Ficha Fresas Salvajes

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Críticas de Fresas Salvajes (3)




Mad Warrior

  • 3 Jan 2022

10



Llega un momento en nuestra vida en que hemos de replantearnos los hechos que nos han marcado, las decisiones que pudimos haber tomado, las palabras que debíamos haber elegido.
Una fase de autodescubrimiento donde expiamos nuestros pecados y afrontamos las consecuencias de nuestros actos, sin hipocresías ni arrepentimientos.

Para Ingmar Bergman, ¨La Carreta Fantasma¨ ocupaba no sólo el puesto a film más bello de la Historia, sino también el de obra matricial de su propia creación; así pues, al dramaturgo August Strindberg, rostro en sombra de su inspiración, responde Victor Sjöström, figura tutelar del cine sueco y principal artesano de su industria, al que rendiría homenaje en ¨Hacia la Felicidad¨ y ¨Fresas Salvajes¨, en las que actúa. Ésta útima llegaría en un momento en que el director había alcanzado el techo de su creatividad gracias a ¨El Séptimo Sello¨.
Asaltado en mitad de un viaje por la idea de abrir una puerta y entrar en los recuerdos de su juventud, Bergman escribiría el guión en un hospital de Estocolmo, donde trataba sus problemas intestinales y de estrés, mientras atravesaba una importante crisis (la terrible relación con sus padres, su fracasado tercer matrimonio, el fin de su noviazgo con Bibi Andersson...); no es extraño que su nuevo proyecto se viese tan abocado a la descripción autobiográfica, a la autocrítica. Con él no sólo abriría una brecha en su carrera, sino también en su interior, para enfrentarse cara a cara con él mismo como nunca antes.

En un conciso prólogo conocemos a Isak Borg, quien aparece ante nosotros como un viejo solitario, pedante e insufrible que ha renunciado a la vida social (su sentencia ¨las relaciones personales se reducen a censurar el comportamiento de los demás¨ estará presente en todo el film); este eminente científico que debe asistir a una mención honorífica en Lund iniciará un viaje por carretera y sin retorno que le hará sumergirse en las profundidades de su existencia. Pero antes, una pesadilla le asaltará; un presagio de muerte que le avisa de lo próximo que está su tiempo a acabarse (así lo muestra el reloj sin manecillas).
Secuencia memorable en la filmografía del director, fascinante y surrealista, con influencias de Buñuel, quizás de Maya Deren, pero sobre todo de ¨La Carreta Fantasma¨. Tras partir junto a su nuera Marianne otro sueño irrumpirá en la narrativa, mencionándose la frase clave de la historia (un ¨rincón de fresas salvajes¨, término sueco que hace referencia a ese lugar donde todos guardamos oscuros secretos); los nostálgicos y bucólicos recuerdos de juventud surgen ante él como una realidad palpable, entrando así por esa puerta abierta hacia el pasado. Es entonces cuando conocemos a su familia y a su prima Sara, de la que siempre estuvo enamorado.

La fantasmagoría de su vida anterior se materializa al entrar en escena una joven idéntica a su prima, además con el mismo nombre, que le acompañará en el viaje; pareciera de hecho que el espíritu de aquella no desea abandonarle (como le ocurría a su prima, esta ¨nueva¨ Sara mantiene su amor entre dos jóvenes). Este cuadro de alegre juventud transporta al protagonista a la nostalgia de un tiempo pasado que sin duda parecía ser mejor; sin embargo será interrumpida por un matrimonio en crisis que ha sufrido un accidente en la carretera.
Sensación agridulce que resucita el mismo matrimonio fracasado de Isak y Karin (la pareja se interpone en el coche entre los jóvenes y el doctor, privando a éste de la alegría anterior). Una visita a su anciana y adusta madre volverá a situar a la muerte tras sus pasos (aparece ante él el reloj de su pesadilla) antes de enfrentarse a sí mismo en un examen de conciencia decisivo, que tendrá lugar en otro siniestro sueño; los remordimientos aparecerán en un espejo mientras Sara le espeta lo mísero de su existencia, los recuerdos se escoran en un torcido recodo del camino, la confrontación es radical y abrasiva. Isak será culpado de culpabilidad y declarado un incompetente emocional (¨¿no hay salvación para mí?¨, se pregunta).

Por un momento le abandonamos para centrarnos en Marianne, quien vive un insatisfecho matrimonio con Evald, hijo del anterior; como un tumor incapaz de extirparse, éste se halla invadido por la sensación de muerte y soledad de su padre (la misma que acompaña a la madre de Isak), perpetuándose así el mal de la desgracia familiar. Apoyada en la brillante fotografía de Gunnar Fischer y en una puesta en escena absorbente y fascinante, el film desfila como la estela espectral de un sueño en un tiempo y espacio descompuestos, con la bella y cruel idea de que sólo nos reconciliamos con nosotros mismos en el instante de la muerte, pagando Bergman su deuda con sus padres espirituales (Strindberg, Kierkegaard, Munch y, cómo no, Sjöström) al tiempo que traza una trama autobiográfica.
Pues podemos suponer que esta imagen del padre envejecido no es otra que la del padre del director, aunque las similitudes no dejan de sucederse (la tía Olga y la madre de Isak son un reflejo de su madre Karin, la relación entre Isak y Agda es la misma que la de sus padres, la imagen de Isak se identifica con la del propio Bergman, compartiendo las iniciales). Sjöström, quien tuvo problemas durante el rodaje debido a su caduca memoria, brinda una actuación magistral en todos los aspectos (la última de su vida), bien acompañado de los grandes habituales del sueco Gunnar Björnstrand, Bibi Andersson, Gunnel Lindblom, Max Von Sydow e Ingrid Thulin, quien presta su gélida belleza.

Bergman anticipa la oscuridad, psicología y experimentación de ¨Persona¨ o la Trilogía del Silencio con esta conmovedora joya, un viaje introspectivo que nos precipita de cabeza al abismo de la vida.
Isak se acuesta, sueña, regresa por última vez a su juventud, lúcido y libre de pesares. ¿Ha hecho las paces consigo mismo?, no se sabe. Lo importante, como bien dice Sara, es que ¨ya no hay ningún ¨rincón de fresas salvajes¨ ¨.



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[email protected]

  • 16 Nov 2017

7


Película de Ingmar Bergman que, si bien no me pareció brillante, si sos estudiante o director de cine como yo no podes dejarla pasar por alto ya que se considera un clásico de culto.
De Bergman anteriormente había visto ¨Persona¨ y ¨El Séptimo Sello¨ y ninguna de las dos me pareció genial, es más, hasta son algo aburridas para el espectador común. Este director, bajo mi criterio, está algo sobrevalorado.
La cinta la vi por simple interés, por el renombre que tiene entre las películas de culto, pero no es una obra maestra como dicen muchos, es más, está muy lejos de serlo.
La fotografía es excelente.
El actor que ocupa el rol principal no pudo haber estado mejor elegido tanto por su actuación como físicamente.
La historia tiene cierta profundidad: habla de la vejez, del paso del tiempo, de la nostalgia, de como uno elige vivir sus últimos días.
El problema está en el guión ya que el mismo es muy lento y algo confuso. Por momentos de torna densa. Al menos es corta.
En fin, aceptable.



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Parnaso

  • 11 Aug 2015

8


FRESAS SALVAJES

Cinta que gana con los visionados,esta la vi hace un par de años por primera vez y la verdad que esta vez me ha gustado muchísimo más.En la película hay conversaciones interesantes sobre el existencialismo y se le presta mayor atención al envejecimiento y al comportamiento humano.Victor Sjostrom está maravilloso en su papel de médico jubilado arrepentido y sientiéndose culpable con su comportamiento hacia los demás.Mola también la relación que tiene su nuera con el marido que no quiere tener hijos.Contado entre realidad y la onirilidad le da a la peli un aura fantástica muy bueno que hasta en ocasiones confunde un pelín.

Una vez más el gran Ingmar Bergman supo dar en el clavo.



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Críticas: 3


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