Jason Momoa es un indio mojave que asesina al tipo que violó y mató a su madre. Empieza a ser perseguido por el FBI, y en vez de traspasar la frontera con México y ponerse a salvo, Momoa decide viajar a Paloma, el lugar donde nació su madre, para derramar sus cenizas.
Dado que Jason Momoa es el guionista, productor, director y protagonista de la película, busca en todo momento hacer su obra maestra, para lo cual no deja de sacarnos continuos primeros planos de su cara con tal egocentrismo que parece que quiere decirnos de un momento a otro ¨Me duele la cara de ser tan guapo¨. En determinados momentos del film, Momoa logra obtener imágenes de paisajes realmente preciosos, pero al margen de eso es un mediocre director y un guionista con ideas bastante escasas.
Es inevitable comparar Road to Paloma con la sobresaliente Los Renegados del Diablo de Rob Zombie. Sí, que no tratan de lo mismo y son distintos estilos, pero ambas son road movies. Pero mientras que Zombie consigue tenernos sentados en el asiento durante toda su película, Momoa consigue hacernos bostezar y unos momentáneos momentos de sorpresa.
Aun así, creo que el guión tenía algunas ideas bastantes interesantes que, sin embargo, se pierden en la marea de detalles que nos muestra Momoa. Por ejemplo, ese maravilloso diálogo entre Timothy V. Murphy y Wes Studi en el que el indio le dice al agente del FBI algo como ¨violan a decenas de mujeres indias y a nadie le importa, pero un indio mata a un violador blanco y ya tenemos al FBI aquí¨.
No obstante, Momoa lleva la película por otros derroteros. Momoa se encuentra a un músico de pacotilla al que adopta como su compañero de fatigas y los dos empiezan a recorrer el desierto en sus motos, hacia Paloma. El amigo de Momoa es un personaje que, dentro de lo que cabe está bien escrito, pues supongo que Momoa quería añadir un personaje cómico a la cinta, y con este músico te ríes pero de la verguenza ajena que provoca. El tipo acaba siempre con resaca, lleva una guitarra sin saber tocar, quiere irse de los bares sin pagar, recibe hostias para conseguir dinero en peleas callejeras, tampoco paga a las prostitutas después de acostarse con ellas y los prosenetas le dan más hostias, amanece dentro del maletero de un coche con los ojos morados y cuando van a matar a Momoa él está tan tranquilo echándose una siesta. Tengo curiosidad por saber en qué estaba pensando Jason Momoa al concebir a este personaje.
Y toda la película es eso, ver a dos tipos viviendo aburridas aventuras, por llamarle algo, mientras van viajando por la carretera. Pero lejos de ser una película entretenida, resulta muy tediosa. Sobre el minuto cuarenta, Momoa acompaña a una latina con rastas hasta su casa porque se le estropea el coche y después de unos minutos de aburrida conversación, se acuesta con ella en una trama que abarca unos diez o quince minutos y que no aporta nada a la película. Por lo menos con las cosas que le pasan al músico te ríes, pero la minitrama de Momoa con la greñuda es totalmente irrelevante y, como digo, se lleva diez o quince minutos a lo tonto.
Y es que la película es todo eso, ver a Momoa y al otro encontrándose con todo tipo de gente de todas las calañas, algunos incluso familiares de Momoa. Vemos a Wes Studi, quien hace de padre de Momoa (luego me detengo con esto), vemos a unos indios que organizan peleas, a un par de indias gordas que bromean con ligar con el Momoa a pesar de tener ya cincuenta o sesenta años, luego visita a su abuela, a un ejército de niños que juegan con Momoa, y por último a su hermana, que está casada con un irlandés. Vamos, que solo falta el niño de la salchipapa.
El clímax de la película tampoco es menos lamentable: el agente del FBI obliga al cuñado de Momoa a que le conduzca hasta Momoa, quien está en un lago tirando las cenizas de su madre. Total, que el del FBI se presenta allí con un paleto que tiene un rifle y el irlandés, que da un grito para avisar a Momoa de que le han pillado. Momoa echa a correr y el paleto se ve obligado a dispararle en una pierna para que no escape. Entonces Momoa, en vez de quedarse quieto esperando a que lo detengan, saca un arma de hueso que llevaba en los calzones y se hace el harakiri, suicidándose delante de su amigo el músico, que se despierta de la siesta y mece el cuerpo de su amigo entre sus brazos en el último plano del film.
Sinceramente, no esperaba menos de la mente de Momoa, quien consideraba que Conan el Bárbaro era un psicópata. Y es que así debe pensar él en la vida real. Es decir, vengas la muerte de tu madre, acabando con una lacra de la sociedad y encima estás en Estados Unidos, donde te enfrentarás a un jurado popular que se va a compadecerse de tu historia y pedirá la mínima pena. ¿De verdad prefieres suicidarte a pasar entre cinco a veinte años en prisión por haber matado a un violador y huido de la justicia seis meses? Pues no, Momoa prefiere suicidarse. A él le importa bastante poco que vaya a dejar a su padre, a su abuela y a su hermana destrozados por su muerte, él lo que quería era seguir recorriendo la carretera con su amigote el músico.
Por último, no quisiera ser puntilloso con la opera primera de Jason Momoa, pero hubo un detalle que me resultó curioso: Él, Momoa, es hawaiano, no un nativo americano, como por ejemplo sí lo es Wes Studi, quien interpreta a su padre, lo cual queda bastante extraño, ya que no tienen los rasgos similares. Para rematar la faena, la hermana de Moma está interpretada por Sarah Shahi, que es una actriz de padre iraní y madre española, lo que en muchas series y películas le ha permitido interpretar personajes de distintos orígenes. Y queda bien como latina, árabe e incluso caucásica porque no es muy morena, pero no pasa por una nativa americana, o por lo menos yo no la veo como tal. Por tanto, nos encontramos ante una familia un tanto disfuncional, con un padre amerindio, un hijo hawaiano y una hija latina. ¿En qué estaba pensando Momoa al elegir este casting? Es como si en una película estadounidense nos mostraran a los españoles como mexicanos, como suelen hacernos a menudo.
Raúl Rubio Peñas
3
Jason Momoa es un indio mojave que asesina al tipo que violó y mató a su madre. Empieza a ser perseguido por el FBI, y en vez de traspasar la frontera con México y ponerse a salvo, Momoa decide viajar a Paloma, el lugar donde nació su madre, para derramar sus cenizas.
Dado que Jason Momoa es el guionista, productor, director y protagonista de la película, busca en todo momento hacer su obra maestra, para lo cual no deja de sacarnos continuos primeros planos de su cara con tal egocentrismo que parece que quiere decirnos de un momento a otro ¨Me duele la cara de ser tan guapo¨. En determinados momentos del film, Momoa logra obtener imágenes de paisajes realmente preciosos, pero al margen de eso es un mediocre director y un guionista con ideas bastante escasas.
Es inevitable comparar Road to Paloma con la sobresaliente Los Renegados del Diablo de Rob Zombie. Sí, que no tratan de lo mismo y son distintos estilos, pero ambas son road movies. Pero mientras que Zombie consigue tenernos sentados en el asiento durante toda su película, Momoa consigue hacernos bostezar y unos momentáneos momentos de sorpresa.
Aun así, creo que el guión tenía algunas ideas bastantes interesantes que, sin embargo, se pierden en la marea de detalles que nos muestra Momoa. Por ejemplo, ese maravilloso diálogo entre Timothy V. Murphy y Wes Studi en el que el indio le dice al agente del FBI algo como ¨violan a decenas de mujeres indias y a nadie le importa, pero un indio mata a un violador blanco y ya tenemos al FBI aquí¨.
No obstante, Momoa lleva la película por otros derroteros. Momoa se encuentra a un músico de pacotilla al que adopta como su compañero de fatigas y los dos empiezan a recorrer el desierto en sus motos, hacia Paloma. El amigo de Momoa es un personaje que, dentro de lo que cabe está bien escrito, pues supongo que Momoa quería añadir un personaje cómico a la cinta, y con este músico te ríes pero de la verguenza ajena que provoca. El tipo acaba siempre con resaca, lleva una guitarra sin saber tocar, quiere irse de los bares sin pagar, recibe hostias para conseguir dinero en peleas callejeras, tampoco paga a las prostitutas después de acostarse con ellas y los prosenetas le dan más hostias, amanece dentro del maletero de un coche con los ojos morados y cuando van a matar a Momoa él está tan tranquilo echándose una siesta. Tengo curiosidad por saber en qué estaba pensando Jason Momoa al concebir a este personaje.
Y toda la película es eso, ver a dos tipos viviendo aburridas aventuras, por llamarle algo, mientras van viajando por la carretera. Pero lejos de ser una película entretenida, resulta muy tediosa. Sobre el minuto cuarenta, Momoa acompaña a una latina con rastas hasta su casa porque se le estropea el coche y después de unos minutos de aburrida conversación, se acuesta con ella en una trama que abarca unos diez o quince minutos y que no aporta nada a la película. Por lo menos con las cosas que le pasan al músico te ríes, pero la minitrama de Momoa con la greñuda es totalmente irrelevante y, como digo, se lleva diez o quince minutos a lo tonto.
Y es que la película es todo eso, ver a Momoa y al otro encontrándose con todo tipo de gente de todas las calañas, algunos incluso familiares de Momoa. Vemos a Wes Studi, quien hace de padre de Momoa (luego me detengo con esto), vemos a unos indios que organizan peleas, a un par de indias gordas que bromean con ligar con el Momoa a pesar de tener ya cincuenta o sesenta años, luego visita a su abuela, a un ejército de niños que juegan con Momoa, y por último a su hermana, que está casada con un irlandés. Vamos, que solo falta el niño de la salchipapa.
El clímax de la película tampoco es menos lamentable: el agente del FBI obliga al cuñado de Momoa a que le conduzca hasta Momoa, quien está en un lago tirando las cenizas de su madre. Total, que el del FBI se presenta allí con un paleto que tiene un rifle y el irlandés, que da un grito para avisar a Momoa de que le han pillado. Momoa echa a correr y el paleto se ve obligado a dispararle en una pierna para que no escape. Entonces Momoa, en vez de quedarse quieto esperando a que lo detengan, saca un arma de hueso que llevaba en los calzones y se hace el harakiri, suicidándose delante de su amigo el músico, que se despierta de la siesta y mece el cuerpo de su amigo entre sus brazos en el último plano del film.
Sinceramente, no esperaba menos de la mente de Momoa, quien consideraba que Conan el Bárbaro era un psicópata. Y es que así debe pensar él en la vida real. Es decir, vengas la muerte de tu madre, acabando con una lacra de la sociedad y encima estás en Estados Unidos, donde te enfrentarás a un jurado popular que se va a compadecerse de tu historia y pedirá la mínima pena. ¿De verdad prefieres suicidarte a pasar entre cinco a veinte años en prisión por haber matado a un violador y huido de la justicia seis meses? Pues no, Momoa prefiere suicidarse. A él le importa bastante poco que vaya a dejar a su padre, a su abuela y a su hermana destrozados por su muerte, él lo que quería era seguir recorriendo la carretera con su amigote el músico.
Por último, no quisiera ser puntilloso con la opera primera de Jason Momoa, pero hubo un detalle que me resultó curioso: Él, Momoa, es hawaiano, no un nativo americano, como por ejemplo sí lo es Wes Studi, quien interpreta a su padre, lo cual queda bastante extraño, ya que no tienen los rasgos similares. Para rematar la faena, la hermana de Moma está interpretada por Sarah Shahi, que es una actriz de padre iraní y madre española, lo que en muchas series y películas le ha permitido interpretar personajes de distintos orígenes. Y queda bien como latina, árabe e incluso caucásica porque no es muy morena, pero no pasa por una nativa americana, o por lo menos yo no la veo como tal. Por tanto, nos encontramos ante una familia un tanto disfuncional, con un padre amerindio, un hijo hawaiano y una hija latina. ¿En qué estaba pensando Momoa al elegir este casting? Es como si en una película estadounidense nos mostraran a los españoles como mexicanos, como suelen hacernos a menudo.
Poco recomendable.
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