Mercury Rising es una película de acción y thriller que se estreno en el año 1998. Esta dirigida por Harold Becker y protagonizada por Bruce Willis, Alec Baldwin, Kim Dickens y Miko Hughes.
Art Jeffries es un agente del FBI bastante insolente con sus superiores, razón por la cual le asignan las escuchas telefónicas. Por fin, un día, le encargan la investigación del caso de un niño desaparecido, cuyos padres han sido asesinados. Cuando lo encuentra, resulta ser un autista de nueve años que tiene una prodigiosa capacidad para interpretar códigos del gobierno teóricamente indescifrables.
Mientras disfrutaba de este peliculón se me vino a la mente lo mal que ha terminado el gran Bruce Willis y me puse a revisar su filmografia donde me di cuenta que estrenaba dos o tres peliculas por año las cuales eran proyectos buenos e interesantes y pues ahora el tipo estrena casi nueve o diez peliculas al año que son bodrios infumables de serie B que casi nadie ve asi que me dio mucha nostalgia al ver como ha acabado este héroe de accion memorable que para mi es de los mejores junto a Stallone y Arnold asi que le eche un vistazo a este thriller de accion que se lanzo a finales de los noventa que sin duda alguna es de mis peliculas favoritas con el ya que cuenta con un argumento interesante cargado de intriga, drama y lógicamente tambien de accion.
El argumento del film es sencillo, Bruce Willis deberá proteger a un niño que padece de autismo que descifra un código secreto del gobierno que sus creadores creyeron que ninguna máquina del mundo podría descifrarlo y pues ahi entra en escena el personaje de Alec Baldwin quien no quiere que este código caiga en las manos equivocadas asi que decide enviar a un grupo de sicarios a que vayan por el niño matando asi a toda su familia pero para suerte de el se topa con el héroe de la cinta que le protegerá a toda costa y pues bueno, la premisa como tal es muy sencilla pero la historia se desarrolla de una manera muy efectiva manteniéndonos enganchados desde el primer minuto con un ritmo frenético el cual nunca llega a aburrir porque hay mucha tensión y accion asi que es imposible aburrirse.
Las actuaciones son excelentes y Bruce Willis esta fantástico como el héroe aunque eso si no ofrece algo totalmente nuevo pero de todos modos se desenvuelve de una manera brillante durante el transcurso de la película. En el papel de villano tenemos a Alec Baldwin que luce muy convincente aunque me hubiese gustado que apareciera algunos minutos mas ya que su personaje me pareció brutal pero lastimosamente aparece muy poco y por último tenemos a Miko Hughes interpretando a un niño autista lo cual es realmente difícil pero me quito el sombrero ante la actuación de este niño ya que luce muy convincente y de por si me pareció fabulosa.
La película como tal tiene acción continua desde el primer minuto pero no llegan a ser secuencias tan espectaculares como si se ven en otros films de Bruce Willis pero aún así se mantiene el interés por la historia aparte de que se añade un toque de emotividad con la relación del protagonista con el niño autista la cual está bien llevada porque llega ser ser muy sentimental y por lo demás nada más para añadir, es una buena peli que no decepciona y es totalmente recomendable para aquellos que quieran ver algo diferente en la filmografía de Bruce.
En definitiva Mercury Rising me ha parecido un buen thriller de acción con una trama sólida pero atrapante e interesante con unas actuaciones excelentes y secuencias de acción aceptables, no llega a ser una obra maestra pero la película cumple pese a que no se compare con otras grandes obras de Bruce Willis como la saga Die Hard o El Último Boy Scout pero aún así es de mis favoritas y cada vez que la veo nunca me aburre así que para mí es tremendo peliculón.
Mercury Rising trae al héroe de acción por excelencia, al héroe que junto al tito Arnold y Stallone, monopolizan las peliculas del género, con la diferencia de las anteriores, que Bruce Willis siempre es un héroe vulnerable, vencible, apalizable y demás, en definitiva, es humano.
En esta pelicula Bruce Willis interpreta a Art, un agente del FBI, más concretamente un agente secreto que durante una misión tiene un problema grave y se queda bastante traumatizado, siendo relegado a escuchas telefónicas de mierda.
Mientras un niño llamado Simon, que padece de autismo, descubre por error, o, digamos, sin pretenderlo, leer un código secreto del gobierno de miles de millones de dólares, en ese momento, Alec Baldwin aparece en escena, no quiere que ese código caiga en manos enemigas y decide matar al niño, primero mata a su familia, y el niño, muy hábil se esconde.
Ahi es donde aparece Bruce Willis, coge al niño (bendita paciencia) y se lo lleva, las secuencias de acción, la tensión que desprende el fin desde el principio hasta el final, si bien tiene un pequeño o gran defecto, la peli retrata a la perfección lo que es un niño autista pero llega a cargar, el niño chilla, grita, hace cosas raras continuamente.....puede llegar a cansar, pero hay que reconocerle una interpretación tan dificil al actor, que, creo recordar, ya salió en una de las peliculas de Pesadilla en Elm Street, concretamente en la parte 7, la nueva Pesadilla de Wes Craven, lástima que no haya vuelto a saber nada de él pues me agradó mucho su interpretación en este film, Bruce vuelve como tio duro por excelencia, pero con sentimientos, como al final cuando le da los pasatiempos a su amiguito Simon y este, emocionado, le da un abrazo de gratitud, por asi decirlo...por otra parte Alec Baldwin interpreta a un villano con mucha elegancia y maestria, pese a que su aparición en pantalla es relativamente escasa, podríamos decir que lo hace genial, como nos tiene acostumbrados este maestro.
En definitva un thriller de acción, misterio y de tiros, golpes y conspiraciones gubernamentales.
Gran pelicula de accion! Una de las mejores peliculas de Willis segun mi opinion, ya que la trama esta muy bien llevada y es original. Gran pelicula de accion y suspense
Críticas: 5
Mad Warrior
4
A Bruce Willis lo pudimos ver junto a diversos compañeros en sus aventuras de acción; más simpáticos como Damon Wayans o Samuel L. Jackson, más estomagantes como Sarah Jessica Parker, Justin Long o Tracy Morgan, pero aquí tuvo al más peculiar de todos: un niño autista, que se ubicaba muy cerca de lo segundo...
Y esto data de aquella época suya en que todavía era una gran estrella pese a ciertas malas decisiones, y que todo fan debe recordar para sobrellevar esta actualidad donde el actor es devorado por la demencia y el final se ve más cerca. Aquí estamos a finales de los “90, con él atrapado entre la segunda adaptación de “The Day of the Jackal“ y la gamberrada espacial “Armageddon“, ambas bombazos de taquilla; primero iba a filmar Barry Sonnenfeld pero le espera la más jugosa “Men in Black“ y llega el veterano Harold Becker, cuyo último trabajo, el “thriller“ “City Hall“, no ha sido precisamente un éxito.
Lo que aún no comprendo es la razón. Se supone que Brian Grazer adapta la novela “Simple Simon“, escrita por esa especie de Tom Clancy de segunda que es (el no así tan reconocido) Ryne D. Pearson; “se supone“ porque de lo que la pareja de guionistas Mark Rosenthal y Larry Konner respeta del texto original es menos de un 50%. Pero no es este el peor fallo del productor; la susodicha historia es la 4.ª de una saga (la del agente Art Jefferson) con mejores títulos que podrían haber sido elegidos en su lugar, porque poco me atraía ya en las páginas la surrealista trama (si bien inspirada en hechos reales) de un código militar súpersecreto que por arte de magia es descifrado por un autista tipo Ray Babbitt.
Mucho mejor si Grazer hubiese reparado en “October“s Ghost“, 2.ª de dicha saga donde Jefferson se veía envuelto en misiones de espionaje en el peligroso panorama de la Guerra Fría; habría sido un vehículo genial para Willis...a pesar de que el protagonista es negro. Lo visto aquí se separa sustancialmente de todo el universo del agente del F.B.I., se le da otro nombre (Jeffries) y se le convierte en uno de esos arquetipos que tanto abundan en el policíaco hollywoodiense: el agente torturado por un trauma del pasado, solitario y sin fe en la Humanidad que sus jefes quieren cesar y que sólo tiene una oportunidad para redimirse.
Y esa es Simon, el aborrecible crío que le daba la brasa a Schwarzenegger en “Poli de Guardería“, con una edad más creíble para el espectador (en el libro es un adolescente). La transición es pésima en el film porque las primeras secuencias apuntaban a una historia mucho más interesante que lo sucedido tras el “brillante“ recurso de la elipsis, y todo se viene abajo cuando asoma lo inventado por Pearson, el código descifrado. Resulta más imbécil ver en pantalla que a dos trabajadores de la Agencia de Seguridad Nacional se les ocurra introducir un código militar en una revista (yo estoy en la piel de su jefe y les decapito en la misma oficina).
Ya vamos cuesta abajo y sin frenos. Kudrow (Alec Baldwin actuando por contrato, y se nota) ordena matar a Simon como si eso impidiera a otro descifrar el código, un proceder muy lógico y patriótico, sí, y su empeño en mantener el asunto en secreto es tan comprometido que envía al más torpe, ruidoso y rocambolesco de los sicarios, cuyas secuencias están cerca de las comedias del trío Zucker/Abrahams/Zucker. A estas alturas ya no hay por donde coger la película, pero el actor hace un esfuerzo protegiendo al crío, incluso enzarzándose con asesinos a sueldo en mitad de las calles como si esto fuese la nunca reconocida 4.ª entrega de “Jungla de Cristal“.
No sólo el encuentro de ambos es un pésimo cliché en contraposición a lo planteado en el libro, mejor hilvanado aunque nada creíble si el héroe es Willis (en realidad Art está casado con una psicóloga infantil y uno de sus pacientes es Simon), sino que el delirio crece hasta niveles insoportables, luchando las maniobras de los villanos, que demuestran ser más deficientes que el niño, contra los golpes de suerte de la pareja (muy mal introducida está en todo este embrollo el personaje de Kim Dickens) para ganar el premio a mayor gilipollez del guión.
Curioso que un material tan mal escrito y desarrollado presente un ritmo tan entretenido y una acción tan bien filmada, resolviéndose en la veteranía de Becker, quien rozando las 70 primaveras nunca había sido director de “thrillers“ al estilo hollywoodiense como éste. También es difícil ser parte de la intriga por culpa de la nula pasión que hay en los actores, y es que se hace fácil de apreciar que todos ellos, todos, están aquí por mero contrato y para llevarse el sueldo...excepto Miko John Hughes, que se mete a conciencia en su difícil papel. Aparece por cierto Peter Stormare; debe recordarse porque al mínimo parpadeo nos lo perdemos, para algunos un curioso cameo, para mí una decepción total.
¿La razón? Que en “Simple Simon“ Pearson introducía a Kimura, una terrorista japonesa cuyo objetivo era robar el código, además de tener ciertos gustos sádicos y caníbales; tal descacharrante villano no tenía cabida en una película comercial, claro, pero al aparecer Stormare imaginé un símil aproximado...vana ilusión, pues el guión se lo quita de enmedio literalmente a los pocos segundos de aparecer, o es que un rollo de metraje se perdió por ahí. Sin embargo nada, por muy alocado que sea en las páginas, supera el descerebradísimo asesino de Lindsey Ginter (increíble que Willis ganara el Raspberry por su actuación y él no).
Con ese clímax sobre la azotea que tanto recuerda al clásico de McTiernan (¿qué decía yo?), “Mercury Rising“ es de las aventuras que menos me gustaron de mi héroe.
Casi tan pasada de vueltas, diría yo, como “El Último Boy Scout“, pero sin rastro de humor. Incluso le tengo más estima a “Persecución Mortal“, fíjense...
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