Una película que se ha de rodar y un hombre que persigue un sueño, una obsesión que puede destruirle. Dos elementos incompatibles que constantemente entrarán en conflicto.
Clint Eastwood, en la que sigue siendo una de las obras más íntimas y personales de toda su carrera, nos llevará hasta el mismísimo corazón de la árida y majestuosa África para dar con el animal más magnífico que pueda existir: el elefante africano.

Para hablar de ¨Cazador Blanco, Corazón Negro¨ hay que empezar haciéndolo de John Huston, pues sobre él trata realmente esta película, aunque pretendan disfrazárnoslo (en los créditos finales se puede leer ¨esta es una obra de ficción¨). Aquel mítico director, como bien empieza narrando el personaje de Peter Verrill, era un hombre violento aficionado a la vida violenta, un rebelde bebedor y fumador compulsivo que siempre se arriesgaba sin tener en cuenta lo que opinasen los demás, y cuyo sitio estaba en plena naturaleza, entre animales.
Sus obras reflejaron siempre su forma de ser y su visión tan descorazonadora de la vida y el ser humano, obras que sin duda influenciaron a Clint Eastwood en su carrera de cineasta (como ¨Los que no Perdonan¨, ¨La Jungla de Asfalto¨, ¨Sólo Dios lo Sabe¨ o ¨Las Raíces del Cielo¨, por nombrar sólo unas pocas). Tras la irregular comedia de acción ¨El Cadillac Rosa¨, que Eastwood simplemente hizo para conseguir algo de dinero en taquilla (cosa que no tuvo los resultados esperados), éste comenzó la década de los 90 embarcándose en un proyecto muchísimo más personal.

Con guión de James Bridges, Burt Kennedy y Peter Viertel, ¨Cazador Blanco, Corazón Negro¨ trata la experiencia de este último durante la preparación y los días previos al rodaje de ¨La Reina de África¨, una de las mejores películas de aventuras que se hayan realizado y por ende una de las más recordadas de la filmografía de Huston, la cual provocó al director tantos problemas y enemistades con los productores y gente del equipo, y no sólo por los costes de producción o por las pésimas condiciones que ofrecía el vasto continente africano.
Una vez allí, buscando localizaciones y reestructurándose el guión del film, Huston se desinteresó del proyecto, dejando colgados a sus compañeros, para satisfacer su verdadera obsesión: cazar al elefante africano (por si alguien no lo sabe, el director, aparte de al boxeo y a la pintura, era aficionado a la caza). En la película, John Huston es John Wilson, Peter Viertel es Peter Verrill, Humphrey Bogart es Phil Duncan y el productor Sam Spiegel se convierte en Paul Landers, todo disimulado aunque evidentemente basado en la hazaña por la que pasó Viertel al tener que colaborar con un director tan cabezota, imprevisible y sujeto a sus propias reglas.

¨Cazador Blanco, Corazón Negro¨ se inscribe en esas obras íntimas de Eastwood cuyas imágenes y pausado ritmo quedan vinculadas a historias más sensibles y oscuras, pobladas de personajes complejos atrapados en serios dilemas, que albergan sueños y deben enfrentarse constantemente a un mundo lleno de maldad, cinismo e hipocresía, siendo ¨El Aventurero de Medianoche¨, ¨Bronco Billy¨, ¨Un Mundo Perfecto¨ o esta que nos ocupa un buen ejemplo de ello, de ahí que no sean de las más recordadas por muchos fans del actor/director, quienes le tienen sólo por un icono de la acción.
La bellísima fotografía de Jack N. Green y el árido paisaje de Zimbabwe, que se convierte en un personaje más de la historia, pone la guinda en este atípico drama de aventuras donde Eastwood demuestra una vez más su amor y pasión por su profesión al hablar de cine dentro de cine (impagable el discurso sobre las ¨putas de Hollywood¨), retratando sobre todo el carácter de un realizador tan excéntrico y megalomaníaco como era el de John Huston, y cómo su obsesión acabó resultando en una trágica experiencia más. Eastwood, aquí John Wilson, se mete en la piel de su mentor maravillosamente (ambos tienen aspectos en común), imaginándose cómo debería ser, imitándole en su forma de expresarse y moverse, hasta de fumar, aunque sin abandonar su propio estilo.

Un carismático Jeff Fahey encarna a Viertel, atrapado entre la amistad que le une a John y el compromiso con su trabajo, mientras Richard Vanstone pone cara al álter-ego de Bogart (cosa curiosa, éste es más parecido físicamente a Huston que Eastwood) y Marisa Berenson al de Katharine Hepburn, destacando como secundario el fantástico Boy Mathias Chuma.
A veces ensoñadora, en ocasiones cómica, realmente dramática en última instancia, pero ante todo profunda. No estamos ante una obra fácil de asimilar, ¨Cazador Blanco, Corazón Negro¨ es para un público muy concreto, de ahí su pésimo resultado en taquilla (recaudó 2 millones de 20 invertidos). Sin embargo, yo creo que a quien va destinada es a los verdaderos amantes del cine.

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Una pequeña joya de Eastwood,con mucha poesía,drama y su buena comedia que converge perfectamente en esta singular obra maestra del más grande de los que existen.

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