Ficha Sin Piedad

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Críticas de Sin Piedad (2)




Mad Warrior

  • 10 Dec 2018

7



Un suceso tan significativo que surgió a raíz de un asunto de lo más sencillo: un criador y vendedor de caballos quería vender dos ejemplares y que se encontró con la desgracia en su camino encarnada en un avaro ganadero.
La ley le dio la espalda, pero juró vengarse, por sus caballos, por un amigo al que habían atacado y por su esposa, que había fallecido. Un hombre que ya no tenía nada que perder, dispuesto a hacer justicia.

¿Hubo en los años 90 alguna aportación digna al olvidado ¨western¨, género enterrado que prácticamente no suscitaba el interés de nadie? Por fortuna sí. Clint Eastwood, con toda la sabiduría y conocimiento del mismo, extrajo lo mejor de él en ¨Sin Perdón¨, una de sus obras maestras; tras ella, aparte de las dos aportaciones que George P. Cosmatos y Lawrence Kasdan hicieron sobre la leyenda del O.K. Corral, poco se puede mencionar. El Oeste había sido relegado a la pequeña pantalla en producciones la mayoría mediocres o convertido en una parodia de sí mismo gracias a ¨Héroes por Casualidad¨ o ¨Wild Wild West¨.
Sin embargo John Badham, responsable de éxitos en los 80 como ¨Cortocircuito¨ o ¨Juegos de Guerra¨, se pondría al frente de un digno ¨western¨ producido por la HBO y con John Cusack de protagonista, quien hacía las veces de productor ejecutivo. El guión, escrito por Dick Cusack (padre de John), se basa en un hecho real, pero su origen no se encuentra, ni mucho menos, en el lejano y salvaje Oeste, sino en una de las mejores obras del gran poeta y escritor alemán Heinrich W. Von Kleist, ¨Michael Kohlhaas¨, que creó tomando de inspiración la historia del mercante Hans Kolhase sucedida allá por el siglo XVI, y que había visto su adaptación al cine en 1.969 de la mano de Volker Schlöndorff.

La salvaje cruzada emprendida por Kolhase, como venganza al injusto tributo que tuvo que pagar por atravesar los terrenos de Saxony, fue convertida en toda una hazaña en busca de la justicia por Kleist, quien ante todo se centró en lo romántico del suceso y el personaje. La Alemania de la Edad Media, en manos de Cusack y John Pogue, se cambia por el Oeste de finales del XIX, cuando Wyoming está a punto de ser declarado estado oficial, cosa que interferiría en las propiedades de Henry Ballard, un cruel ganadero que tiene el control sobre el territorio. Myrl tiene que pagar un peaje excesivo a Ballard por cruzar por sus tierras; la gente también está descontenta, pero no se atreve a enfrentarse a él.
Los caballos que Myrl deja como garantía acaban maltratados, al igual que su amigo y trabajador indio Billy, y la situación empeora cuando su esposa decide ayudarle en el asunto; tras perderlo todo y ver que nadie le apoya, el humilde y pacífico vendedor se torna vengador, plantándole cara directamente a Ballard y a los suyos hasta que consiga su propósito, que no es otro que hacer que se cumpla la ley. El aspecto romántico y noble de Kleist atraviesa una historia convencional, cuya intención no es otra salvo recalcar la encarnizada lucha que el hombre bueno y justo ha de emprender en un mundo donde los cínicos y corruptos siempre ganan, aun sacrificando su propia vida, en pos de conseguir que su voz sea por fin escuchada.

De esta forma, ¨Sin Piedad¨ recupera la esencia de los ¨westerns¨ clásicos donde veíamos al hombre indefenso enfrentándose contra los abyectos y viles, que gobiernan con su propia ley. El film se construye bajo una premisa de lo más sencilla haciendo Badham mella en el fondo moral de la historia, al igual que practicaban los revisionistas Arthur Penn, Monte Hellman o Sydney Pollack años atrás, y desarrollando su discurso en una línea cercana a la de ¨Cometieron dos Errores¨, que dirigió Ted Post con Clint Eastwood de protagonista, donde se trataba en un sentido muy liberal de la imposibilidad de la venganza, del callejón sin salida existencial de toda justicia personal, además del frío horror del castigo del Estado (el ahorcamiento, la pena capital). La escena en la que los hombres se reúnen en el establo para iniciar la lucha es el mejor ejemplo de la filosofía de la película.
Cómo a fuerza de palabras e intercambio de reflexión, surge en hombres desesperados la idea de resistir a la tiranía, en suma, cómo nacen el instinto político y el espíritu de la democracia. Redding adopta el papel de fermento de una comunidad, reuniendo a dichos hombres, y se alza como un contestatario contra las leyes de un mundo civilizado y no así violento donde el débil sólo tiene las de perder, pues la violencia y la injusticia parecen ir siempre de la mano del progreso: las banderas americanas ondearán finalmente tras todo el horror (la paliza al indio, la quema de hogares o la condena de Myrl, por algo tan básico y universal como haber defendido sus derechos, aunque hecho a sangre y fuego). Se liga simbólica pero indisolublemente la violencia demente, la rabia asesina y la insatisfacción a la partida de nacimiento de una nación.

Las amargas palabras pronunciadas por el juez Tolliver son decisivas para entender esto (¨...si este país se va a pique será por las personas como usted y como yo¨). Juez interpretado por un inmenso John Goodman que acapara toda la atención desde que aparece en pantalla, pero no se puede negar el gran trabajo de John Cusack en un género en el que resulta extraño verle actuar. Aparte de ellos, se cuenta con un sólido reparto donde tenemos a L.Q. Jones, imponente como villano, y a secundarios tan solventes como John C. McGinley, Scott Wilson, Kurt Fuller y Rodney Grant.
Trágico y romántico, ¨Sin Piedad¨ puede figurar, pese a sus convencionalismos, como un ¨western¨ muy digno, y para haber sido el único de su carrera, John Badham demuestra que sabe desenvolverse con astucia y eficacia en el género.



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Loboaullador

  • 6 Dec 2012

6


Correcta película del Oeste.

Buenas interpretaciones, Cusack más que aceptable, buen guión.
Dirige John Badhan.

Pese a todo le falta algo al acabado general, en otras manos podría haber sido un trabajo más redondo, pese a todo mantiene un buen tono.



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