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Película que no cambia en el estilo de Walter Hill, con un anti-heroé como protagonista, en un ambiente polvoriento y malsano, de estilo cercano al Westerm, esta vez no urbano sino más bien clásico en cuanto a la historia, abordando las mafias italo-americanas asentadas en un pequeño pueblucho donde se dedican a sus negocios de crimen, con personajes cercanos todos ellos corruptos, donde no existen los buenos sino las balas y la justicia por su propia mano, algo que ya de buenas a primeras vemos al poco de iniciarse la película.
Con un Bruce Willis, salido de trabajos como ¨La Jungla de Cristal¨ o ¨El Último Boy Scout¨, muy asentado al tipo de protagonista de acción con sus dialogos sarcásticos.
Lo que es muy acertado es, la íronia del personaje protagonista (Willis) en su autobiografía. Pero lo que falla es, ese trepidante inicio, en el que deseas y crees ver mucha acción, pero finalmente acaba siendo el típico cine de gangsters con la ¨mano santa¨ de Hill en la historia que, aunque no cambia demasiado tampoco la hace del todo típica.
Un pelín de acción más, del propio estilo de su director y está película hubiese destacado más.

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