Ficha Corazón de Hielo

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Críticas de Corazón de Hielo (2)




Mad Warrior

  • 14 Oct 2022

8



Todos tiemblan ante él por muy duros que se pretendan, acaban sucumbiendo ante sus artimañas y sus desmanes sin conciencia.
No se trata de ¨Rocky¨ Sullivan ni de ¨Cody¨ Jarrett, pero al igual que ellos tampoco se anda por las ramas...

En el cine negro o de criminales de los 30, James Cagney es el que quizás mejor supo encarnar la figura del violento gángster (pesar a que Paul Muni creó escuela con su Tony Camonte). Pero Cagney tenía algo especial: su carácter, su presencia imponente, su implacable carisma y su afán por defender las causas justas; todo aquello le valió para ser recordado eternamente en sus roles de ¨El Enemigo Público¨, ¨Ángeles con Caras Sucias¨ o ¨Los Violentos Años 20¨ (aunque interpretara a villanos).
Ya en la siguiente década fue visto en producciones muy versátiles, en muchas colaborando su hermano William, con quien creó su propia firma; sin embargo una explosiva película vuelve a reubicar al actor, ya con 50 años, dentro del género que le dio la fama tiempo atrás: ¨Al Rojo Vivo¨, realizada bajo el auspicio de Warner Bros. por un sensacional veterano, Raoul Walsh. Un éxito en su momento y hoy una de las obras imprescindibles de la ¨crook story¨ clásica...éxito que parece desearon repetir tan solo un año después con la adaptación de ¨Kiss Tomorrow Goodbye¨ de Horace S. McCoy, genio del suspense y el ¨hard-boiled¨.

El seleccionado para volver a convertir a Cagney en duro criminal es Gordon Douglas, humilde y talentoso artesano de longeva carrera, no muy conocido como otros tantos salvo para los auténticos cinéfilos, que contaría en su haber con clásicos de dispares géneros como ¨Río Conchos¨, ¨Sólo el Valiente¨, ¨La Humanidad en Peligro¨ y por encima de todos éste que nos ocupa. Si ¨Al Rojo Vivo¨ se iniciaba con un intenso atraco para más tarde llevarnos a la cárcel, ahora el punto de partida es un juicio donde un expeditivo fiscal señala el espíritu de malnacidos y podridos de los acusados.
Esa voz de la razón que apela al sentimiento de justicia tan inquebrantable para el ciudadano americano, y la de los mencionados acusados, son las responsables de romper la narración hacia un pasado no lejano donde el instigador de todo el caos que aún no conocemos, el principal acusado, sigue vivo. Se llama Ralph Cotter, y como es de esperar posee los rasgos de anteriores personajes de Cagney (un trasunto de Jarrett nada disimulado); aquí ya está en prisión, pero la trama arranca con su huida, frenética y bien calculada por parte de Douglas. Le seguiremos a él y a sus compinches hacia una intriga de diversas bifurcaciones y sorpresas.

El ¨corazón de hielo¨ de la traducción está bien justificado desde el primer momento, pues a Cotter no le tiembla el puso a la hora de deshacerse de su compañero herido y hermano de Holi, la chica que le ayuda a fugarse; nos hallamos ante un gángster iracundo e imprevisible, una suerte de forajido desconfiado y furiosamente individualista capaz de desarrollar excesivas cotas de violencia con tal de conseguir sus fines, incluso si nunca resultan lógicos, y de manipular a todo ser humano que se cruce. Quizás se establece una mayor distancia en comparación con su homólogo Jarrett.
El guión en este caso no desea crear un nexo de empatía para con el espectador, ni con él ni con los demás que le rodean; el guión (y antes el texto de McCoy) describe a conciencia a unos personajes sumergidos en una sociedad tan malograda como ellos, una sociedad injusta, sucia, brutal, hipócrita y corrupta desde todos sus puntos, dejando en la más negra de las bajezas a los clásicos defensores de la ley (el abogado, el policía, incluso el intelectual orador que estafa a sus seguidores). Con la intromisión del inspector Charles Weber la violencia, el chantaje y la traición servirán a Cotter y sus acólitos para unirles en camaradería, todo ello con un objetivo en mente: un atraco muy beneficioso.

Mientras tanto observaremos las artimañas del villano protagonista, monstruo situado en el centro de este desasosegante entorno con el fin de pudrirlo aún más, sobre las dos féminas de la historia: Holi, chica desconfiada y débil que no simboliza sino una propiedad, un mero objeto (como la Verna de ¨Al Rojo Vivo¨), y Margaret, una chiflada escudada en apariencias, hija de un hombre poderoso de la alta sociedad y prendada de Cotter (y viceversa) como resultado de una atracción psicológicamente masoquista. Este personaje, muy estomagante, es uno de los fallos de la narración, no ejecutada con la misma precisión que la de Walsh.
Una narración de desvelos a menudo incoherentes y chocantes, quizás debido a que ese es el carácter de su protagonista. Al final todo se convierte en una típica historia de criminales y atracos en la tradición más pura del ¨noir¨, pero resuelta con solvencia, con una mano hábil como la de Douglas, quien sabe arrastrarnos sin concesiones al fondo de una atmósfera viscosa, cruel e implacable; la guapísima e interesante Barbara Payton se desenvuelve correctamente, al igual que Helena Carter, y Ward Bond (habitual de John Ford) se presenta imponente, a veces incluso más que Cagney, de nuevo en la piel de ese ogro de sombrero y pistola que tan bien le ha sentado desde hace años.

Difícil no temblar ante su presencia, y para demostrar esto sirva de ejemplo la pelea entre Cotter y Mason en el taller, donde el primero hace uso de su más extrema violencia para terminar la cámara filmándole desde el interior de un agujero en un soberbio y aterrador contrapicado (Douglas y su director de fotografía J.P. Marley elevan el supense a un momento de tangible horror).
Pese al carisma de Cagney, el talento del director y un clímax sensacional, fue considerada una pobre copia de ¨Al Rojo Vivo¨ y no funcionó demasiado bien en su momento. Puede que el tiempo la haya tratado con más amabilidad; los fans hallarán ni más ni menos que un áspero y crudo ¨thriller¨ sobre la corrupción y vileza en estado puro del criminal.



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  • 8 Jun 2022

7


Entretenida película de cine negro la cual entretiene desde que empieza hasta que termina sin aburrir ni decaer en ningún momento debido a su dinámico guión.
Está muy bien actuada por parte de todo el reparto salvo por James Cagney (actor que suele sobreactuar; aunque es simpático).
Está muy bien dirigida aunque, lamentablemente, la fotografía no es gran cosa.
Los diálogos son cínicos, chispeantes e ingeniosos!
Las dos actrices femeninas resultan muy bellas.
Recomendable!



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