Al iniciar la escena en el establo, donde Pongo y Perdi emocionados se reúnen por fin con sus cachorros, podemos ver (con mucha atención) como a los que pintaron la escena se les olvidó pintar las orejas negras de Pongo, dando como resultado un par de orejas negras que de pronto lanzan un destello blanco (el espacio sin pintar).
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Al iniciar la escena en el establo, donde Pongo y Perdi emocionados se reúnen por fin con sus cachorros, podemos ver (con mucha atención) como a los que pintaron la escena se les olvidó pintar las orejas negras de Pongo, dando como resultado un par de orejas negras que de pronto lanzan un destello blanco (el espacio sin pintar).
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