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Jason Statham sigue en sus trece.
Cuando a los héroes de acción ochenteros se les calificó de ¨monótonos¨ en guiones vacíos de películas especializadas en disparos y peleas. Jason se está ganando a pulso una calificación similar.
Todas las películas que ha rodado en la última década, salvo contadas excepciones, son de un estilo similar.
Asesino, ladrón o policía, le hacen una putada y planea una venganza, o simplemente le contratan para matar a alguien, pero vamos... que el rollo de tío elegante que se trae, ya cansa.
No es mala película, entretiene, ese es su cometido... solo jodería que no lo hiciera.
Pero no hay un ritmo frenético, no hay demasiada acción, los tiroteos llegan a ser más que una escena emocionante, un recurso para no aburrir al espectador.
Si al menos tuviese la calidad de John Woo en los tiroteos, pues hablaríamos otro lenguaje.
Tampoco hay combates, ni exhibición de artes marciales... y después Van Damme, Seagal, y compañía son aburridos... si esos lo son, como serán los que le suceden.
Jennifer Lopez metida con calzador, su personaje no tiene sentido y menos para tener tantos minutos de pantalla, dejando a la chica de Statham como un cameo prácticamente.
Me esperaba más de está película. Statham en su línea, no defrauda pero tampoco emociona.

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