Ficha Fin de Semana al Desnudo (El Bruto, El Chulo y la Camarera)

6.82 - Total: 6

  • No la has puntuado
  • No has insertado crítica
  • No has insertado curiosidades
  • No has insertado ningun error


Críticas de Fin de Semana al Desnudo (El Bruto, El Chulo y la Camarera) (1)




Mad Warrior

  • 12 Jun 2020

6



Una viuda rica, un chulo codicioso, una camarera de mente calenturienta, dos matones chapuceros, un vicioso empresario con muy mala suerte, una sensual secretaria y un puñado de joyas van a coincidir en un hotel de la costa.
El resultado sólo puede ser un embrollo tremendo, o como reza el dicho: ¨Guadalupe, una guitarra y un fin de semana en la mar...¨.

El pulso firme para el humor más desenfadado y costumbrista y un retrato socarrón y de lo más audaz sobre la sociedad de la época hicieron de Mariano Ozores todo un genio cuyos éxitos en la taquilla patria se repetían a cada título que estrenaba, y más aún teniendo en cuenta que contaba con la pareja infalible formada por Gracita Morales y José Luis López Vázquez, cuya magnífica colaboración dio obras tan memorables del género y la propia cinematografía española como ¨Objetivo: ¨BI-KI-NI¨ ¨, ¨¡Cómo está el Servicio!¨ u ¨Operación ¨Secretaria¨ ¨. Pero como otros tantos directores, el sr. Mariano siguió reafirmando su estilo y encontrando nuevos colaboradores.
Pasados los 70 concede el protagonismo de sus obras a dos intérpretes que serán sinónimo de su filmografía: la impetuosa Lina Morgan en el lugar de Morales y Alfredo Landa por López Vázquez; este binomio, con el que también trabaja por separado, cosecha igual fortuna, si no mayor, en las salas. Otra manía de muchos cineastas es la de revisar sus propios clásicos y adaptarlos a los nuevos tiempos; y si Hitchcock pudo hacer lo propio con ¨El Hombre que Sabía Demasiado¨, Ozores lo haría con la nombrada ¨Operación ¨Secretaria¨ ¨ (y seguiría manteniendo esta práctica en años venideros...).

El reemplazo de la pareja de los 60 por la de Morgan y Landa alcanza aquí su máxima expresión planteando una especie de revisión de la magnífica comedia de 1.966 en una coproducción entre España y Venezuela respaldada por Lotus Films, quien organiza un contrato con la actriz. Puede que este inopinado ¨remake¨ no fuera más que un capricho de aquélla para aprovechar sus dotes para el humor, de las productoras o del propio Ozores para dar más salida comercial a la que era su nueva musa; la fotografía en blanco y negro pasa a color y la obra se títula convenientemente ¨Fin de Semana al Desnudo¨.
Si bien la nueva versión y la original mantendrán intocable el argumento, su desarrollo e incluso muchos de los diálogos (dichos frase por frase, táctica bastante cochambrosa por parte del cineasta) sí encontramos algunas diferencias. La primera y más importante se da nada más comenzar el film, con la vivaracha camarera de un hotel de la costa frenética por cambiar su turno para cazar ¨in fraganti¨ a un empresario que va a escaparse el fin de semana; esta desemenjaza viene directamente dada por el propio carácter y forma de ser de Lina Morgan, al cual Ozores adecúa el personaje de la otrora decente aunque no menos temperamental Angustias.

Otro aspecto esencial es el tono que se imprime; en la obra clásica los sucesos comenzaban y transcurrían de noche en un pequeño centro vacacional de la sierra alejado del mundanal ruido de ciudad, lo que ayudaba a modelar las atmósferas de intriga y tensión propias de la historia, no muy alejada de cualquier ¨thriller¨ ¨noir¨, que por supuesto Ozores salpicaba de humor negro hasta el tuétano y ligera picaresca típica de la comedia costumbrista. Ahora el realizador explota más que antes esta picaresca aprovechando las libertades que están llegando a la industria.
Así, el papel de la camarera, ahora más abierta y liberal (tanto que casi actúa como una prostituta), cobra importancia por encima del millonario, y el enredo de éste con Octavia, que incluye una subtrama algo tonta, gana en aspectos erótico-festivos (Ozores, consciente de la presencia de la censura, se quiere precipitar al desnudo, pero sólo rayará la tentación); por otra parte, la sierra cambia por la costa como pretexto para lanzar una crítica mordaz al panorama de la España del ¨boom¨ turístico y la asunción de una todavía ligera libertad y dominada por los últimos coletazos de un Régimen al que poco tiempo de vida le quedaba.

Los trazos más puramente ¨noir¨ de la original, aunque no se pierda la esencia de intriga de sabores ácidos e irónicos, se van disipando y se apuesta por un clima propio de las comedias de enredo a la italiana y próximo a la obra de Édouard Molinaro ¨LEmmerdeur¨, estrenada en el mismo año. ¨Fin de Semana al Desnudo¨ proseguirá como su homóloga del 66, con todas las salidas y entradas a las habitaciones, el asesinato accidental, la caída en la piscina, incluso con ese disparatado desenlace donde Rodolfo intentaba no ser arrollado por una vaquilla (¨gag¨ mucho más extenso y tedioso en esta ocasión).
Lina Morgan, impulsiva, desatada, con una colección de graciosas expresiones, no logra superar el carisma único de Morales como esa camarera cotilla y garbosa embutida en su traje de sevillana; Landa, chillón y desquiciadísimo, interpreta genial al empresario vicioso (aquí playboy millonario para estar más acomodado al actor, quien poco antes fue declarado ejemplo del macho español) en sustitución de aquel soberbio López Vázquez. La espectacular venezolana Haydée Balza se pone en el lugar de Fanny Cano y Helga Liné en el de la solemne y mejor Mayrata OWisiedo.

Los simpáticos criminales de Enrique Ávila y Manolo Gómez Bur son dos zarrapastrosos motoristas encarnados por Toco Gómez y un descacharrante Antonio Ozores (que hace una referencia literal a ¨Operación ¨Secretaria¨ ¨ y protagoniza un momento divertidísimo con un celta mojado en aguardiente), el cambio más acertado propuesto en esta alocada e intrigante comedia que, como estaba previsto, arrasó en taquilla con la misma suerte que su versión original, mucho más elegante y redonda (aun con menos dosis de picante y despropósito) en opinión del que uno escribe.
Una estrafalaria escena que no aparecía en aquélla es, precisamente, la que sobra: la pelea de tartas a lo Blake Edwards.



Me gusta (1) Reportar

Críticas: 1


Escribir crítica