La creencia común es que el primero que concibió una máquina del tiempo fue H.G. Wells, en 1895. Sin embargo, en El anacronópete, publicada en 1887, el dramaturgo español Enrique Gaspar y el ilustrador Francesc Soler desarrollaron este tema, que se convertiría en uno de los clásicos de la ciencia ficción. De la mano del protagonista viajaremos a la Comuna de París, la China del s. III a.C., el último día de Pompeya y el Diluvio Universal, en una novela repleta de aventuras, historias de amor y celos y mucho sentido del humor.
Sinopsis:
La creencia común es que el primero que concibió una máquina del tiempo fue H.G. Wells, en 1895. Sin embargo, en El anacronópete, publicada en 1887, el dramaturgo español Enrique Gaspar y el ilustrador Francesc Soler desarrollaron este tema, que se convertiría en uno de los clásicos de la ciencia ficción. De la mano del protagonista viajaremos a la Comuna de París, la China del s. III a.C., el último día de Pompeya y el Diluvio Universal, en una novela repleta de aventuras, historias de amor y celos y mucho sentido del humor.
El cuento del escritor inglés HG Wells sobre un caballero victoriano que viajó a través del tiempo en una máquina de su propia invención fue el que captó la imaginación del público pero el aparato no fue el primero de su tipo.
Podría sorprender a los fans de la ciencia ficción saber que fue a un dramaturgo español poco conocido a quien se le ocurrió primero la idea de viajar en el tiempo a través de un artilugio mecánico.
josesote
El cuento del escritor inglés HG Wells sobre un caballero victoriano que viajó a través del tiempo en una máquina de su propia invención fue el que captó la imaginación del público pero el aparato no fue el primero de su tipo.
Podría sorprender a los fans de la ciencia ficción saber que fue a un dramaturgo español poco conocido a quien se le ocurrió primero la idea de viajar en el tiempo a través de un artilugio mecánico.
Sin embargo,