Ficha Pan, Amor y Fantasia


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Críticas de Pan, Amor y Fantasia (1)




Mad Warrior

  • 20 Feb 2023

7



Sale el Sol por las montañas del Este de Italia y alumbra uno de tantos pequeños universos encerrados en sí mismos.
Nos metemos de cabeza, entre todos los rincones, mientras las muchachas van a la panadería, se abren las puertas de la iglesia y los carabinieri pasean con tranquilidad. No saben estos pueblerinos que muy cerca se arremolina un gran romance...

Tratando de superar su melodrama ¨La Maleta de los Sueños¨, de poco presupuesto y poco éxito de público, el maestro Comencini termina los preparativos de un proyecto deseado que surgió en sus vueltas aquí y allá por Palena junto al guionista Ettore Margadonna, paisano del lugar; por desgracia allí no se puede filmar y han de trasladarse a Castel San Pietro Romano, si bien éste último se lleva a cuestas los entrañables recuerdos de su infancia para componer un fresco realista donde plasmarlos sin ningún prejuicio. Esta sensación de nostalgia da pie a la alegría y engendra una mirada nueva.
Toda una vaticinadora de los grandes cambios que iba a experimentar el cine italiano iniciados los 50 al tiempo que la infraestructura del país, debido a las intervenciones del Plan Marshall y la expansión internacional, ¨Pan, Amor y Fantasía¨ es el resultado de dicha mirada, un soplo de aire fresco en el marco de ese neorrealismo que ha estado actuando a modo de espejo de la dura progresión de la sociedad tras el infierno de la 2.ª Guerra Mundial y sus secuelas. No quiere decir esto que la comedia no estuviese ya presente, pero aún se apreciaban los ecos de aquel subgénero, melancólicos (¨Milagro en Milán¨) o políticos (¨Don Camilo¨).

Esto parece no tener cabida aquí, en ese rinconcito apartado de Italia llamado Sagliena donde entramos de la mano de su protagonista, el comandante de policía Carotenuto. Pero Sagliena es un nombre imaginado, que procede de la fantasía del guionista, quien agolpa, mezcla y confunde sus vivencias ofreciendo una imagen más o menos idealizada de su Palena natal. La advertencia al principio sobre los agentes carabinieri sirve para dejar a un lado connotaciones sociopolíticas y acercarse a la intimidad humana, que rezuma cual torrente de las esquinas de la aldea.
Allí convergen generaciones y clases muy dispares, una fauna versátil y vivaz, que siempre actúa en comunidad como en todas partes de la Italia de la reconstrucción. El genio Vittorio de Sica explota su buena habilidad a la interpretación y no cuesta simpatizar con él al entrar en ese microcosmos de contrastes que teje un costumbrismo luminoso a base de encuentros con los individuos, dejando bajo llave pero siendo fácil de ver la debilidad, perfidia, cinismo y envidia de todos ellos, ejemplo de un pueblo de casta conservadora que ni se ha hecho a los nuevos ideales sociales ni quiere renunciar a sus tradiciones.

Las niñas quieren ayudar en la misa de un cura cascarrabias para que las ancianas no murmuren sobre ellas, y los hombres se pegan a ellas, mientras un coro griego formado por los más cotillas informa de la situación a lo lejos; al referirse al interior vacío de su bocata, un tipo dirá alegre al comandante ¨De fantasía, señor¨. De eso se rellena el pan porque es lo único que ha dejado la guerra, y así la fe, pues, ¿quién reza a una amarga figura de Cristo cuando se puede rezar a un billete de 5.000 liras? Pero antes de entrar en este mundo aparte, la presencia descarada y fogosa de Luigina Lollobrigida se hace notar al vuelo, su aspecto de animal salvaje y voluptuoso, un sueño de campos italianos bucólicos.
La fantasía aviva la ilusión de los hombres, ávidos de oler la piel de esa ¨Bersagliera¨ (modelada a partir de una joven de Palena, por todos deseada, según Margadonna), la fantasía dispara el deseo del maduro Carotenuto y también del papanatas Stelluti, los cosquilleos que siente esa pobre muchacha es su fantasía de encontrar el amor en ese agujero sucio de viejos beatos y chavalas que se pudren de celos. El cuadrado amoroso termina de formarlo la comadrona Anna, otra persona tan aparentemente solitaria y ajena como el comandante.

La fantasía mueve a los seres y les impulsa a buscar la felicidad, a habitar en los círculos pasionales más enrevesados. Cunde el equívoco, el neorrealismo por fin se dulcifica del todo, se ¨enrosa¨, por mucho que a Margadonna le resultase un gesto hipócrita; la fantasía flota en el aire y confunde a todos, buscan el amor donde no tienen que buscarlo, se pierden en el hedonismo, lo sensual, lo piadoso y lo idílico, la fantasía alimenta los bisbiseos de la criada Caramella (maravillosa, maravillosa Concetta Pica), pero la sobrina del cura Emidio, Paoletta, tiene su fantasía roída por la envidia, y no hay esperanza para ella.
La trama es tan irregular y poco fiable como las decisiones, actos y cambios de humor de los divertidos personajes, va y viene sin parar a un ritmo ligero y fluido, te atrapa y uno no tiene más remedio que dejarse llevar por el sinsentido de las emociones y los ágiles diálogos. Comedia italiana pura y dura revestida de un telo de reflexión que pretende rasgarse con el enredo; por otro lado, aun siendo difícil apartar la mirada de las curvas de la ¨Bersagliera¨, se debería reparar en las otras mujeres que circulan alrededor (esas bellísimas Maria Pia Casilio y Marisa Merlini y la graciosa Vittoria Crispo como la madre paranoica de Maria).

Y el tándem De Sica/Lollobrigida infalible, la verborrea impetuosa de uno hace buen equipo con el airado carácter de la otra, y la fotografía en blanco y negro de Arturo Gallea y la ambientación neorrealista hacen el resto, dando a ¨Pan, Amor y Fantasía¨ no sólo una abultada recaudación en cines, sino la oportunidad de representar a Italia en festivales internacionales.
Tal es el éxito que se genera una saga, pero sólo con la de Subiaco en la secuela, ¨Pan, Amor y Celos¨...



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