Ficha Trece Días

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Críticas de Trece Días (3)




Mad Warrior

  • 26 Aug 2023

8



Dos hombres a los dos extremos del Planeta en representación de tales valores.
Los movimientos estratégicos de cada uno llegan a la intensidad de dos nudos apretando la garganta del contrario...sólo Dios sabe quién ganará.

Escena de tensión que puso a las dos potencias mundiales cara a cara, y que el autor David C. Self elaboró cuidadosamente a partir de las memorias del mismísimo presidente para su tercer guión, el cual iba pensado para las manos de Lawrence Kasdan; pero cuando en este proyecto de largo aliento y tan ambicioso, donde el primero rechazó toda sugerencia de solapar la acción dramática real con subtramas acordes a un enfoque más comercial, se inmiscuyó Kevin Costner como productor, la batuta, que casi termina en sus manos, le fue cedida a un ocioso Roger Donaldson, con quien no colaboraba desde hacía más de una década.
Una vez más el actor toma parte en un evento relacionado con el malavenido Kennedy (ya fue el fiscal James Garrison en la mítica “JFK“), y queda apartado del papel más importante aun siendo esencial su presencia en pantalla, dando vida esta vez a su amigo íntimo Kenneth O“Donnell, su consejero, asistente y secretario de nombramiento. El director, a cargo de una producción millonaria con gran despliegue de fuerzas militares y un rodaje en Filipinas, pone las cartas sobre la mesa nada más empezar “Trece Días“, abriendo en el hogar de los O“Donnell para enseñar qué cosas se pondrán en juego cuando la intriga dé comienzo desde el despacho de la Casa Blanca.

La intriga toma forma en un contexto histórico muy riguroso del que Self debería, al menos, haber dado cierta información al público desconocedor, haberle puesto en situación para comprender bien la atmósfera de tensión continua que exhibe Donaldson en todas y cada una de las secuencias interiores, ocupadas por hombres de ideas sólidas y fuertes convicciones. Cuando aparece el carismático Bruce Greenwood en la piel del presidente, de 45 años entonces, se menciona Vietnam, cuya guerra se recrudece con la masacre de los UH-34D en su misión de rescate en Da Nang; y la mayor amenaza del momento se destapa.
Se prepara el pánico, primero militar y presidencial, y luego público, con la confirmación de la introducción de misiles balísticos de alcance medio e intermedio construidos por los soviéticos en el territorio cubano de un Castro que ha ganado poder debido a la victoria sobre el intento fallido de invasión de la isla a través de Playa Girón, que expuso la peor de las debilidades del mandato de Kennedy. Donaldson sitúa la cámara cerca del rostro de los personajes, hace avanzar la película con los estructurados diálogos, y el ritmo narrativo, pese a concentrarse en su mayoría la acción en grandes habitaciones llenas de hombres, jamás decae ni se estanca.

Es este un “thriller“ político pausado, que no lento, basado en la eficacia de la acción por el diálogo; el tipo de “thriller“ que cuarenta años antes pudieran haber acometido Frankenheimer, Pakula o Kramer con esa misma eficacia. La elección de Donaldson es además un acierto; se considera un idealista y magnificó la administración Kennedy, pero al ser australiano su punto de vista parece más distante y objetivo (aunque jamás veamos la situación desde el lado “enemigo“). Logra también unas espectaculares secuencias de movimiento militar aéreo y naval que acerca la historia a los puros “techno-thrillers“ de Clancy...
Si bien colocar a O“Donnell tan cerca del presidente a lo largo de la trama parece hecho con fines dramáticos (los nombres clave, además de Robert Kennedy, fueron los de Robert McNamara, Theodore Sorensen y Adlai Stevenson) Self no se aparta de la claridad histórica. Queda expuesta la entereza de un hombre que, aun presionado y arrinconado, se niega a ejercer de mero títere de las fuerzas militares, un hombre rodeado de “expertos“ con sus propias ambiciones y puntos de vista insistiendo sobre un elemento común (demostrar que EE.UU. sigue conservando su fuerza ante la amenaza comunista) que siempre prefiere atajar por la vía diplomática antes de convertirse en el impulsor de otro desastre.

El material de archivo y escenas en blanco y negro convenientemente introducidas subraya el carácter comprometido de Donaldson; su mayor reto, algo cumplido, es hacer parte al espectador, sin importar su mayor o menor conocimiento de los eventos reales del 15 al 28 de Octubre de 1.962, de la maraña de estrategias que un gobierno y otro llevan a cabo y cómo el conflicto crece hasta extremos de frustración, paranoia y terror. Parte de las discusiones entre los hermanos en el despacho oval, las heroicas represalias de Stevenson hacia el embajador Valerian Zorin, la responsabilidad que cargan los pilotos mandados a sobrevolar las áreas cubanas donde están los misiles...
Desde las reuniones secretas con el embajador Anotoly Dobrinyn hasta el increíble bloqueo de Cuba para evitar la supuesta entrada de más material soviético, y sobre todo el escalofriante mensaje de Kennedy, confirmando en qué límites camina un hombre cuando el futuro de una nación depende de una sola decisión. Pero la sensación que el film transmite es la de un colectivo (político, militar y civil) unido para encarar el caos en las situaciones más terribles, pese a que gran parte del argumento seamos testigos de luchas internas que nos hacen preguntarnos dónde se encuentra el enemigo, ¿fuera o dentro?

Lástima que no figuren las conversaciones con Eisenhower y Truman o la participación de los líderes aliados de EE.UU. en el conflicto, pero el mayor error, aunque se comprende para mantener aún más en tensión al público, es no mostrar nunca qué ocurre desde el bando contrario.
El punto de vista es unidireccional y terminaría en demasiado patriótico de no ser por esa frase magistral de Dobrinyn a Robert: “Usted y su hermano son buenos [...], y allí también hay gente buena“. Pero esto no ayudó y la película, la mejor sin duda de la carrera del cineasta, fracasó en taquilla...



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zamenhof

  • 20 May 2013

8


Un resumen y seguimiento exhaustivos de lo que fue la problemática con los misiles soviéticos en Cuba que pudo desencadenar un enorme conflicto. Americanos y soviéticos tuvieron un toma y daca continuo durante dos semanas.
Esta vez las figuras del presidente americano y la gente de su entorno no están presentadas de forma exagerada y enormemente patriótica sino que Donaldson consiguió mostrarlos como personas de la calle con sus preocupaciones y sus indecisiones para tomar decisiones. Fue uno de sus grandes valores.
Un film largo, que toca todos los diferentes puntos de vista que pudieron existir, que trae a escena a muchos personajes lo que puede llevar a perder el hilo al espectador, algo habitual cuando se tocan temas como este, al estilo de guiones como ¨JFK
¨ o ¨Todos los hombres del Presidente¨.
Fascinante para los seguidores de este tipo de historias, más que interesante para el resto. Los actores estuvieron muy sueltos y dinámicos en sus funciones, algunos con cierto punto de exageración y hasta de soberbia patriótica. Costner fue sin duda el más convincente de todos ellos, haciendo uno de sus mejores papeles de su filmografía.
Buen film para saborear con calma y con paciencia como hay que hacer con estos guiones extensos.



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Mad Warrior

  • 16 Sep 2010

10


Épica,magistral,apabullante.
Excelentes Costner y Bruce Greenwood.

De lo mejor que ha podido dirigir Donaldson desde ¨Un Pueblo llamado Dante¨s Peak¨



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Críticas: 3


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