Ficha Akatsuki no Yona: Yona of the Dawn


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Críticas de Akatsuki no Yona: Yona of the Dawn (2)




Mad Warrior

  • 17 Nov 2023

7



De sus ojos brotan llamas de ira y desesperación, su pecho arde ante el enemigo, su piel ha perdido suavidad y se ha endurecido como la del dragón. Un clamor que lleva oculto durante milenios ahora despierta en ella, Yona, nuestra princesa, y el fuego de su corazón ilumina esta era de oscuridad...

El artista Mizuho Kusanagi, que ya era bastante reconocido cuando publicaba historias cortas en la magazine para adolescentes Hakusensha, sorprendió a todos con un relato inspirado en dos legendarias obras literarias, “El Romance de los Tres Reinos“ de Luo Ben y “Nanso Satomi Hakken-den“ de Takizawa Okikuni. En “Akatsuki no Yona“ se daban cita los ingredientes para engendrar un cuento épico que atrapase a todo tipo de público, pese al sector al que iba dirigido la revista, y de hecho, tras su publicación en manga a principios de 2.010, varias personalidades del mundillo y otras celebridades alabaron la historia, elevando su popularidad a las alturas y convirtiéndose en toda una franquicia mediática.
Pero hubieron de pasar cuatro años, cuando la obra iba ya por su 14.º volumen, para anunciarse la adaptación animada, que desde Pierrot encargaron al director Kazuhiro Yoneda, gran fan de ella y muy comprometido a la hora de respetar su trama y esencia. Trama que nos transporta a una de esas tierras de la fantasía feudal, Koka, reino en crisis dividido en varias tribus y bajo el mando de Il, hombre cobarde y supuestamente pacifista que ha cedido ante muchos enemigos; empezamos junto a su hija, la joven que da nombre a la saga, en plena celebración de su 16.º cumpleaños, y lo que supondrá para ella perder absolutamente todo tras la usurpación del trono.

Esto da fuerza a “Akatsuki“: asumir la historia desde el completo punto de vista de esa princesa vanidosa y egoísta, recluida en palacio, apartada de todo conflicto político, que disfruta en su burbuja de lujo y prestigio e ignora los oscuros complots familiares cuando Soo-Won, primo y amor desde la infancia, mata al rey en venganza por haber asesinado éste a su padre. Y del mismo modo que la princesa Shizu de la novela de Okikuni, ella es forzada al exilio junto a su joven guardaespaldas Hak (lo que también recordará a “La Fortaleza Escondida“, con éstos como trasuntos de Yuki y Rokurota).
Yoneda y el guionista Shinichi Inotsume, si bien adaptan un manga que aún continúa publicándose, aciertan a dedicar varios episodios no sólo a la gradual mutación de la niña mimada de palacio durante su periplo, sino a profundizar en el carácter y pasado de los individuos que la ayudan o formarán parte de su aventura, empezando por los que la acompañaron en su infancia: ese Hak, general de la Tribu del Viento, un poco arisco, no poco mordaz y con mucha mala uva, pero leal hasta la muerte por su princesa y el ya desaparecido rey, y Soo-Won, quien bajo su sonrisa y maneras infantiles esconde un “yo“ ambiguo y codicioso, un personaje que va descubriendo sus capas malévolas poco a poco.

Los felices días de palacio compartidos en su niñez son de los momentos más conmovedores de la serie, aún ellos ignorantes del funesto destino que les esperaba. En el presente, Yona, a quien dobla una magistral Chiwa Saito que ejemplifica con su voz las diferentes fases que atraviesa, se enfrenta no sólo a múltiples peligros que atentan contra su vida, sino contra sus seres queridos y los demás habitantes del reino; porque a sus ojos, cada vez menos inocentes, se extiende un territorio hundido en la miseria, la violencia y el hambre, que ella, desde dentro de los altos muros de palacio, desconocía.
Esta toma de conciencia tras su destierro (por desgracia muy rápido, presentado ya en el primer capítulo) abrirá en ella una personalidad más altruista, menos caprichosa y, a partir de otro instante memorable (su reverencia, al hermano menor de Hak por la hospitalidad), la total ruptura con la idea de clase, aceptando de corazón a personas de la más baja posición social. El encuentro con el torpe sacerdote clarividente Ik-Soo y su joven amigo Yoon inicia la parte fantasiosa del viaje hasta parecer todo una versión nueva de “Nanso Satomi Hakken-den“, al revelarse de Yona que es la descendiente del primer rey de Koka, Hiryu, encarnación del Dragón Rojo, uno de los cinco dragones milenarios.

Como la princesa Shizu con aquellos ocho guerreros ancestrales, Yona debe encontrar ahora a los cuatro dragones encarnados para unirse en su lucha por reestablecer el orden y la justicia del reino, y siguiendo el empeño por respetar las introspecciones íntimas del manga, cada uno va abriéndose a nuestro conocimiento y el de la princesa.
Si algo destaca de estos carismáticos personajes, independientemente de sus dispares ideales, ambiciones y personalidades, es lo similar de su pasado, tocado por la fatalidad, el rechazo ajeno, el rencor, el miedo o una alienante admiración.

Tanto el ingenuo Ki-Ja, el solitario Shin-Ah o el apuesto Jae-Ha, y así Yoon o la misma Yona, todos, por una razón u otra, comparten una existencia de soledad, reclusión o ignorancia; en el caso de algunos debido a su estigma y estirpe, al haber sido forzados a nacer con un propósito mucho más grande que ellos, en el de otros por haber nacido en un mundo demasiado miserable y pobre. Cuando Yona reúne a estos seres, despreciados u olvidados, encuentran una verdadera familia y un propósito para seguir luchando; y así, a través de bosques y montañas y esquivando múltiples amenazas, la joven va descubriendo, junto a sus amigos, el auténtico significado de la amistad, la crueldad, la supervivencia, el valor y la bondad.
Todo ello mientras Soo-Won afianza su poder utilizando sus misteriosas estrategias. La última parte de la serie se centra en la batalla de los protagonistas contra Kum-Ji, despiadado general de la provincia portuaria de Awa, mientras se les une Je-Ha, que se desempeña como pirata justiciero; en estos episodios finales la determinación de Yona crecerá hasta extremos impensables, poniendo a prueba su vida para salvar a sus amigos o sólo para probar su lealtad y coraje (los intensos minutos sobre el acantilado en la misión para recoger plantas medicinales...).

Tal es su evolución que se cobrará su primera muerte, la del propio Kum-Ji, por medio del arco y la flecha desde la distancia, en una secuencia épica donde demostrará ser la reencarnación de Hiryu, resplandeciendo más que nunca la furia de sus ojos y su precioso pelo escarlata en mitad de la oscuridad, marcando el final de esa gran batalla marítima con la que el director ha desplegado todo un espectáculo de acción y violencia (además de presentar uno de los mejores personajes secundarios de la historia: la fiera capitana de los piratas Gi-Gan, quien jugará el rol de madre sustitutiva para Yona).
Pero la pareja Yoneda/Inotsume también comete errores, como dejar en suspenso la trama tras la salida de la ciudad de los héroes y su encuentro con Zenon, encarnación del dragón Amarillo, en lugar de finalizar en la ciudad de Awa, y antes del reencuentro con Soo-Won; sin embargo lo más peculiar de “Akatsuki“ es el peso de su tono “shojo“, restando oscuridad y violencia a una historia de ribetes muy trágicos y que de repente se ve iluminada por sus “gags“ cómicos y románticos para preadolescentes y una estética toda llena de color y diseños visualmente atractivos...cuando pide a gritos un estilo más próximo a, por ejemplo, “Basilisk“ o “Mugen no Junin“.

No desmerece este entorno tan pintoresco, en especial por la atención que se presta a los colores y expresión de los personajes (imposible no fijar la atención en el ardiente cabello de Yona, cuyo rostro, además, cambiará su forma durante la serie, exteriorizando poco a poco su evolución espiritual en el brillo y la fuerza de sus ojos, de niña débil a mujer valiente), pero no logra encajar con el gran pesimismo y terrible fatalidad que arrastra el argumento.
Esto debería ser un drama épico de principio a fin y no contener una pizca de comedia, o al menos no tan exagerada...es lo que a muchos hará dudar a la hora de acercarse al anime.

La realización, algo más tardía, de varios “OVA“s“ enfocados en Zenon, no significó ningún avance para dar pie a una 2.ª temporada cada vez más lejana...curioso tratándose de una franquicia que ha generado desde radionovelas hasta videojuegos pasando por un amplio merchandising e incluso populares adaptaciones teatrales.
Al margen de las erróneas desviaciones cómicas el ritmo, acción, profundización en la descripción de personajes, banda sonora y esencia de leyenda épica resultan un garante de entretenimiento infalible, para adultos y adolescentes, siendo de ley mencionar el notable trabajo de los seiyus (sobre todo los de Yona y Hak, Saito y Tomoaki Maeno, que poseen una gran química). Y el manga aún prosigue, por su 23.er volumen, sin dar señales de acabar...



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Asshlay

  • 1 Oct 2015

7


Una serie que en un principio se iba a tratar del típico shojo en el que la fantasía es simplemente un trasfondo para los líos amorosos y que me equivoque de pleno.

Es verdad que los tres o cuatro primero episodios cuestan en arrancar e incluso se hacen algo pesados, pero una vez van apareciendo nuevos personajes, y a pesar de que la trama en cierto modo es típica, no se tiene algo que la hace entretenida y la verdad es que engancha.


Solo espero que le hagan una segunda temporada, ya que la serie queda a la mitad.



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