Un coro griego que ha cruzado la barrera del tiempo y la historia se alza en las ruinas de un anfiteatro y nos narra ancestrales gestas románticas que acabaron en enormes tragedias.
De ahí se apresuran a dar paso a la que nos ocupa: ¨¡Ved, por ejemplo, el caso de Lenny Weinrib, una historia tan griega e intemporal como el destino mismo!¨.

Los años 90 representaron para Woody Allen una segunda etapa en su ya longeva carrera cinematográfica. Etapa de cambios, redenciones e intentos de volver a conectar con la crítica y el público en un momento en que su vida personal se desmoronaba a raíz de las acusaciones de Mia Farrow de incesto y pedofilia; así, para huir de aquella espiral de caos y confusión y tras doce años centrándose en dramas mucho más serios, regresaría a la comedia de toques melodramáticos que iniciaría ¨Misterioso Asesinato en Manhattan¨, donde se reencontraba con su otrora musa Diane Keaton.
Sin embargo, la prensa seguía dejándole en muy mala posición, sobre todo después de publicarse un artículo en el New Yorker donde se comentaban los detalles de una obra de tumultuosos ensayos en los que el actor/director era descrito como un tirano paranoico y asocial. Finalizada ¨Dont Drink the Water¨, versión televisiva de una antigua pieza teatral que él mismo realizó allá por finales de los 60, se decidió a hacer una bien avenida escapada a Sicilia donde rodaría parcialmente su siguiente film, ¨Poderosa Afrodita¨, sin dejar de lado su amada ciudad de Manhattan.

En él, Allen da vida a ese personaje que desde ¨Annie Hall¨ siempre le acompañó, llamándose esta vez Lenny Weinrib (curiosamente nombre de un actor y escritor americano real), un cronista deportivo temeroso al cambio y llevando una vida más o menos feliz con Amanda, quien desea tener un hijo, cosa que a él le sorprende y a la vez le aterra. Quizá para llenar un vacío que el matrimonio no puede, como bien nos anuncia ese divertido coro griego que interviene regularmente en la historia, Amanda termina adoptando a un bebé cedido por una joven de identidad desconocida.
Pasa el tiempo y la vida le es favorable al matrimonio junto a su hijo Max, sino fuera por las terribles sospechas que asaltan a Lenny con respecto a la fascinación que su esposa ejerce sobre el jefe de ésta, Jerry. Pero algo más le asalta: la curiosidad por conocer a la madre biológica de Max, Leslie, que resulta ser nada más y nada menos que una prostituta y actriz porno de lo más peculiar y cariñosa cuya existencia ha estado marcada por la desgracia; Lenny acabará como Henry Higgins en ¨Pigmalión¨: intentando reconducir la vida de la chica hacia un futuro mejor, aunque tal hazaña estará plagada de dificultades.

Diálogos punzantes a más no poder y variopintos personajes presa de los reveses de un destino siempre cambiante son los fermentos de una aventura tragicómica inscrita en el clásico universo ¨alleniano¨, perpetuo a pesar de los años, donde se vuelven a repetir absolutamente todas las constantes del mismo (un matrimonio burgués asentado en Manhattan que experimenta el inicio de una posible crisis, acrecentada por los celos de un marido algo paranoico, nostálgico y que odia los cambios abruptos hacia el jefe de su otrora cariñosa esposa transformada ahora en una mujer fría y siempre preocupada de los negocios).
Un cuadro matrimonial que se remonta, como el mismo personaje de Allen, a los tiempos de ¨Annie Hall¨. Sin embargo, ese vacío puede ser llenado con un niño. La irrupción cómica y a ratos amarga de la explosiva y brillante Mira Sorvino conseguirá que todo el protagonismo recaiga sobre Leslie, completo negativo de Amanda, una cálida y simpática joven con el corazón de oro sobre la que pesa un turbio pasado que ha sabido salir adelante con fuerza, hasta con humor; todo esto será acompañado de una deliciosa banda sonora de ¨jazz¨ y de los imaginativos diálogos y apariciones del coro griego, que imprime una esencia de comedia clásica al film, retornando a una de las pasiones de Allen: el teatro.

Serán los miembros de dicho coro los que anuncien un final lleno de giros inesperados pero afortunadamente bueno para todos los personajes; como podemos ver, el actor/director se pondrá optimista durante un tiempo. Las intervenciones del coro y las impagables ocurrencias de Leslie son lo mejor de la trama, harto conocida por los fans de Allen, cuyo verbo cómico ya da signos de fatiga, en especial en la relación que mantiene con su esposa, interpretada por una improbable aunque decente Helena Bonham Carter.
Acompañándoles está el que fuera el Murphy de ¨Robocop¨, Peter Weller, pero quienes realmente sobresalen de secundarios son F. Murray Abraham, David O. Stiers, Olympia Dukakis, Danielle Ferland y Jack Warden (liderando el coro griego). ¨Poderosa Afrodita¨ funcionó bien en taquilla y Mira Sorvino se llevó un Oscar y un Globo de Oro, además de otros premios, por su gran interpretación, seguramente la mejor de su carrera.

Hoy día es una comedia menor comparada con otros títulos del director. No obstante sigue resultando audaz, muy entretenida y con un conseguido equilibrio entre las partes cómica y dramática.

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-¿Quién manda más tú o mamá?
-¿Cómo? ¿Tú que crees? Yo, por supuesto tu madre tan solo toma las decisiones. Mamá dice lo que hacemos y yo...Yo controlo el mando a distancia.


Hay que hacerle la ola a Woody Allen, año tras año sin que le pese la edad, se sienta delante de su vieja máquina de escribir y escribe una obra de arte, en ocasiones, la obra de arte es brillante y en otras es de menor calidad, pero siempre, y cuando digo siempre es siempre, hay algo que rascar en una obra de Woody Allen, lo cuál, sinceramente, me resulta una auténtica proeza, hay que reconocer que ¨Poderosa Afrodita¨, no es de sus películas más conocidas ni mejores aunque hay que decir la verdad, Allen juega con la originalidad en esta tragicomedia griega en la que se vuelve a salir, como de costumbre por otra parte.

Estas películas solo le podrían salir a él, te podrá gustar más o te podrá gustar menos pero creo que es necesario reconocer que es uno de los mejores directores de todos los tiempos, aunque más que director, lo calificaría de artista.

En ¨Poderosa Afrodita¨, se hace alusión a los mitos griegos, a las profecías, en ocasiones se profetizaba que un hombre acabaría con la vida de su propio padre y aunque se tratara de evitar el suceso con todas las ganas, acaba sucediendo por culpa de las medidas que se habían tomado tomado para que no sucediese ¡El destino mis queridos amigos!.

Woody Allen, mantiene una relación amorosa con Helena Bonham Carter, que antes de estar con Tim Burton hacía otras cosas y mostraba que valía para algo, total que adoptan un niño y Woody tiene curiosidad por saber quien es su madre real.
Aunque sabe que no puede hacerlo, Woody encuentra a la mujer, interpretada por Mia Sorvino, para mi gusto, un poco pesada, Mia es una prostituta bastante alegre que había sido estrella porno.

Así pues y aunque son diametralmente opuestos, Woody y Mia establecen una relación que puede llevar al romance y más cuando su mujer, tiene un escarceo amoroso con ¡Robocop! (Si amigos, el gran Peter Weller, el Robocop original) Además, Woody al ver que la chica lo está pasando mal, tratará de encontrarle un amor, la figura elegida es Michael Rapaport (Por cierto, este tipo está totalmente desaparecido en combate) un boxeador granjero cultivador de cebollas que quiere dejar la gran ciudad para irse al campo de nuevo.

Lo original de todo esto, es que desde Grecia, los Dioses del Olimpo, los profetas y demás, discuten sobre el sino de Woody Allen, es más, hasta uno de ellos (F. Murray Abraham) habla con él y le indica lo que tiene que hacer, totalmente imperdible, grande Allen.

Como ya digo, no me ha parecido la más brillante de sus películas, aunque su impronta siempre se nota en todas sus películas, no me he reído a carcajadas como suelo hacer, pero siempre pasas un rato muy entretenido.

¡Como echo de menos que Allen salga en sus propias películas! A roma con amor, me dejó con muchas ganas de más.

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Divertida película con el sello propio de Woody Allen. Realiza una traslación perfecta de una tragicomedia de la antigua Grecia al ambiente actual de Nueva York. Y lo mejor es que lo hace con éxito. Sin duda, de lo mejor de Woody Allen.

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