Una de las más divertidas de ¨este par de 2¨, con situaciones de lo más absurdas y divertidas, y una trama que ya desde el principio sabes que no puede salir nada, nada bien.
Una versión-parodia de Rocky a la española es algo que no se había hecho, y tiene su aquel.
Andrés pajares, Fernando Esteso y Antonio Ozores juntos haciendo su ¨magia¨ nunca defraudan.

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Si hubo un director español que sacara películas como churros ese fue sin duda Mariano Ozores, uno de los mejores que hubo en el terreno de la comedia, máximo exponente del humor grueso y, sobre todo, del cine de destape que tanto inundó nuestros cines en los 70 y los 80. Hoy día cualquiera se atreve a poner las películas de este hombre en la televisión, porque corre el riesgo la cadena de cargar con una denuncia del sector feminista, pero hace poco echaron esta que nos ocupa en la 2, y aunque yo la tenga en VHS y me la sepa de memoria (diría que la vi con 12 o 13 años), no pude evitarlo y me quedé enganchado nuevamente.
Resulta que Federico, un antiguo jockey de carreras que dejó la profesión tras haber engordado demasiado, tiene que aguantar en casa a su amigo Roque, que vive de gorra de todas las maneras, como si no fuera suficiente con la esposa, los dos hijos y la suegra; pero la suerte sonríe a Federico cuando se entera de que Paco, el dueño del gimnasio que frecuenta, busca a un pardillo que acepte pelear contra el campeón de boxeo ¨Kid¨ Botija para que éste ponga en juego su título y pueda participar en el campeonato de Europa.

Roque hace mucho que no se pone los guantes, pero Federico y Paco le liarán y convencerán para cruzar puñetazos contra Botija...y la intención de Federico no puede estar más clara: si Roque se convierte en campeón (cosa muy poco probable, por otra parte) ganará más de un millón y medio de pesetas y podrá largarse de su casa de una vez por todas. Prepárense, porque vamos a asistir a uno de los combates más intensos de la Historia del boxeo.
Pues en eso que estaba Mariano Ozores paseando con su esposa para ver una actuación en directo de Pajares, y, como les quedaba tiempo, decidieron ir al cine a ver la segunda parte de ¨Rocky¨; ahí fue cuando el director, en un alarde de la más típica picaresca española, pensó que convertir la fábula dramática de Stallone en una comedia disparatada con sus dos muchachos sería, en boca de él, un ¨zapatazo de risa¨...y vaya si lo fue. Esta película vino tras ¨Los Bingueros¨ y ¨Los Energéticos¨ y acabó por ser la mejor de las que Ozores hizo con Pájares y Esteso, y eso que mantenía el humor zafio y grueso, el discurso desenfadado, los irreverentes chistes y las escenas picantes de siempre.

No obstante funciona mejor que las otras del trío, quizá porque los personajes eran más carismáticos, porque los disparates en ese ambiente deportivo resultaban más originales y graciosos, porque la historia estaba, de algún modo, más trabajada...¡vaya usted a saber!, el caso es que ¨Yo Hice a Roque III¨ me hace reír más que ninguna. Pajares, Esteso y el impagable Antonio Ozores, en el mejor papel que ha hecho junto a los anteriores (atentos a sus sombreros y la que se trae con las pipas), están de vuelta de todo e imposible es no caerse al suelo de la risa con la de tonterías que hacen o dicen, pero tampoco se quedan a la zaga esos estupendos Rafael Hernández y Florinda Chico y las guapas Mirta Miller y Loreta Tovar, con las buenísimas apariciones del padre de Chicho Ibáñez, Narciso Ibáñez Menta, y del boxeador José Luis ¨Dum Dum¨ Pacheco.
La colección de chistes, ocurrencias y ¨gags¨ es imparable, pero merece la pena destacar la escena de la bañera, la de la subida por las escaleras tras el entrenamiento, la de la báscula, que tiene narices, o la de la coña que Federico y Paco se traen con la polimorfondulitis...y, por supuesto, el gran combate final, que es de órdago.

No sean tan remilgados, olvídense de lo políticamente correcto y siéntense a disfrutar del espectáculo entre chistes de casetes de gasolinera y chicas ligerísimas de ropa que nos brinda Mariano Ozores con toda la buena intención de hacernos pasar un buen rato.
Las ¨comedias¨ que ahora se estrenan en cines se pueden ir a tomar viento, porque como decía Manrique, cualquier tiempo pasado fue mejor. Por lo menos, en cuanto al cine cómico español, esto es una verdad como un templo.

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