Ficha Godspell: A Musical Based On The Gospel According To St. Matthew


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Críticas de Godspell: A Musical Based On The Gospel According To St. Matthew (1)


bigladiesman

  • 3 Apr 2018

6


No se sabe con certeza si este musical rock (que no ópera rock) basado directamente en el Evangelio según San Mateo nació como respuesta a “Jesucristo Superstar”, pero la obra del tres veces ganador del Oscar y tres veces del Grammy (sorprendentemente solo tiene un Tony honorífico de 6 nominaciones) Stephen Schwartz y John Michael Tebelak disputó la taquilla durante dos o tres años a la de Webber y Rice.

Reparto encabezado por el actor canadiense Victor Garber, entonces un jovenzuelo con aire bonachón, afro y buena voz y ahora un secundario cada vez más apreciado en Hollywood, que últimamente es una pieza importante en el Universo Cinemático DC como una de las dos identidades del superhéroe Firestorm, pero que ha aparecido en películas y series como “Titanic”, “Argo”o “Alias”. Ya llevaba haciendo el papel protagonista en Toronto, por lo que sabía lo que hacía en este su debut cinematográfico. Su Jesucristo neoyorquino y barbilampiño con su camiseta de Superman (quien no haya pensado en Sloth de Los Goonies, que levante la mano) es un soplo de aire fresco al personaje: tan alegre y proactivo que puede dar hasta algo de rabia, pero al menos ofrece una visión singular y fresca.
Sus seguidores son una pandilla de tipejos sin metas concretas en la vida, encabezados por el malogrado David Haskell (“Doble cuerpo”, el antipático médico que sale en el clímax de “Superagente K9”… Anda que no me cagaba en sus muertos cada vez que veía la peli de peque), en un interesante personaje donde se funden Juan el Bautista y Judas Escariote.
Otros actores interesantes son Jerry Sroka, actor televisivo y de doblaje, también debutante entonces, que roba varias escenas con su capacidad para poner vocecillas raras, y la malograda Lynne Thigpen también con su voz: poderío soul.

Tebelak ya había dado a su libreto original un tono general desenfadado, con sus apóstoles hippy-boy/girl scouts ligeramente maquillados de pierrot creando buen rollete, por lo que el director David Greene y el mismo Tebelak solo retocan la historia para hacerla más fácil de seguir (eliminando dos canciones por el camino)… Pero, a ver, no es más que un conjunto de parábolas y pasajes tomados directamente del Nuevo Testamento, combinado con números cómicos que como mucho dan una de cal y una de arena: no esperéis nada especialmente revolucionario salvo en la estética y el planteamiento semi-cómico que hacia el final se acelera y se vuelve agrio pero francamente tierno. (me ha fascinado como invierten todo el tema del beso de Judas dándole am mismo tiempo una interesante tensión dramática y un gran candor) .Con todo, a mí me resulta más proselitista esta que muchas otras pelis religiosas (incluso “Rey de reyes” me parece menos evangelizadora). Así y todo, el musical fue igual e ingominosamente atacado por sectores fundamentalistas.

Muy buen uso del color en la fotografía, que además tiene momentos impresionantes como un plano contínuo que va de Haskell, en una azotea, a Garber en otra a unos buenos tres bloques de distancia. La ambientación neoyorquina, toda en exteriores, es a ratos repetitiva, a ratos una delicia, como las coreografías rodadas en Times Square o en lo alto del destruído World Trade Center.

La banda sonora, dicen los entendidos, supera la de cualquier versión anterior del musical gracias a que Stephen Schwartz exigió a la Columbia ser el jefe de todo el proceso creativo. Con muchos más recursos a su alcance que en los modestos inicios de la obra, Schwartz usó los mismos músicos principales que en el primer disco con la música del espectáculo e incorporó una pieza nueva. La que me gusta más es… Pues la que todo el mundo identifica con esto: “Day By Day”, una gran expresión de alegría.

Es una película muy meritoria en muchos aspectos: hay buenas ideas esparcidas a lo largo del metraje, pero a la larga resulta un producto demasiado de su época, a ratos incluso resulta algo infantil (a ratos me preguntaba si no estaba viendo Los mundos de Yupi) si uno no sabe lo que va a ver y, sobretodo, toda esa cantidad de citas bíblicas se hace monótona e incluso gratuita pese a que el reparto hace lo que puede por hacerla llevadera, aunque sea haciendo numeritos slapstick fuera de lugar. Pero no deja de ser interesante a nivel técnico, y musicalmente tiene poco a envidiar a Jesucristo Superstar (si bien considero que la opera prima de Webber es superior, para mí, a nivel musical, Godspell le da sopas con honda a todo lo demás que ha hecho el compositor británico).



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