Ficha Delitos y Faltas

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Críticas de Delitos y Faltas (2)




Mad Warrior

  • 7 May 2021

8



¿Qué nos puede quedar cuando despojamos a la Humanidad de un fuerte sentimiento de culpa consecuencia de un horrible crimen?
El vacío más absoluto, quizás, el alma precipitándose a la negrura del nihilismo.

Para muchos es difícil imaginar un decenio más brillante que los años 80 del neoyorkino. Se abrió una nueva etapa en su cine cuando mostró a todos su talento como director serio gracias a ¨Interiores¨ (una etapa que iría a cerrar ¨Maridos y Mujeres¨), y en 1.989 ya lleva nueve años unido a la aviesa y empalagosa Mia Farrow, elevando su arte a través de títulos apasionantes y perfeccionistas; cada otoño rueda un proyecto ambicioso y al acabar la década entrega otro, pero no halla su estructura hasta el montaje, donde se eliminará gran parte del metraje.
Utiliza a Dostoyevsky de principal inspiración y enfrenta la filosofía existencialista que en su juventud tanto había leído con los principios religiosos que le inculcaron en su infancia; mientras, la trama de ¨Delitos y Faltas¨, titulada inicialmente ¨Hermanos¨, está precisamente construida alrededor de dos pares de hermanos de raíces judías: por una parte Judah y Jack, un oftalmólogo de gran prestigio y un gángster duro y expeditivo; por otra Ben y Lester, un rabino dedicado y un productor de televisión pretencioso y superficial (parodia del tiránico dramaturgo y guionista Larry S. Gelbart).

Allen, que no ha aparecido como actor desde hace tres años, prefiere transmutarse de nuevo en un álter-ego (Cliff) fracasado y acosado por la figura imponente del anterior, con cuya hermana (Wendy) está casado. Tal y como aquél concibe la historia en un primer momento, tenemos dos películas separadas en distintos universos que se unirán en un final desgarrador y triste; las dos con su argumento, su estilo y su discurso, protagonizadas por Judah y Cliff. La concerniente al primero ataca sin piedad a la corrupción de la conciencia del alma, al egoísmo y a la negación de la moralidad.
La historia de Judah gira alrededor de una infidelidad cuyas consecuencias se adivinan devastadoras, y esto nos brinda la oportunidad de ver a un Allen deprimente y corrosivo, tan influenciado por el literato ruso como por Bergman y empeñado en oscurecer el sendero espiritual del ser humano hasta ahogarnos en escenarios cubiertos de un negro invasivo, los cuales llevan el sello de la brillante sutileza modelada por el legendario Sven Nykvist. Constantemente amparado por la calidez de un hogar familiar, el universo protegido del oftalmólogo se derrumba cuando su amante Dolores se vuelve contra su decisión de terminar el mágico idilio al que acudió para huir del hastío...

El rabino Ben, su paciente, le ofrece una solución justa para no empañar la moral y aceptar la culpa, pero el agnosticismo de Judah le lleva a escorarse hacia el camino inadecuado; la falta de conciencia y la asunción de la devoradora crueldad como alternativa a la destrucción personal provocan a los ojos de Ben (representación perfecta de esa divina moralidad) verse afectados de una ceguera irreversible. La mirada, en los personajes de Allen, se nubla sin dejarles atisbar un camino justo ni escoger elecciones apropiadas, y todo escapa a dicha mirada, se pierde en el vacío.
En un momento desolador, Judah se reunirá con Jack (el único capaz de ver la realidad en su plano concepto, tal y como es) para finiquitar el acoso de Dolores, y el neoyorkino, durante toda esta historia, filmada con una sobriedad angustiante, nos aprieta el estómago hasta provocarnos la úlcera; hemos conocido el delito y el debate último, en un reencuentro fatal que remite al de ¨Fresas Salvajes¨, se eleva hasta la existencia de Dios. Pero no parece equilibrarse tanto horror con la historia de Cliff, donde conocemos la falta en un entorno más propio de las tragicomedias de Allen sacadas de la costilla de ¨Annie Hall¨.

Aquí un director de humildes documentales está abocado al ataque cardíaco por culpa del hermano de su mujer, enamorada de él sin reconocerlo; como favor a ella, Lester le deja dirigir uno sobre cómo trabaja y sobre su persona, lo que revelará a éste un verdadero ¨yo¨ despótico, cínico y aborrecible que no desea ver y que escuda bajo su narcisismo encantador. Cliff tiene el apoyo en este caso de dos mujeres para esquivar la angustia de su vida: por un lado su sobrina Jenny (versión infantil de la Tracy de ¨Manhattan¨), por otro su compañera de trabajo Halley (Farrow descrita maliciosamente una vez más y cuya actitud y personalidad no está lejos de la realidad).
Las dos historias se complementan al ver Cliff en la pantalla de cine la realidad tan atroz de Judah (plasmada en ¨Happy go Lucky¨, ¨Contratado para Matar¨, ¨El Último Gángster¨ y otros clásicos) y al final es el sabor amargo lo que todo invade: si ¨Manhattan¨ ofrecía a Tracy a modo de respuesta de Dios a Job, ¨Delitos y Faltas¨ no propone nada que aporte calidez a este glacial universo, según el profesor Levy; el crimen queda impune y se puede regresar con la esposa a la confortable vida anterior, el deseo de Cliff no se cumple y su vida se rompe, los injustos no son castigados. Dios prefiere cerrar los ojos.

Al final, Jenny es la única inocente que queda, y Jack el que ve el mundo sin oropeles, tal como es en su espesa realidad. La carrera de la película, pese a un depliegue técnico brillante y las arrolladoras interpretaciones de Martin Landau, Anjelica Huston, Jerry Orbach y Alan Alda de depredador irritante, no seduce al público pero sí a la crítica, que se deshace en halagos, y hasta llega a las nominaciones de los Oscar, sin ganar ninguno.
Resulta difícil cosechar éxito, pues se estrena cuando lo hace una colorida y simpática imitación de ¨Annie Hall¨ llamada ¨Cuando Harry encontró a Sally¨. Termina así la década, con una obra cómica y trágica, sobresaliendo su genio en ésta última pero donde Allen deja bien patente su dominio para lo uno y lo otro; más tarde intentará repetirlo en ¨Melinda y Melinda¨, con desiguales resultados, claro...



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[email protected]

  • 1 Apr 2016

9


Muy buena película del genial y excelente Woody Allen. Me atrevería a decir que es una de las mejores que ha hecho en toda su filmografía. Tiene alucinantes diálogos, los diálogos es de lo mejor de la película. La fotografía también es muy pero muy buena, tiene una luz muy bien lograda. Esta cinta te hace reflexionar sobre la vida, el amor, la muerte, la moral y lo moral, la ética y lo ético, la amistad, etc. La verdad que me encantó. Tiene un final realmente bueno, un final que cierra perfecto esta cinta. Actuaciones magistrales, esta película mal actuada no hubiera sido lo mismo. En film, otra excelente película del genio de Woody Allen. Me encantó! Muy recomendable.



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