Quizas junto con Can t Buy Me Love,la comedia mas conocida de las protagonizadas en aquella epoca por Patrick Dempsey,uno de los tantos galancetes juveniles figurita repetida en este tipo de peliculas por aquellos años.
Aqui interpreta a Randy,un chaval que se convierte en gigolo de la noche a la mañana.Una comedia de enredos,donde todo marcha bien hasta que se complica al quedar al descubierto el engaño.
Escenas y situaciones comicas como el padre de Randy que cree que se ha vuelto homosexual o los maridos que han sido engañados y buscan venganza.
Una pelicula tranqui,sin demasiadas pretenciones.
Entretenida película donde vuelve a funcionar la formula juvenil de los años ochenta, Buenas actuaciones y buena dosis de humor. Nos encontramos ante un repartidor de pizzas con mucha mucha suerte. Película para disfrutar a solas o en compañía eso si siempre con un gran cuenco de palomitas.
Un saludo de R.m.a
Críticas: 3
Parnaso
2
No la recordaba tan desabrida. Lo cierto es que desde el primer momento la cosa dispara una esencia cutresca que no seduce en absoluto. La historia va sobre un mozo que trabaja en una pizza y que por casualidad reparte una de ellas a una señora a la que seduce y su teléfono queda en su casa con lo que ella lo utiliza dejándolo a más señoras para que le llamen y tengan su ración de cariño y sexo a la clave de ¨una de anchoas¨. Por otro lado, los hechos se suceden sin mucha chispa lo que hace que se haga pesada y aburrida, y uno desespera por que termina lo antes posible. Descafeinada y soporífera. Las meto dentro del grupo de las comedias juveniles malas de los 80´s...
Me gusta (0) Reportar