Espectacular como siempre éste gran actor nos trae otra de sus geniales comedias y con la ciudad de New York de fondo, es una comedia muy entretenida con el humor ácido e inteligente, la trama nos narra la historia de una pareja formada por Allen y Diane Keaton, que luce espléndida, una gran actriz, ellos un día conocen a sus vecinos, dos personas ya entradas en años y que al día siguiente la esposa del señor aparece muerta, ahi comienza a sucederse un sinfín de hechos que llevan a los protagonistas a investigar el hecho como muerte sospechosa, una serie de malentendidos y enredos que sin dudas el director con su maestría sabe llevar a buen puerto, muchas escenas muy cómicas y el suspenso hasta el final ya que no se sabe a ciencia cierta que ocurrió con la mujer fallecida y menos cual fue la causa de su muerte, muy acertada la aparición de Angélica Houston, un minon de aquellos y un Woddy Allen en su mejor versión.
Brillante. Woody Allen rodó en 1993, ¨Manhattan murder mystery¨, una película de estructura compleja que juega entre la comedia y el género de intriga con un resultado notable y atrapante.
Largos diálogos, una cámara que panea y trabaja en acompañamiento de los actores (mas que en su propio virtuosismo), unos actores endiabladamente geniales como el propio Allen y Diane Keaton (musa en la trayectoria del cineasta), y un guión que entretiene y construye con inteligencia la escena de un posible crimen que parece perfecto.
Esta claro que el crimen es una mera excusa argumental para exponer el cansancio de la rutina de una pareja que lleva años de cansada. Y, ¿quien entiende mejor del amor que Woody Allen?. Mi nota es un 7,5.
Uno de los films más ingeniosos de Allen en cuanto a su trama y al desarrollo de los hechos. Además está lleno de momentos gloriosos de absurdidades durante la investigación, frases y comentarios enormes con los que Allen sabe sacar una sonrisa detrás de otra al espectador. Por irreales que parecen algunas situaciones acaban siendo perfectas para descubrir la verdad.
A su lado Diane Keaton, pareja ideal para esta trama por su soltura y facilidad de expresión y por su entusiasmo a veces rayando lo psicótico, como no podía de otra manera estando junto a Allen.
Un film que se ve de forma rápida porque todo es muy veloz, el guión y los personajes que encuentran siempre alguna frase que otra para salir del paso.
Y encima el misterio y como se ejecuta el proceso son muy ingeniosos. Puro cine de Woody Allen pero mucho más llevadero que otros de sus proyectos.
Película muy del estilo Woody Allen, con una facilidad sorprendente para mantenerte enganchado desde el principio. Una película que podríamos catalogar de suspense, con la intriga de resolver un posible asesinato y la trama que se esconde tras el mismo, pero siempre bajo la máscara de una comedia de enredos con situaciones rocambolescas y divertidas mediante diálogos ingeniosos.
Realmente conseguido el estilo de la película, con la presencia continua de la cámara en mano y largos planos secuencia, dotando así a la película de una cercanía y realismo inusitados.
Los actores logran, en su conjunto, unas interpretaciones de aparente naturalidad. Diane Keaton está en su salsa y logra una interpretación desbordante.
Muy entretenida. La recomiendo.
Woody Allen es un actor / director muy peculiar, podíamos decir que es algo así como Quentin Tarantino o Lars Von Trier, son tipos que tienen una forma de hacer cine muy peculiar, o le amas o le odias, por así decirlo, su narcisista forma de hacer cine, puede llevar a odio por parte de muchos, y a amores por parte de otros.
Si me tengo que alinear en algún lado, lo hago del lado de los que lo aman, Woody Allen es un genio, un tipo maravilloso y uno de los mejores directores de todos los tiempos, sin duda, desde que vi ¨Scoop¨ (Y eso que es una de sus más flojitas, en comparación con otras de sus obras más célebres) me enganché a él, y comencé a ver una tras otra, espero que las siguientes que caigan sean ¨Bananas¨, ¨El Dormilón¨ o ¨Manhattan¨ ya veremos que acaba sucediendo.
Deben de estar echando un ciclo de cine de Woody Allen en ¨La Sexta 3¨, porque el otro día pude ver ¨Toma el dinero y corre¨, y he tenido la suerte de disfrutar esta misma noche de ¨Misterioso Asesinato en Mahattan¨.
Lo cierto es que al principio, no parecía la típica película de Woody Allen, de hecho, se quedaba él en un segundo plano, cediendo todo el protagonismo a Diane Keaton, que comienza a comerse la cabeza con el tema del asesino, emulando al maestro Alfred Hitchcock, en una de sus obras maestras ¨La ventana Indiscreta¨.
En un principio la película me pareció un poco floja, si, los diálogos de Woody Allen seguían teniendo mucha chispa, pero lo cierto es que aburrían, sin embargo, la cosa comienza a mejorar, es la mezcolanza perfecta entre la comedia, y el misterio, por esto, se tiene que agradecer a Woody Allen, por crear obra maestra tras obra maestra.
Woody Allen interpreta a Woody Allen, una vez, a cierto tipo de personas les parecerá totalmente aburrido y repetitivo, a mi me parece delicioso, es Woody Allen en su máximo esplendor (Quizás un poco por debajo de ¨Toma el dinero y corre¨.
Diane Keaton, es una de las actrices fetiche de Woody Allen y demuestra que todo su talento no es casualidad (Al que lo dude, que se eche un repasito a la trilogía de ¨El Padrino¨, en la que interpreta a la mujer de Michael Corleone)
También podemos contar con una actuación, corta pero brillante, de una mujer muy talentosa, Anjelica Huston (¨La Familia Adams¨, ¨El honor de los Prizzi¨).
La película no es excesivamente larga, se pasa en un suspiro, mediante las risas y puntazos de Woody Allen y Diane Keaton, que destilan química por los cuatro costados.
No puedo hacer más que recomendarla.
La película se desarrolla de forma ágil y con buen ritmo, captando la atención del espectador casi desde el inicio y con un final digno de las expectativas creadas por la historia. Mucha intriga y con la cantidad justa de celos y amor (muy en la linea de su director). La historia es en parte original y en parte repetitiva, debido a la obsesión de Allen por las calles de nueva york y su clásica ambientación. Las interpretaciones muy buenas, excepto Woody Allen que solo sabe interpretar a Woody Allen. La verdad, este no es el estilo de comedias que más me va (prefiero el humor negro) pero es una buena película y la recomiendo.
Críticas: 7
Mad Warrior
8
Una de las más famosas ocurrencias jamás soltadas por Woody Allen se da en la más divertida secuencia de toda la película, la del ascensor: ¨¡Claustrofobia y un cadáver!, el colmo de un neurótico!¨. Dos minutos y tres planos fijos que ofrecen un espléndido resumen del sentido de lo cómico en el neyorkino.
Larry y Carol charlan muy animados, y de repente el ascensor se bloquea, lo que acciona el mecanismo bien ajustado del número preferido de Allen: el de la angustia crónica.
La carga humorística del monólogo depende íntimamente de lo que el espectador sabe del hombrecillo de gafas de pasta (¨¡mi claustrofobia es universalmente famosa!¨) y según la dinámica del film, Carol es la que está a cargo de la situación; la frase anunciada por Larry antes de que se corte la luz subraya de nuevo que la escena es un ejercicio de estilo que insiste en las angustias, harto conocidas, de un personaje inventado decenios antes. Este momento, al igual que el resto de la película, viene a indicar un paso muy importante para Allen en su carrera: el reencuentro con el registro cómico tras una década realizando dramas cargados de humor ácido y dudas existenciales.
Un giro a su filmografía y estilo que ocurre en la peor etapa de su vida, justo cuando estalla la guerra entre él y Mia Farrow, quien le llevó a juicio por una serie de turbias sospechas relacionadas con su hija Soon-Yi donde se incluían peligrosas palabras como ¨perversión¨, ¨pedofilia¨, ¨agresión¨ y otras lindezas; el caso se convirtió en un escándalo mediático y nadie quiso saber nada de Allen, quien negó todas las acusaciones públicamente (por desgracia, la historia vuelve a repetirse). De todas formas, pese a esa tormenta sin precedentes acechándole, continuó practicando su oficio como de costumbre, con dedicación y esmero.
Es en Septiembre del 92 cuando se inicia el rodaje de ¨Misterioso Asesinato en Manhattan¨, que nos cuenta la vida tan apacible que lleva un matrimonio maduro de clase media-alta en el centro de New York, Larry y Carol Lipton, cuando su vecina Lillian, a la que conocieron la noche anterior, fallece de un ataque cardíaco repentino. Larry, acomodado en una rutinaria vida, ya tiene bastante con su trabajo de editor de libros y con ver películas en la televisión, pero Carol necesita sentirse viva, y no se le ocurre otra cosa que dárselas de detective e investigar al marido de Lillian, Paul, ya que sospecha que puede haber sido asesinada por él.
Así, poco a poco, y con la ayuda su amigo Ted, que está enamorado de ella, Carol se verá atrapada en un excitante misterio que va resolviendo entre pistas y coincidencias...algo que, por supuesto, no impresiona al susceptible de Larry, quien opina que todo son imaginaciones suyas provocadas por ¨sobredosis de ¨Perdición¨ y una crisis nerviosa total¨. Para desgracia de éste, y para evitar que Ted se la arrebate, deberá acompañar a su esposa en las pesquisas, más enrevesadas y peligrosas de lo que ninguno de los dos pudiera haber imaginado.
Aunque pueda resultar una afirmación muy atrevida, teniendo en cuenta la cantidad de obras maestras que pululan por la dilatada carrera del director, esta que nos atañe se perfila como uno de sus más brillantes trabajos. Con ella, donde recupera aquel primer borrador de lo que finalmente fue ¨Annie Hall¨, homenajea e introduce en su particular universo de neurosis y enredos amorosos, las claves del clásico género del misterio, inspirándose en la ¨Perdición¨ de Wilder, ¨La Dama de Shanghai¨ de Wells, que hacen acto de presencia en film, y en ¨La Ventana Indiscreta¨ de Hitchcock.
Tal como le ocurre al personaje de Jefferies, Carol va sumergiéndose, primero en solitario y más tarde junto a Larry, en una investigación criminal donde el suspense se da de la mano con grandes dosis de humor, ágil, mordaz y lleno de chispa, en un equilibrio perfecto, captado por una cámara siempre en movimiento, técnica que ya aparecía en ¨Maridos y Mujeres¨. Para celebrar su retorno a la comedia como es debido, Allen hace equipo con su cómplice Marshall Brickman y con la que fuera musa de la primera etapa de su cine, Diane Keaton, lo que se traduce como un deseo ardiente de huir del caos de su vida personal reencontrándose con sus amigos de siempre y preparándose a filmar una simpática obra, con el mero objetivo de entretener y hacer pasar un buen rato.
Mientras en los 80 dominaba la amargura, el pesimismo y la seriedad en sus obras, ¨Misterioso Asesinato en Manhattan¨ se revela como una pura felicidad en la concepción y realización, reflejado esto en el final, una bocanada de optimismo, donde vemos que la pareja, tras décadas junta, se descubre tan enamorada como el primer día. Este encantador matrimonio tan bien avenido, aunque con sus rencillas como cualquier otro, no es sino una pequeña variación de los Alvy y Annie de ¨Annie Hall¨.
El protagonismo recae en esta última, sustituyendo la vivacidad y el nervio de Diane Keaton al carácter empalagoso, tedioso e insoportablemente espeso de Mia Farrow, que queda a años luz de ella; sin duda Allen y Keaton vuelven a encandilar con una gran química en pantalla, la cual saca el mejor partido de los contrastes entre la pareja. Alan Alda vuelve como antagonista de Allen y Angelica Huston se mete en el papel de seductora invasiva, secundados por unos maravillosos Jerry Adler y Lynn Cohen. Ahí tenemos debutando a un joven Zach Braff, futuro enfermero de la chiflada ¨Scrubs¨.
Desgraciadamente, en el momento de su estreno, nadie quería oír hablar de Allen en EE.UU., quien era tildado de perverso pederasta, lo que provocó a los ejecutivos de TriStar romper su contrato de tres películas con él.
Pese a las críticas y a una acogida modesta en taquilla, ¨Misterioso Asesinato en Manhattan¨ es irresistible, amena, nostálgica, llena de ingeniosos chistes, personajes de lo más pintorescos y una trama absorbente. Ni más ni menos que lo mejor realizado por el director en los 90, década que se abriría llena de posibilidades para su cine.
Me gusta (2) Reportar