremediablemente nos arrastraba. Era puro enigma...y así debía haberse quedado. Poco a poco va descubriéndose su verdadera forma de ser. Medem nos da un nombre, Sofía, aunque ello no impide que el juego de señales falsas o ambiguas continúe. Irrumpe violentamente Félix, el negativo de Alberto, y los dos se lanzan en una agresiva persecución para encontrar a su mutua mujer ideal a través de una carretera de destino incierto que hará converger las pesadillas y la realidad.
Intuíamos que Elisa, o Sofía, dominaba y manipulaba en cierto modo a los demás y que siempre estuvo presente en la vida de Alberto: el avión en el que ella iba mientras él grababa el videoclip, la fotografía en la que ella aparecía por detrás; al parecer siempre le persiguió, cual sombra acechante producto de una obsesiva imaginería. Pero no es suficiente, Alberto ha de encontrarla sea como sea...y lo consigue no con mucha dificultad.

En lugar de permanecer enterrada para siempre en una dimensión desconocida, como hiciera Lynch con Renee/Alice en ¨Carretera Perdida¨, Medem acaba por destapar completamente a Elisa destripando así el misterio del film, justo como haría, desgraciadamente, Alejandro Amenábar en ¨Abre los Ojos¨ (en la que, por cierto, también aparecía otra Sofía de dudosa identidad...).



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Parnaso

  • 23 Nov 2015

6


LA ARDILLA ROJA

Su trama es una mixtura de romance surrealista que juega con la amnesia.Una muchacha(Emma Suárez)tiene un accidente y Nancho Novo la rescata para a su antojo insertarle en la mente recuerdos inventados por él para tenerla como pareja,todo esto lo hacen en el camping llamado ¨La ardilla roja¨donde se juntan con una familia compuesta por unos sosainas Karra Elejalde y una sinsangre María Barranco que solo suscita bostezos.La cinta está bien compuesta con mixtura de flashbacks e imagenes extrañas que le dan al asunto una buena sensación de alucinación.Lo mejor de la cinta es una dulce Emma Suárez que ejecuta naturalmente su trabajo y la canción(Elisa,de las moscas)que es una mezcla entre Depeche Mode y Miguel Bosé cantada por el mismo Nacho¨.Pena que Nancho Novo no me convence demasiado.Merecen mención especial Mónica Molina y Cristina Marcos que se ofrecieron a aparecer 3 minutos contados para salir en ella con unas pelucas infames pareciendo pin y pon...de verdad que vaya risas jajaja.
La peli resulta interesante pero técnicamente es algo pobre y el jugo no se concentra bien.



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Mad Warrior

  • 31 Aug 2013

7


Bueno, eso de comedia...de comedia tiene poco.
En realidad a mí no me atrae demasiado, por no decir nada, el cine de Medem. No llegué a terminar de ver ¨Lucía y el Sexo¨ y, de hecho, desprecio con toda mi alma esa cinta.

Y, aunque no pretendía ver ésta que ahora critico, lo hice...y me llevé una sorpresa. El cine español actual (¨90¨s para adelante) tiene muy poco que salvar, pero yo diría que ésta se puede salvar. ¨La Ardilla Roja¨ tiene una profunda trama que te atrapa entre tanta mentira, violencia, sueños surrealistas, hipnosis inducidas y recuerdos que vienen y se van.
Nacho Novo, un increíble Carmelo Gómez y la fantástica Emma Suárez forman un perfecto y peligroso triángulo amoroso en la única de Medem que creo que me gusta; y no se lleva más puntuación porque, siempre, está el punto que detesto del cine español (¿por qué narices tiene Eneko Irizar que realizar esa rara escena de seducción con Emma Suárez? Es que no lo entiendo).

Pero bueno, son solo unos detestables segundos de una genial obra de Medem, un hombre que se nota que ha cogido lo mejor del cine de Bigas Luna y le ha dado un protagonismo especial a las mujeres del film, como siempre ha hecho en sus películas, aunque esta sea la mejor.



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