Ficha Gonin


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Críticas de Gonin (2)




Mad Warrior

  • 2 Jan 2022

10



Por méritos propios, ¨Gonin¨ figura como uno de los más brillantes y salvajes ¨thrillers¨ asiáticos jamás realizados.
La historia de cinco hombres desesperados que harán lo que sea por cambiar sus vidas; una historia de sangre, venganza, traición, dolor y, sobre todo, dinero.

El reputado artista de cómics para adultos reciclado en director de cine a finales de los 80, Takashi Ishii, siempre supo inmiscuirse en los terrenos del ¨thriller¨ y el drama con mucha habilidad, lo que puso de manifiesto en ¨A Night in Nude¨ o ¨Alone in the Night¨, buenos films aunque tristemente desconocidos para la mayoría; Ishii imprimía a sus trabajos grandes dosis de violencia, erotismo y crítica social introduciendo a sus estereotipados personajes en ambientes sórdidos y sucios, influenciándose del más clásico cine negro y las historias de yakuzas, perdedores y criminales de la vieja escuela.
Sin embargo poco tienen que ver sus anteriores obras con ¨Gonin¨. Mientras el cineasta siempre desempeñaba su labor en producciones de bajo presupuesto, en esta ocasión su guión es respaldado por la poderosa Shochiku para concebir la que sería su obra maestra. El director nos vuelve a traer ni más ni menos que la clásica historia de perdedores y desamparados, de tipos rodeados de violencia y viviendo más mal que bien en un mundo corrupto, dominado por los más fuertes, un mundo repugnante y gris donde el tener esperanzas e ilusiones se puede evaporar rápidamente con el silbido de una bala.

Mikihiko Bandai, propietario de un pub cargado de deudas con el clan yakuza Okoshi-gumi. Junichi Mitsuya, timador de poca monta y supuestamente amante del anterior. Kaname Hizu, ex-policía aficionado al juego que ahora trabaja como vigilante en un bar de mala muerte. Shohei Ogiwara, padre de familia en paro con una crisis mental progresiva. Jimmy, un joven trastornado que mantiene a una chica sin pasaporte extorsionada por la misma mafia. Cinco tipos unidos por el aciago destino y agravados por una pésima situación económica cuyas ambiciones les llevan a aliarse y planear el robo de 100 millones de yenes al clan yakuza que presiona a Bandai.
Una secuencia de apertura onírica y que sirve de prematuro signo de muerte y desastre al espectador, inicia este relato visceral que empieza y acaba en las mismísimas entrañas donde inicio, nudo y desenlace se prestan a una historia de sencilla apariencia; pero no es tanto más importante qué se cuenta como el qué va sucediendo y cómo según la visión que Ishii arroja sobre el Mundo que nos rodea, una visión torcida y rematadamente despiadada de la realidad de la sociedad y los seres humanos que la pueblan, quienes únicamente se sirven, se nutren y viven de violencia, la cual pasa a través de ellos incesante y ferozmente. Una violencia que se ejerce en maestro de ceremonias, en auténtico motor de la trama, dominando a todos y cada uno de los personajes, atrapados y atormentados hasta la extenuación.

Personajes cuyo avance en pos de lograr la felicidad o la redención no se dará de otro modo salvo a través del dolor, la ambición y el sufrimiento. Tras perpetrarse el atraco, excitante y frenético, Ishii, haciendo las veces de espectador demasiado clarividente ante el progreso de la inhumanidad, prepara el escenario para una verdadera carnicería donde se trascienden todos los límites de la locura y el horror; así nos veremos sumergidos en una cacería despojada de toda ética donde los cinco hombres intentarán sobrevivir a pesar de verse acorralados por dos crueles asesinos a sueldo, representación inequívoca de la muerte y la destrucción.
Juegos de masacre y masoquismo, de intercambio de mezquindades, de placeres perversos e irreprimibles a través de aberrantes atmósferas (tremendamente detallistas, sobresaliendo en su aspecto formal la fotografía de Yasushi Sasakibara y una arrolladora puesta en escena) impregnadas de un calor agobiante donde el rojo de la sangre se confunde con el blanco del fulgor de los neones y de los disparos. Desde el ¨Gohiki no Shinshi¨ de Gosha, ¨La Jungla de los Gangsters¨, ¨Atraco Perfecto¨ o ¨La Jungla de Asfalto¨ pasando por Scorsese, Fukasaku, Suzuki, Hasebe o Peckinpah, Ishii se nutre de poderosas influencias al tiempo que deja patente su estilo único, sombrío, recargado de una ácida ironía y adornado con salvajes estallidos de violencia gráfica y grandes momentos de acción.

A los geniales Koichi Sato y Masahiro Motoki (cuyos personajes están marcados por una relación como los de Kazuma y Kyoya, sus superficies de proyección, lo que tendrá su repercusión en el encuentro final) y los habituales del director Jinpachi Nezu, Naoto Takenaka y Kippei Shiina, sorprendentes por igual, con la preciosa Megumi Yokoyama encarnando a Nami (retornando en el universo de Ishii), destaca la colaboración de un Takeshi Kitano en su papel más detestable y aterrador, junto al del Uehara de ¨Boiling Point¨, como el asesino Kyoya, que encarnaría poco después de recuperarse del trágico accidente que le desfiguró y dejó medio cojo (el parche que lleva por los fluidos que aún le brotaban del ojo sirve de inconsciente tributo a ¨look¨ de Bunta Sugawara de la 5.ª parte de ¨Batallas sin Honor ni Humanidad¨).
Una obra retorcida, macabra, vibrante y sórdida que se define como el cénit de la creatividad del cineasta; mientras se distribuyen los más significativos simbolismos y metáforas uno puede sentir el crujir de los huesos y el olor de la sangre porque, aunque sean los protagonistas los que se matan y destrozan, al espectador le duele, de puro bestia. Al año siguiente Ishii estrenaría la innecesaria ¨Gonin 2¨ y, tal como Kitano retornaba a su cine de yakuzas con ¨Outrage¨ en 2.010, éste hizo lo propio en 2.015 con la aceptable ¨Gonin Saga¨ para resucitar de algún modo el espíritu de la original, que funciona como su verdadera secuela.

Pero ninguno de esos films, ni los posteriores realizados durante su carrera, estarían a la altura de la incuestionable obra maestra que es ¨Gonin¨.



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Black Metal

  • 14 Aug 2011

7


Película cruel, fría y despiadada. Esta vez no esta tan involucrada en el universo de la mafia japonesa (o también llamada Yakuza), pero el crimen forma parte de la trama. Gangsters, asesinos a sueldo y una lentitud extrema en sus escenas hace la película tremenda, como si fuesemos en primera persona los protagonistas de cada secuencia, minuciosamente observando cada detalle.
El personaje de Takashi Miike es posiblemente el más sádico y perverso, quizá a día de hoy no haya sido reconocido su rol en esta película pues tampoco se la vé como una de gran presupuesto en Japón, sino más bien un thriller de serie-b. Aunque realmente, dicho personaje, es uno de los más sanguinaríos de su carrera.
Hay algunas secuencias de acción, como las de los tiroteos, que dan el tono vengativo y brutal para hacer la película más amena, ya que quien no está acostumbrado a planos largos y secuencias de camara de extensa duración, pues puede considerarla aburrida o lenta, para ese tipo de gente estan esas escenas de sangre y balas.



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