Ficha Brujas Mágicas

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Críticas de Brujas Mágicas (2)




Mad Warrior

  • 12 Jun 2020

4



Brujas divertidas, aquelarres malditos, impostores eclesiásticos, mágicos poderes, patéticos donjuanes, inquisidores con muy mala uva y otros líos y amoríos de padre y muy señor mío.
¿Quién se pensaba que la España del XVI pudiera ser tan divertida?

Ahí estaba el incombustible Mariano Ozores, al pie del cañón, terminando un 1.980 glorioso donde llegó a firmar la friolera de siete películas (a ver quién es capaz de igualar eso hoy día), algunas de las mejores de la lucrativa etapa que comenzó junto a sus nuevos ahijados, Andrés Pajares y Fernando Esteso, pareja culpable de las buenas cifras logradas en taquilla con títulos como ¨Los Energéticos¨, ¨Yo Hice a Roque III¨ (la mejor, sin duda alguna) y ¨Queremos un Hijo Tuyo¨, esta última sólo en colaboración del sr. Esteso.
Y es que, tras probar suerte con la otra mitad del dúo (es decir, Pajares) en ¨El Liguero Mágico¨ y ver la buena respuesta que recibió por parte del público, el director se juntaría de nuevo con él y repetiría la misma fórmula para el productor José Frade: rodar una película de época con sus clásicos y disparatados elementos; fórmula que poco después le daría un exitoso resultado con ¨Cristobal Colón, de oficio Descubridor¨ (aunque yo todavía me pregunto cómo y por qué). Ahora, de finales del XIX donde se situaba la anterior peripecia Pajares/Ozores, pasamos a un siglo XVI presto a concluir, un siglo de pobreza, Inquisición, nuevos impuestos implantados por las Cortes y una guerra con Francia que terminará mal para nosotros (y para Enrique IV).

Pero estos conflictos y problemas de tan alta índole poco importan al cineasta y a los habitantes del pequeño pueblo de La Rioja donde nos lleva directamente para contarnos la vida tan ajetreada que tiene que soportar Diego, un joven bonachón que trabaja tanto de pregonero como de molinero e irresistible para todas las mozas que se cruzan en su camino; de hecho, ¨Brujas Mágicas¨ se ahorra cualquier preámbulo para meternos en harina (de manera literal) con esa orgía que se quieren montar tres chavalas del lugar con el susodicho Diego.
Orgía de desnudo general presenciada por el ama del molino y esposa del noble Don Lope, quien además, y como no podía ser de otro modo, también desea al chico porque las relaciones sexuales con su marido están algo más que en un punto muerto. En este imaginario de Valle-Inclán sucio y terroso pasado por el filtro del ¨destape¨ y un humor de trazos ¨pythonianos¨ desata Ozores el clásico enredo entre chicas de buen ver y el joven de turno experto en amoríos añadiendo de por medio elementos de fantasía (poderes mágicos, brujas, hechizos, ya se sabe), todo ello despidiendo un plomizo aroma de cutrez que la verdad hace caer de espaldas (sin comentarios sobre la escena del jarrón moviéndose de acá para allá...).

Alusiones a sucesos de la época en que se ubica la historia también se cruzarán con burlas sobre temas y personajes sociales y políticos de la España de los 80, recurso utilizado hasta el tedio (son muchas y muy cansinas las intervenciones del tonto del pueblo para meter con calzador una de esas alusiones). Con la llegada al lugar de un peregrino al que todos consideran un miembro de la Santa Inquisición, ridiculizada hasta el paroxismo por Ozores, la confusión será aun mayor entre Diego, Julisa, la hija de Lope que está enamorado del anterior y otros rocambolescos individuos, visión disparatada de los clásicos personajes de la fábulas pastoriles y picarescas de la época.
Pero lo cierto es que cualquier excusa le sirve al director para introducir desnudos entre secuencias que se estiran y estiran y nunca ven el momento de acabar (la ¨reconstrucción¨ de los hechos en el molino frente a Lope y el peregrino impostor es tan extensa que hasta resulta tediosa), además presentando un nivel de erotismo más acentuado que en ¨El Liguero Mágico¨; es un hecho, los títulos protagonizados por Pajares solían ser más picantes que los de Esteso (como el carisma y la gracia del segundo no la tenía el primero algo había que hacer para que el hombre se luciera).

También recurso habitual de Ozores, sus alocadas historias habían de concluir en un clímax todavía más alocado, como ese desenlace con todos los personajes reunidos frente al auténtico inquisidor donde además se dan algunas sorpresas increíbles (por absurdas) que ponen el argumento patas arriba. Pajares vuelve a sentirse de lo más cómodo haciendo el tonto entre guapas y desnudas mozas, pero no queda ni rastro del carisma que derrochaba en ¨El Liguero Mágico¨ (él siempre necesitó a Esteso a su lado); mientras tanto Antonio Ozores de charlatán caradura, de nuevo con su clásica verborrea ininteligible.
Al lado de éstos (cuyas intervenciones del segundo siempre roban el protagonismo al primero) secundarios como el gran Ángel de Andrés, Paloma Hurtado, Adrián Ortega y Paco Camoiras, la presencia de las guapas Adriana Ozores, María Casal, Alexia Loreto y Pilar Alcón, y una de las chicas habituales del director, la tremenda Azucena Hernández. Alegre, zafia y coronada con un final mordaz y de claras intenciones (ese icónico ¨vota a UCD¨) ¨Brujas Mágicas¨ no posee el ingenio de ¨El Liguero Mágico¨, éxito que el bueno de Ozores intentó repetir pero no consiguió.

Una de los mejores momentos, quizás el más simpático: Pajares imitando a Jesús Hermida en una escena que parece enteramente un ¨sketch¨ sacado de ¨Monty Pyhtons Flying Circus¨.



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Parnaso

  • 1 Nov 2016

3


De esas películas que recuerdas con especial cariño por haberlas visto de niño y cuando las vuelves a ver carece de todo aquello y se convierte en un bodrillo.
La recuerdo más bien porque aparece en ella la guapa Azucena Hernández que en su día fue una diosa del deseo y porque con la mirad de un niño me parecía que aparecía bastantes y buenas escenas de sexo,pero que va!!!
Por mucho que Mariano Ozores se esfuerce en hacer chistes y gracias integrando al guión situaciones y personajes españoles de aquellos días la cosa no rula ni forzando la maquinaria.
La historia se centra en el renacentismo y tiene como protagonista a Pajares que se ve envuelto en un lío de faldas a lo que el alcalde del pueblo llama a un inquisidor para que juzgue el caso,de esta manera casual aparece un peregrino que se hace pasar por él y comienzan los líos donde se aprovecha de los cuerpos de las mujeres y hosteles.Es un poco batiburrillo y cierto es que hacia el final se palpa más este menester.
Considero que solo tiene un buen puntazo de humor por el principio que es perpetrado por Ozores.Azucena se casca un papel que da vergüenza ajena y poco más,la cosa es que para ser comedia no hace reir en casi ninguna ocasión.



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