Ficha La Caída del Imperio Romano

7.44 - Total: 10

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Críticas de La Caída del Imperio Romano (1)


bigladiesman

  • 2 Apr 2015

7


La película que marcó técnicamente la muerte del péplum épico hasta la irrupción de Ridley Scott y la CGI (¨Gladiator¨ cuenta, por cierto, una historia de esa misma época, con varios personajes coincidiendo: Cómodo, Marco Aurelio, Lucila...). Un hermoso fracaso de Samuel Bronston, que vio arruinada su carrera tras fallar ya con ¨55 días en Pekín¨. Una nueva época se abría en el mundo del cine.

El reparto, bastante internacional cuenta con lo mejor del cine británico de la época: Stephen Boyd, mu vien como el ficticio Cayo Metelo Livio, que no pocos han identificado con el Máximo Décimo de Russell Crowe (Crowe lo hizo mejor que Boyd, todo sea dicho), Alec Guinness, quizá algo desganado, como el buen (como dicen los yanquis, ¨your mileage may vary¨ en este aspecto) emperador Marco Aurelio, James Mason - como siempre, sin desentonar - como el consejero griego (y presuntamente cristiano) Timónides Anthony Quayle o Finlay Currie, junto a nombres del calibre de Sophia Loren, de nuevo aburrida y a medio gas como en ¨El Cid¨; Christopher Plummer en su primera gran aparición, en el papel del alocado, tiránico y megalómano emperador Cómodo, recordando al mismísimo Stephen Boyd en ¨Ben-Hur¨; Mel Ferrer como un traicionero adivino ciego, John Ireland como el muy real caudillo marcomano Balomar, u Omar Sharif, casi irreconocible sin su mostacho.

Aunque el guion es del brillante Philip Yordan, la película arrastra consigo una merecida fama de épica pero aburrida, aunque interesante en su velado mensaje pacifista, multicultural y antirracista y bastante conseguida en lo que respecta a hechos históricos (no olvidemos que Yordan fue víctima de las listas negras de MacCarthy). No es un prodigio, pero tampoco podemos decir que sea malo para nada.

La maestría técnica mostrada aquí es indiscutible: los enormes y hermosos sets tanto exteriores como interiores merecían al menos una nominación a un gran premio, pero fue la música de Dimitri Tiomkin - no es de mis favoritas del compositor ruso, debo decir - la que se llevó un Globo de oro y una nominación al Oscar. La fotografía en Superpanavision es atractiva y colorista, ilustrando a los miles de extras de la película de manera primorosa. El vestuario es suntuoso. Las batallas, con literalmente miles de extras, están muy trabajadas - no son tan visualmente atractivas como las de ¨El Cid¨, pero sí más intensas, azarosas y violentas - y no tienen nada que envidiar a las excelentes escaramuzas cinematográficas actuales. Todas las escenas de acción están dirigidas por el mítico jefe de especialistas Yakima Cannutt, y se nota.

Notable película que, víctima de su propia grandeza, no llega a la excelencia, y es que, seamos claros: sobretodo durante su primera mitad es, sin dejar de ser interesante, un plomizo y cansino rollazo salvado por las maravillosas batallas y la chiflada actuación de Christopher Plummer. Ideal para fans del cine épico que sepan perdonar ratos de aburrimiento y una nefasta actuación de Sophia Loren (más un Alec Guiness bostezante) a cambio de una orgía visual 100% artesanal, sin CGI: todo glorioso cartón-piedra. Y rodada en genuinos parajes celtibéricos.



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