No me alargaré mucho, solo decir que películas como ésta deberían estar prohibidas por el bien de la humanidad (bromas a parte). Son terrorismo pseudocultural, dañan frenéticamente el sistema nervioso central. Películas como ésta consiguen ponerte de mala leche ¡ostia! ¿Qué por qué? Pues muy sencillo, es la hipocresía hecha película. Es como la otra bazofia llamada Liberad a Willy (que encima, se permiten el lujo de hacer una saga, no tienen vergüenza). Se empachan de predicar con el ecologismo, la libertad de los animales, el no hacerles daño etcétera, etcétera y bla, bla, bla… pero todo es postureo máximo, nada es verdad. La vi hace muchos, muchos años y no la recuerdo al detalle, pero bueno, sabes por dónde van los tiros y sabes cómo se las gastan las grandes productoras cinematográficas con semejantes animales.
El daño que sufren los delfines (uno de los animales más bellos y fascinantes de la tierra) es inimaginable: el estrés que les supone la gente, las cámaras, las luces, el ruido, el día a día de un rodaje (que puede durar hasta catorce horas tranquilamente)… Es maltrato en toda regla, de la misma manera y forma pasa lo mismo con Liberad a Willy, porquería y basura en su máximo esplendor. Señores y señoras, esto no es cine, el cine es otra cosa. El cine es magia; el cine es Martin Scorsese, Orson Welles o Akira Kurosawa; el cine es pasión, entrega y dedicación, esto es otra cosa.
Flipper es un producto de baja estopa para padres insensibles (y por qué no, poco conocedores de lo que es el cine, o por lo menos, de lo que es una buena película infantil) que llevan a sus hijos a ver ésta cerdada pensando que les están ofreciendo ver algo sorprendentemente educativo.
Educativo sería que esos niños vieran documentales como: The Cove (7,9) donde muestra como el pobre Flipper (el de la serie del 1964) se murió de sufrimiento. Bueno, en realidad se suicidó, porque los delfines (al igual que los humanos) tienen la capacidad de suicidarse en caso de depresión severa. De hecho, Flipper, consiguió de forma voluntaria, que su corazón dejase de latir en manos del cuidador y entrenador contratado para serie Ric OBarry. A partir de aquel momento OBarry se convirtió en un acérrimo luchador en contra del maltrato a los delfines. Otro gran documental que deberían ver los niñ@s, padres y en general todo el mundo es Blackfish donde en este caso el tema central son las orcas.
Por esa razón, entre otras cosas como el argumento, las actuaciones… Flipper es una basura, una farsa e hipócrita película que predica “algo” que después no cumple.
Mikerion
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No me alargaré mucho, solo decir que películas como ésta deberían estar prohibidas por el bien de la humanidad (bromas a parte). Son terrorismo pseudocultural, dañan frenéticamente el sistema nervioso central. Películas como ésta consiguen ponerte de mala leche ¡ostia! ¿Qué por qué? Pues muy sencillo, es la hipocresía hecha película. Es como la otra bazofia llamada Liberad a Willy (que encima, se permiten el lujo de hacer una saga, no tienen vergüenza). Se empachan de predicar con el ecologismo, la libertad de los animales, el no hacerles daño etcétera, etcétera y bla, bla, bla… pero todo es postureo máximo, nada es verdad. La vi hace muchos, muchos años y no la recuerdo al detalle, pero bueno, sabes por dónde van los tiros y sabes cómo se las gastan las grandes productoras cinematográficas con semejantes animales.
El daño que sufren los delfines (uno de los animales más bellos y fascinantes de la tierra) es inimaginable: el estrés que les supone la gente, las cámaras, las luces, el ruido, el día a día de un rodaje (que puede durar hasta catorce horas tranquilamente)… Es maltrato en toda regla, de la misma manera y forma pasa lo mismo con Liberad a Willy, porquería y basura en su máximo esplendor. Señores y señoras, esto no es cine, el cine es otra cosa. El cine es magia; el cine es Martin Scorsese, Orson Welles o Akira Kurosawa; el cine es pasión, entrega y dedicación, esto es otra cosa.
Flipper es un producto de baja estopa para padres insensibles (y por qué no, poco conocedores de lo que es el cine, o por lo menos, de lo que es una buena película infantil) que llevan a sus hijos a ver ésta cerdada pensando que les están ofreciendo ver algo sorprendentemente educativo.
Educativo sería que esos niños vieran documentales como: The Cove (7,9) donde muestra como el pobre Flipper (el de la serie del 1964) se murió de sufrimiento. Bueno, en realidad se suicidó, porque los delfines (al igual que los humanos) tienen la capacidad de suicidarse en caso de depresión severa. De hecho, Flipper, consiguió de forma voluntaria, que su corazón dejase de latir en manos del cuidador y entrenador contratado para serie Ric OBarry. A partir de aquel momento OBarry se convirtió en un acérrimo luchador en contra del maltrato a los delfines. Otro gran documental que deberían ver los niñ@s, padres y en general todo el mundo es Blackfish donde en este caso el tema central son las orcas.
Por esa razón, entre otras cosas como el argumento, las actuaciones… Flipper es una basura, una farsa e hipócrita película que predica “algo” que después no cumple.
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