Excelente película de Summers basada en la novela de Wenceslao Fernández Flores. Como mucho cine de la época, cae en el prejuicio de la dudosa calidad de los productos nacionales de entonces, pasando por alto la particular factura y acierto de éste en cuestión. A ello ayuda la inadecuación del título comercial elegido, como era típico en la época, sin ninguna relación con el contenido pero cebo en las salas para los incautos que iban a buscar indicios prematuros del destape en España. Nada que ver con el género erótico-festivo que empezaba a hacer mella. Esta película es un análisis sociológico y antropológico del momento con un ritmo impecable e inagotables dosis de humor surrealista, sarcástico y fetichista (léase el uso recurrente de las gafas en todos los personajes, o la originalísima narración inicial de los títulos de crédito entre otras genialidades), muy arraigado en el esperpento y la sátira por entonces reconocible en el lenguaje del humor gráfico de la época, en el que despuntaban reconocidos exponentes como Chumy Chúmez, Forges, el Perich o el propio director de la película, Manolo Summers. Un excelentísimo e hilarante ALFREDO LANDA redondea una joya del cine de humor español, pasada desapercibida entre tanto subproducto posterior. Un film que con otro título que hiciera más justicia a la ironía de su contenido, y por supuesto rodado en otro país, sin duda estaría en la antología de la comedia nacional. Nada que ver con lo que inadecuadamente se dio en llamar a posteriori ¨Landismo¨. De obligada visión para pasar un excelente rato y entender que, también entonces, en este país podía hacerse comedia inteligente, por poco comercial que pudiera resultar en aquél momento.
elchicotriste
10
Excelente película de Summers basada en la novela de Wenceslao Fernández Flores. Como mucho cine de la época, cae en el prejuicio de la dudosa calidad de los productos nacionales de entonces, pasando por alto la particular factura y acierto de éste en cuestión. A ello ayuda la inadecuación del título comercial elegido, como era típico en la época, sin ninguna relación con el contenido pero cebo en las salas para los incautos que iban a buscar indicios prematuros del destape en España. Nada que ver con el género erótico-festivo que empezaba a hacer mella. Esta película es un análisis sociológico y antropológico del momento con un ritmo impecable e inagotables dosis de humor surrealista, sarcástico y fetichista (léase el uso recurrente de las gafas en todos los personajes, o la originalísima narración inicial de los títulos de crédito entre otras genialidades), muy arraigado en el esperpento y la sátira por entonces reconocible en el lenguaje del humor gráfico de la época, en el que despuntaban reconocidos exponentes como Chumy Chúmez, Forges, el Perich o el propio director de la película, Manolo Summers. Un excelentísimo e hilarante ALFREDO LANDA redondea una joya del cine de humor español, pasada desapercibida entre tanto subproducto posterior. Un film que con otro título que hiciera más justicia a la ironía de su contenido, y por supuesto rodado en otro país, sin duda estaría en la antología de la comedia nacional. Nada que ver con lo que inadecuadamente se dio en llamar a posteriori ¨Landismo¨. De obligada visión para pasar un excelente rato y entender que, también entonces, en este país podía hacerse comedia inteligente, por poco comercial que pudiera resultar en aquél momento.
Me gusta (1) Reportar