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Después de una cantidad de películas harto bochornosas, Sacha Baron Cohen por fin hace algo ¨decente¨.
Es probable que lo que la hace diferente a las demás es que me gustó la crítica insultante hacía los ricos petroleros dictadores de oriente medio.
Me divierte la forma bizarra en la que los representa, y lo cierto es que el que diga que no son así, debería pasarse una temporada por allí, así conocerían al ser humano en su estado más primitivo.
A su vez, la película también es una burrada al cuadrado. Las actuaciones son hechas así a proposito, pero la sensación que producen es espeluznante.
Me extrañó ver a una eminencia como Ben Kingsley en todo esto, pero a fin de cuentas, como dice el chino que se pasa por los dedos el pene de Tommy Lee Jones, todo el mundo tiene un precio.
Divertida, bizarra y controvertida; después Estados Unidos es quien no empieza las guerras ¿no?
No es ni por asomo una película de notable, pero al menos puedes reirte con sus mensajes subliminales, la actuación de Cohen y algunos detalles divertidos (escena del helicoptero).

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