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Como fiel seguidor de Amanda Seyfried he tenido que adentrarme en el terreno pedregoso de Lindsay Lohan, del cual salí escaldado con ¨¿Se Quién me Mató?¨ pero le di una oportunidad, más por Seyfried que por Lohan.
Lindsay es una actriz que de 40 películas hace 3 buenas actuaciones, pues bien, en esté caso realmente no me disgustó. Su actuación no es insoportable, quizá esa parte le toco a la todavía desconocida por aquel entonces, Rachel McAdams, como rubia tonta y ¨mala¨.
Las otras dos tontas, más tontas todavía, son Seyfried y Lacey Chabert, quienes interpretan a dos personajes que al final son entrañables, una por infantil y la otra por ingenua.
Toques de humor para una comedia poco novedosa con el mensaje de ¨no hace falta ser popular para ser mejor persona¨ o mi preferida ¨dime con quien andas y te diré quien eres¨.
La pijería es lo más insoportable, sobre todo en el papel de McAdams (cuanto bien le hizo ser protagonista en ¨El Diario de Noah¨ porque vista aquí, no hubiese tenido un gran futuro).
Y la transformación de Lohan, muy común en todos los institutos (si también en los de España ocurren cosas así, no tan peliculeras pero similares).

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