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Tim Allen no es un actor que me guste demasiado, su humor es bastante soporífero, pero por una vez me ha convencido y no precisamente a base de sus diálogos cómicos o muecas.
La historia es ¨tipical american¨ donde un hombre hérido por una relación desastrosa, pierde el poco orgullo que le queda recibiendo una paliza delante de su hija.
Un don nadie que de la noche para la mañana se convierte en un personaje querido por sus compañeros de trabajo, aunque todo sea una farsa para que no denuncie a la compañía para la que trabaja, aunque esto él no lo sabe.
Su solución es enfrentarse de nuevo con el tipo que le dió la paliza. Y eso es lo que algunos de sus compañeros ven en él, el coraje para volver a encararse al armario que lo tumbó.
Entre tanto, un estupendo James Belushi le ayuda a aprender defensa personal.
Belushi autoparodianse de su vida, pero siendo sin duda el personaje más carismático de todos y el que realmente aporta humor.
A fin de cuentas es una película de las que te levantan una sonrisa. Con un final feliz, donde todo es bueno y bonito, aunque sea muy películera.

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