Ficha Espartaco

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Críticas de Espartaco (1)


bigladiesman

  • 9 Nov 2014

10


Cada persona importante del cine tiene un ¨proyecto de su vida¨, que puede ser un éxito total o un fracaso rotundo y que destriza carreras. Este fue el proyecto acariciado por Kirk Douglas: un proyecto faraónico dirigido (única vez que hizo una ¨película por encargo¨) por un director en trayectoria ascendente como Stanley Kubrick (fue empezada por Anthony Mann), con un reparto coral cuajado de estrellas, un equipo técnico casi imbatible, y, madre de todos los atrevimientos: novela original y guion de comunistas - Howard Fast, novela; Dalton Trumbo, guion adaptado - represaliados por MacCarthy. El final bien lo sabemos: la película que acabó con el Macarthysmo en Hollywood, el primer proyecto faraónico de Kubrick (dicen los que saben que su impronta se encuentra sobretodo en la fotografía y en la sexualización de los personajes - se deja caer que Espartaco, Antonino y, sobretodo, Craso son bisexuales -) que le dio aún más alas para continuar adelante y un éxito monumental de taquilla. Dicho sea de paso, una buena parte de los personajes principales existieron realmente.


Kirk Douglas es un Espartaco algo mayor pero muy adecuado tanto físicamente como psíquicamente: pone en su interpretación toda la pasión que le inspira esta historia, y le da mil vueltas, por ejemplo, al Ben-Hur de Charlton Heston. Pero este Espartaco tiene un problema: es un héroe demasiado puro y perfecto, a diferencia del de la novela. Ya me extenderé en este tema en cuando comente el guion. Tony Curtis es Antonino, esclavo poeta y mejor amigo (y quizá algo más) de Espartaco. Curtis brilló en este papel. Jean Simmons es la bretona novia de Espartaco, Varinia. Luce bastante bien, y es fiel al personaje de la novela, abnegada y llena de coraje, aunque no la vemos en la batalla final (está saliendo de cuentas, al igual que en la novela).
Laurence Olivier es un histérico, caprichoso y sádico Craso. En ese momento, el mítico actor británico se encontraba un una situación difícil, pero siempre da gusto verlo.
Otro mito, Charles Laughton, en su último papel, es Braco, un cínico y mujeriego político romano que llega a caer bien y todo. Casi todo el mundo coincide en alabar la oscarizada - primera de dos - interpretación del siempre genial Peter Ustinov como Baciato. En la novela, el lanista Baciato era un personaje inmoral y repugnante. Ustinov lo interpreta de manera igual de inmoral y repugnante, pero lo lleva a su terreno, la comedia, haciendo de él, además de lo dicho, un patético cobarde con muchas salidas divertidas que aligera la acción. Es como si el humor malaleche de Kubrick estuviera pegado a él.
Otros intérpretes de relumbrón son John Ireland como el valoroso y despiadado guerrero galo Crixo, John Gavin como un Julio César pre-Guerra de las Galias, Herbert Lom como un rico pirata y mercenario egipcio a sueldo de los esclavos y Woody Strode como gladiador mártir.


Las aportaciones del impresionante guion de Dalton Trumbo respecto a la novela son considerables: el humor y la ironía presentes en varios diálogos, ya nombrados, otra es cierta inclinación hacia apoyar el cristianismo, y se da un mayor protagonismo a las mujeres, que están siempre en primera línea de batalla junto a los hombres, cuando en la novela cuidaban la retaguardia. Y la más importante, hace los personajes menos complejos y los reparte: así, por poner un ejemplo, el heroico y culto pero a veces demasiado vengativo Espartaco de la novela se reparte entre los personajes de Espartaco (héroe), Crixo (despiadado) y Antonino (que no sale en la novela y es el hombre culto). A su vez, el judío David (Harold G. Stone), que era la voz de la conciencia esclava, queda integrado en el mismo Espartaco. Eso se da en varios personajes, y aporta variedad a la película pero perjudica al personaje de Espartaco privándolo de matices, cosa que a cambio adquiere Baciato al ser combinado por el tribuno arruinado Flavio - que no aparece en la peli -1 pero no digo más por no spoilear. Sin embargo es un problema menor en un guion que no se premió como merecía.

La película ganó varios premios técnicos: la fotografía, parece ser que del propio Stanley Kubrick, ganó un Oscar que se llevó un ¨hombre de paja¨, Russell Metty, excelente cámara del que se rumorea que de hecho solo trabajó como fotógrafo principal durante la breve etapa de Anthony Mann, pasando a un puesto secundario al llegar Kubrick (hay quien dice que de hecho lo tuvo sin hacer nada, se sintió marginado y ni el Oscar pudo calmar el rencor que Metty sentía por el cineasta neoyorquino). El diseño de producción se llevo otro Oscar: Los sets son elegantísimos y coloristas, sin los excesos de otras superproducciones. El ruso Alexander Goritzen, ganador de cuatro Oscars, y su equipo, todos nombres importantes de la Universal, se lucen de verdad, especialmente en el elegante diseño de las villas. El vestuario del modisto inglés Arlington Valles y Bill Thomas, no muy variado pero abundante, históricamente acertado y siempre adecuado se llevó otra estatuilla. Los créditos de Saul Bass son muy inquietantes, y la música de Alex North es extrañamente pegadiza.

Son 195 minutos gloriosos: es el mejor peplum que he visto. Con una dirección, reparto y actuaciones espectaculares, un guion brillante, una gran ambición, sentido de la épica, buen mensaje político, poca acción pero excelentes diálogos. Aunque Kubrick no la consideró nunca parte de su cánon cinematográfico, su influencia se nota y muchos de sus fans no dudamos en
contradecirlo. Gracias Mr. Douglas, Mr. Lewis, Mr. Kubrick y Mr. Trumbo, por realizar un producto tan épico y al mismo tiempo tan dotado de mensaje.

¡YO TAMBIÉN SOY ESPARTACO!



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