Ficha Drug war: La Guerra de la Droga

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Críticas de Drug war: La Guerra de la Droga (2)




Mad Warrior

  • 28 Jan 2022

8



Hay en China una creciente oleada de tráfico y asesinato; parece que el Gobierno, con lo poderoso que es, no puede hacer nada.
Así que el trabajo sucio le toca como siempre a un puñado de policías que van a dar su vida para terminar con ello.

Es una caza sin cuartel, y empleando todos los métodos necesarios. Tal vez el film culpable de que los espectadores de medio Mundo acabaran por aceptar al bueno de Johnnie To tras el prestigio ganado gracias al díptico ¨Election¨, ¨Breaking News¨ o la más regular ¨Vengeance¨; al menos ya era una eminencia en festivales como los de Cannes o Sitges. Acomete ¨Drug War¨ después de ejercer de productor una vez más para Cheang Pou-Soi en la buena ¨Motorway¨, y lo hace a partir de una exhaustiva investigación que sus colaboradores Wai Ka-Fai y Yau Nai-Hoi llevan a cabo de los turbios asuntos de tráfico de Chongqing alrededor de 2.009.
Asuntos que llevaron al Gobierno a una enorme cazería dirigida por el ex-político comunista Bo Xilai de traficantes y miembros de las Tríadas; un año después de esta ¨limpieza¨ en la que terminaron implicados miembros de altos cargos del mismo Gobierno, y muchos de ellos condenados a muerte por sus graves crímenes, To debe afrontar la historia bajo coproducción con varias compañías chinas, sobre todo si se trata de crear una ficción usando a agentes de policía. Por ello éste, que siempre trató dichos temas desde una perspectiva moralmente ambigüa, se ciñe a la exigencia de una rectitud y dedicación inquebrantables para con los defensores de la ley.

Por eso decidirá no revelar de ellos más que lo imprescindible. Sin embargo ¨Drug War¨ empieza con un personaje situado al otro lado de la ley (Tianming), recién salido de un apuro; esta secuencia que abre la película, a toda velocidad y cuyo punto de finalización es un choque frontal contra un restaurante en plena calle deja bien claro el ritmo y la manera que tendrá To de exponernos su fábula policial, amén de hacerlo a través de un gran despliegue de medios, espectaculares efectos especiales y sus habituales trucos técnicos.
El primer cuarto de hora es un buen ejemplo. Una sucesión de impactantes acontecimientos y personajes variopintos se presentan, se cruzan y se mezclan; a un lado están los traficantes de drogas y al otro una brigada antivicio dirigida por el capitán Zhang. Pero To, al contrario de un cineasta norteamericano, los observa desde el lado más frontal posible, haciendo de todos y cada uno ellos personajes de trazo grueso, adustos y silentes, dedicados a su tarea, y en ningún momento sucumbiendo a la debilidad ni llegando a desvelarse emociones personales o íntimas; esto no significa que en absoluto sean seres humanos planos.

Al contrario, tanto el severo Zhang como su tropa están rodeados de oscuridad y violencia, y se han adaptado a ella, rebajándose al nivel de sus perseguidos para aplicar justicia. Muy lejos de ellos está Tianming, el único personaje de la trama moralmente confuso, un ser rastrero, patético, que evita la condena de muerte a base de cambiar de bando de forma continua, que oculta información y cuyos actos, inesperados, son los que determinan el devenir de los hechos; el director también le observa concienzudamente, pero parece no querer juzgarle.
Típico del ¨thriller¨ chino, entre éste y el capitán se establecerá una importante relación, pero de pura necesidad y colaboración, basada en un deseo individual (uno sólo quiere pillar a los traficantes, el otro sobrevivir); Honglei Sun y un excepcional Louis Koo se miden en un cara a cara intenso, encabezando uno de los mejores enfrentamientos en la Historia del cine (que no es decir poco) jamás vistos entre un agente de la ley y un criminal. Lo demás corresponde a un relato policíaco en su concepto más estricto y literal: más de hora y media de persecución, vigilancia, trapicheos, traiciones y asunción de falsas identidades para capturar a los ¨malos¨.

Así podemos ser testigos de las inteligentes tácticas llevadas a cabo por Zhang (quien se materializa como uno de los vendedores de metanfetaminas) y del esfuerzo incansable de sus muchachos. Si algo se logra con creces es introducirnos en ese submundo de drogas, ambición y asesinos despreciables, tanto más siniestro cuanto que todos ellos se mueven en sus entrañas como humildes trabajadores en su rutinaria cotidianidad; así nos lo muestra el cineasta: sin grandezas ni oropeles y centrándose en la normalidad con que se acomete. No hay innecesarios romances, no hay introspecciones, ni tampoco traumáticos pasados, todo se desarrolla en un presente urgente donde nada más importa.
Por tanto To se arriesga a mostrar cosas y tomar rumbos que poco o nada tienen que ver con el cine de acción americano: todo ser humano puede matar o morir (ya sean discapacitados o mujeres) y la maldad no pertenece exclusivamente a los criminales; una buena muestra de ello es el clímax, visceral y desasosegante, al que nos conduce: frente a la puerta de un colegio, donde unos y otros se enfrentan sin piedad. Woo habría abusado de sus florituras estéticas, pero To nos mete de cabeza en lo que debe ser una batalla policial/criminal usando el nervio narrativo, la precisión de los planos y encuadres y la áspera violencia, dirigida al estómago, pagando su deuda con el ¨thriller¨ clásico.

Al verse auspiciado por la producción china (pues había imaginado una conclusión muy distinta) no tiene más remedio que sucumbir a una única solución para su carismático villano, discutible para muchos, pero lógica por otra parte e incluso satisfactoria.
Puede que le falte eso, profundización de personajes, pero ¨Drug War¨ funciona, de un modo extraño, como entretenimiento ágil y palomitero y como relato amargo de atmósfera desencantada sobre la ley y el crimen. No es de extrañar que tanto sus compatriotas como el público y la crítica extranjeros se deshiciesen en halagos con este trabajo; se trató del ¨thriller¨ de To más sólido y perfecto desde ¨Election¨.



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COCO 1

  • 9 Nov 2014

8


Grata sorpresa que me he llevado con esta película.
Como muchos sabéis, yo soy un apasionado del cine oriental, me da igual el genero, tanto terror como drama o acción.

El film que ahora critico es una historia de policías y traficantes de drogas, muy bien narrada y que logra enganchar desde el minuto 1.
Johnnie To, su director, no se corta ni un pelo a la hora de mostrar como se hace el contrabando en Hong Kong, lo muestra con todo tipo de detalles, creando una trama demasiado perfecta con unas escenas de acción que realmente sorprenden ya que cogen por sorpresa.

Las actuaciones me parecieron perfectas, tanto Honglei Sun en el papel del duro policía, como Louis Koo con su rol de narcotraficante me parecieron perfectos y son los que más destacan en el film.
BSO perfecta, escenarios muy variados y FX que no están nada mal ya que reproducen con realismo los tiroteos y las heridas recibidas por los balazos.
Sin lugar a dudas lo mejor es el guión, cuenta la historia de un modo tan realista que en momentos llega a impactar, además el final es sorprendente.

Me ha parecido muy buena película, que no aburre en ningún momento y que la adrenalina que contiene es impresionante.
Es una pena que títulos como este pasen sin pena ni gloria por culpa de una mala publicidad.
Realmente la peli engancha, se simpatiza con los protagonistas y algunos momentos cogerán a muchos por sorpresa.

Recomendable.

Coco 1.



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Críticas: 2


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