«Arturo avanza hacia la enorme piedra angular donde está la espada. Hace frío, empieza a oscurecer, y del cielo crepuscular caen diminutos copos de nieve que revolotean en el aire antes de depositarse sobre el enlosado suelo de piedra.
»Es la víspera de la Misa de la Natividad, y los señores de Inglaterra se han reunido en Londinium para celebrar consejo con el propósito de intentar descubrir + quien entre todos ellos podría convertirse en Supremo Monarca.
»Han pasado quince años desde que se colocó allí la espada. El otrora pulido acero está ahora oxidado, la piedra erosionada y manchada por el tiempo, pero la amatista de la empuñadura, tallada en forma de águila, todavía brilla con su fuego imperial inmutable.
»Arturo extiende despacio la mano. El joven tiembla. ¿Frío? ¿Temor? Un poco de ambos, posiblemente. Mira a Merlín, quien asiente en silencio. Arturo cierra los ojos y aspira con fuerza, se da ánimos, preparado ya para enfrentarse a lo que sea. Sus dedos se cierran con fuerza sobre la empuñadura: ¡con qué naturalidad encaja en su mano! Tira de ella. Se escucha el roce del acero sobre la piedra y la exclamación de sorpresa de la multitud cuando eleva la enorme espada y la esgrime en el aire para que todos puedan verla.
»—¿Qué debo hacer? —La voz de Arturo se quiebra—. ¡Myrddin, debes decirme qué he de hacer!
Sinopsis:
«Arturo avanza hacia la enorme piedra angular donde está la espada. Hace frío, empieza a oscurecer, y del cielo crepuscular caen diminutos copos de nieve que revolotean en el aire antes de depositarse sobre el enlosado suelo de piedra.
»Es la víspera de la Misa de la Natividad, y los señores de Inglaterra se han reunido en Londinium para celebrar consejo con el propósito de intentar descubrir + quien entre todos ellos podría convertirse en Supremo Monarca.
»Han pasado quince años desde que se colocó allí la espada. El otrora pulido acero está ahora oxidado, la piedra erosionada y manchada por el tiempo, pero la amatista de la empuñadura, tallada en forma de águila, todavía brilla con su fuego imperial inmutable.
»Arturo extiende despacio la mano. El joven tiembla. ¿Frío? ¿Temor? Un poco de ambos, posiblemente. Mira a Merlín, quien asiente en silencio. Arturo cierra los ojos y aspira con fuerza, se da ánimos, preparado ya para enfrentarse a lo que sea. Sus dedos se cierran con fuerza sobre la empuñadura: ¡con qué naturalidad encaja en su mano! Tira de ella. Se escucha el roce del acero sobre la piedra y la exclamación de sorpresa de la multitud cuando eleva la enorme espada y la esgrime en el aire para que todos puedan verla.
»—¿Qué debo hacer? —La voz de Arturo se quiebra—. ¡Myrddin, debes decirme qué he de hacer!
Siguiendo su estilo, aquí el autor nos presenta a un Arturo algo distinto al que estabamos acostumbrados a ver, acercándose más a la posible historia real que puede verse en "La Última Legión", con un Arturo descendiente de romanos y el como gracias a la ayuda de Gwydion (su consejero, o como lo llamaban entonces, mirddin, de donde viene el nombre de "Merlín"), va aumentando su fama y poder para convertirse en el rey... (seguir leyendo)
TANO
Siguiendo su estilo, aquí el autor nos presenta a un Arturo algo distinto al que estabamos acostumbrados a ver, acercándose más a la posible historia real que puede verse en "La Última Legión", con un Arturo descendiente de romanos y el como gracias a la ayuda de Gwydion (su consejero, o como lo llamaban entonces, mirddin, de donde viene el nombre de "Merlín"), va aumentando su fama y poder para convertirse en el rey... (seguir leyendo)