Ficha Hara-Kiri: Muerte de un Samurai

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Críticas de Hara-Kiri: Muerte de un Samurai (2)




Mad Warrior

  • 14 Feb 2018

10



El espíritu de un samurái está regido por el estricto código del honor, y éste a su vez se sostiene en el valor necesario para conservarlo, porque sin honor no es nada.
Más allá de la vida o la muerte lo que tiene que prevalecer para un samurái es su honor intachable de guerrero...y nada más...

1.630, corre el período Edo en un Japón bajo el dominio del shogunato Tokugawa, donde las guerras han dejado huellas imborrables pero ahora se vive un tiempo de paz. Los valerosos samuráis que antaño servían a sus señores en la batalla se han encontrado sin señores a los que servir, pues el país está unificado y por suerte ya no hay conflictos que librar ni sangre que derramar, pero para ellos es una total desgracia. Sin oficio ni dinero muchos se han convertido en ronin, vagando sin un amo que les dirija y limitándose a existir conforme a lo que los giros del destino les aguarde.
En el castillo del clan Li, administrado por el daimyo Saito Kageyu, el ronin Chijiiwa llega para acabar con su vida de una manera digna, pidiendo que la ceremonia se celebre en el patio, pero hay un rumor que se ha extendido: otro guerrero en la misma situación solicitó a un señor su patio para cometer el suicidio ritual, y éste, benevolente, le instó para que se detuviera, ofreciéndole trabajo y refugio en su casa; a partir de ese momento, todos los ronin pobres han seguido esta táctica para lograr salir de la miseria. Kageyu sabe esto, y no piensa tolerarlo...pero más tarde llegará otro con las aparentemente mismas intenciones, decidido a dar un ejemplo a los Li sobre el verdadero significado del honor, y que jamás olvidarán.

Allá por 2.010 el todoterreno Takashi Miike le pegaba otro giro a su carrera y sorprendía de nuevo a sus fans encargándose del ¨remake¨ del clásico de Eiichi Kudo, ¨13 Asesinos¨, ganándose otra pila de adpetos y cerrando la boca a muchos de sus detractores. Tras un paréntesis en el que se dedicó a proyectos más acordes a lo que es su estilo y sus gustos, como ¨Ninja Kids¨ o la segunda parte de ¨Zebraman¨, que ya le vale, decidió echarle narices y ponerse tras la cámara para llevar a la gran pantalla, y en 3-D nada menos, una nueva versión de otro clásico de la cinematografía japonesa y mundial, el ¨Hara-kiri¨ de Masaki Kobayashi, una de las más legendarias obras maestras de la Historia del cine (y quien lo niegue que se lo haga mirar).
Un verdadero fan del cine clásico japonés se echa para atrás y se lleva las manos a la cabeza cuando se entera de que obras de intocables como Kobayashi, Ozu, Kurosawa o Mizoguchi pueden ser rehechas. Eso fue lo que yo pensé, sin embargo Miike ha demostrado ser a lo largo de los años un artesano de primera clase que con mano maestra ha abarcado todos los géneros posibles sin traicionar su estilo, sorprendiéndome con cada película suya que he visto (y ya son muchas), y aunque los más cerrados rechacen la propuesta del director de ¨Audition¨, yo tengo que decir que ha sido un muy grato descubrimiento.

Ni se os ocurra buscar al Miike pirado amante de violentas paranoias aquí, a ese que parió cosas como ¨Ichi, the Killer¨. Donde en ¨13 Asesinos¨ era todo acción aquí el buen hombre consigue ser fiel a los esquemas más clásicos del cine de samuráis y al espíritu de Kobayashi, aplicándole al mismo tiempo su personal estilo, donde mantiene el discurso tan demoledor y crítico de su predecesor y otorga un corazón y sentimiento propios a su trabajo, haciendo mucho hincapié en temas como la humanidad, la importancia de la vida y el amor por encima de la hipocresía de las apariencias y el falso honor que el ser humano menciona tan a la ligera.
El director nipón, tras hacer el ¨remake¨ de la de Kudo, ya apuntó muy inteligentemente ¨Sentí que cuando trabajábamos en ¨13 Asesinos¨ teníamos que hacer honor al director original¨, y creo que lo mantiene. Miike sabe respetar la esencia de Kobayashi sin soberbias, simplemente dándole otro enfoque como cineasta, y así fabricando una pieza magistral para su filmografía. Siendo la extensa duración una pega en otros trabajos suyos aquí no importa nada, puesto que ¨Hara-kiri¨ (¨Ichimei¨ en su versión original...algo así como ¨vida¨ en japonés) es para dejarse sumergir en su pausada atmósfera y deleitarse con los ambientes cuidadosamente creados por el director, quien nos lleva a través de lentos movimientos a un período Edo tan preciosista como melancólico. Un drama de lo más profundo conduce la trama, construida a través de ¨flashbacks¨ y acumulando tensión en tanto en cuanto el épico y espectacular final se aproxima...

Ichikawa Ebizo no es Tatsuya Nakadai (los ojos de aquél son irremplazables), no obstante brinda una inmensa actuación como Hanshiro, acompañado de unos también memorables Hikari Mitsushima, Munetaka Aoki, Eita Nagayama y el veterano Koji Yakusho, que ya salió en ¨13 Asesinos¨, como el daimyo Kageyu, todos magníficamente dirigidos y arropados por la maravillosa banda sonora de Ryuichi Sakamoto y la cuidada fotografía de Nobuyasu Kita.
Sabemos que es un ¨remake¨ y no hay comparación con la obra de Kobayashi, pero como película de Takashi Miike...sin duda es una puñetera obra maestra.



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principe

  • 14 Oct 2011

8


Difícil superar a la original. Pero Takashi Miike es capaz de eso. Buenísima película de samuráis en la que prácticamente no hay luchas. Podríamos encasillarlo en drama. A pesar de su metraje, no se hace larga para nada.



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