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Si hay algo bueno en esta película de Billy Tang es disfrutar del reparto que lograron reunir para esta producción de Hong Kong ambientada en los Estados Unidos.

Y menos mal que lo hicieron, ya que Jet Li en los ochenta y parte de los noventa parecía un pez fuera del agua en películas que no fueran de época, y la presenta de Stephen Chow ayudó a paliar la casi total falta de humor del astro de las artes marciales.

A ellos se le une un secundario de la talla de Dick Wei, eterno secundario del cine de Hong Kong con unas buenas aptitudes para las artes marciales pese a que nunca consiguió consolidarse como actor principal, quizá por su peculiar físico.

Y menos mal que la película se salva por su buen reparto, ya que lo demás destila mediocridad por los cuatro costados. La historia no aporta nada nuevo con respecto a lo ya visto en el cine de Hong Kong de la segunda mitad de los ochenta, presentando el típico argumento de dos amigos que escogen caminos diferentes, y las escenas de acción son más bien normalitas pese a los esfuerzos de Li.

Conforme se acerca el desenlace los diferentes hilos argumentales se van cerrando de forma más bien insatisfactoria hasta llegar al previsible enfrentamiento final que deja al espectador más bien insatisfecho y con demasiados interrogantes.

Por lo tanto, esta ¨Dragon Fight¨ es una de las películas de Jet Li más olvidadas y con justicia, ya que ni la presencia de Stephen Chow ni algunas escenas de lucha aceptables logran espantar la sensación de mediocridad que desprende.

Aprobado raspado.

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