Tal como señala su título original (no, no es ¨Wanted¨, sino ¨Crime Spree¨) en esta película lo que se organiza es una verdadera fiesta criminal donde tenemos de todo: ladrones franceses, policías corruptos, mafiosos italoamericanos y bandas callejeras de negros y latinos. Hay que estar bien preparado para la que se va a montar.

El lío empieza cuando un trío de ladrones franceses lidiado por Daniel fracasa estrepitosamente en su último robo, y el jefe de estos, Laurent Bastaldi, decide encargarles otra misión en Chicago contando con la ayuda de tres profesionales más, Marcel, Sami y Zéro (quien tiene la manía de hablar de él en tercera persona).
El trabajo tampoco es tan complicado: un robo sin importancia a un adinerado matrimonio sin importancia. Sí, lo que pasa es que todo va a pegar un vuelco de 180º convirtiéndose en algo más que una complicada situación cuando el grupo asalte no la supuesta casa que tenían como objetivo, sino la de Frank Zammeti, subcapo de la mafia de Chicago. Este pequeño incidente acabará desencadenando una serie de violentos y la mar de chocantes sucesos donde nuestros queridos amigos franceses se verán inmersos en una trama de corrupción y avaricia siendo perseguidos por el F.B.I., la policía de la ciudad, la mafia...¡y hasta una banda de hispanos! Desde luego que para eso se podrían haber quedado en su bella Francia.

Debe ser genial poder contar con actores y dinero para realizar la película que tanto deseas, y más cuando la haces inspirándote en tus películas favoritas. Desde luego se nota cómo Brad Mirman, que había pasado años haciendo pequeños proyectos o escribiendo guiones que nunca se podían llevar a cabo, se basó en el cine que más le gustaba al concebir el guión de ¨Crime Spree¨, y ese era, sin lugar a dudas, el de gangsters.
A finales de los 90 y principios del nuevo siglo el director Guy Ritchie inauguraba una nueva forma de ver el cine de atracadores, timadores y perdedores con sus ¨Lock & Stock¨ y ¨Snacth”, siendo una referencia para muchos cineastas que intentaron hacer su mismo tipo de cine copiando su estilo, a veces ligeramente, otras descaradamente, saliendo en aquellos años una lista de films de tono y temática similar a los del británico. Así que los cuatro productores Gary Hewsam, Jim Reeve, Steve Robbins y Jamie Brewn, convencidos por la historia de Mirman, decidieron apostar por el proyecto, con financiación canadiense e inglesa.

Bueno, los que ya la hayan visto y se conozcan las películas de Ritchie se percatarán de que Mirman, en su debut como director, se dedica a fusilar el estilo de aquél sin compasión alguna en una trama con los mismos patrones que las del inglés (un montón de grupos criminales enfrentados y persiguiendo algo en común paralelamente), heredando además su estilo de edición, tan vertiginoso y gamberro, y su banda sonora. Pero no contento con eso el director hace parodia de las películas de atracadores y de mafiosos que ya tanto nos conocemos, con todos sus elementos básicos, introduciendo a los personajes más trillados en situaciones absurdas y disparatadas, a veces incluso calcando momentos de otros films (¨Reservoir Dogs¨, ¨Tumba Abierta¨, ¨Lock & Stock¨). Es decir, Mirman desvirtúa el género como quiere y con un par de cojones.
Pero lo bueno es que, aunque ¨Crime Spree¨ empiece con ese humor tan tonto de corte ¨ritchiano¨ y con una verborrea que no puede ser más de Tarantino, la trama se vuelve oscura, violenta y seria a partir de que se nos descubra la implicación del agente del F.B.I. Pogue en el asunto, donde el director sabe muy bien convertir lo que antes era comedia en suspense y ofrecernos un realmente bien construido ¨thriller¨, abundante de sorpresas y giros, aunque el humor siga siendo la tónica dominante.

Mirman también demuestra talento tras la cámara para brindarnos unas buenas secuencias acción y puntuales dosis de drama; de los muchos momentos del film caben destacar la persecución de los hombres de Zammeti a Julien, el robo en la casa del capo, el tiroteo en el hotel, el trato de las armas con los negros, con el sordo ese buscando la pistola debajo de la cama, o el hilarante final con todos tirándose por el puente.
Genial el cara a cara de esta película: Gérard DePardieu contra Harvey Keitel (quien por cierto se autoparodia de una manera muy tonta, todo hay que decirlo), un auténtico duelo entre dos míticos actores. Pero no hay que olvidarse del veterano Abe Vigoda encarnando al mafioso Giancarlo, de Shawn Lawrence como el policía corrupto y de esa interesante colaboración de los dos músicos franceses Renaud y el reciente y tristemente fallecido Johnny Hallyday, quien hace un chiste sobre él mismo en una de las escenas (la de ¨yo soy más parecido a Elvis¨). La verdad es que los personajes que se inventa Mirman tienen delito, ¿eh?

Recomendada sobre todo a los que les gusten las comedias de gangsters tipo ¨Snatch¨ y pretendan pasar, simple y llanamente, un rato la mar entretenido, ya que la película no tiene otro objetivo.

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