GUERRA DE AUTÓMATAS desarrolla lo que ya se apuntara en VENIMOS A DESTRUIR EL MUNDO, la intención de los nahumitas de arrasar todos los planetas habitables del Sistema Solar, sin parar en mientes de que con ello, además de aniquilar a su ancestral enemigo la Bestia Gris, asesinarían a varios miles de millones de humanos inocentes sin más culpa que la de compartir, en condición de esclavos de los + thorbods hasta la llegada de Valera, los planetas Venus, la Tierra y Marte. Los intentos de negociación entre los redentores y los nahumitas han resultado baldíos, por lo que el alto mando de Valera se teme, con toda la razón, lo peor. La situación se complica porque, aunque el potencial bélico valerano es similar, si no superior, al de sus enemigos, máxime teniendo en cuenta el refuerzo inesperado de la armada thorbod, las circunstancias cuentan a favor de los invasores: no es lo mismo defender tres planetas (cuatro, contando a Ganímedes) que atacarlos, máxime teniendo en cuenta que los nahumitas no pretenden invadirlos sino, simplemente, arrasarlos.
Sinopsis:
GUERRA DE AUTÓMATAS desarrolla lo que ya se apuntara en VENIMOS A DESTRUIR EL MUNDO, la intención de los nahumitas de arrasar todos los planetas habitables del Sistema Solar, sin parar en mientes de que con ello, además de aniquilar a su ancestral enemigo la Bestia Gris, asesinarían a varios miles de millones de humanos inocentes sin más culpa que la de compartir, en condición de esclavos de los + thorbods hasta la llegada de Valera, los planetas Venus, la Tierra y Marte. Los intentos de negociación entre los redentores y los nahumitas han resultado baldíos, por lo que el alto mando de Valera se teme, con toda la razón, lo peor. La situación se complica porque, aunque el potencial bélico valerano es similar, si no superior, al de sus enemigos, máxime teniendo en cuenta el refuerzo inesperado de la armada thorbod, las circunstancias cuentan a favor de los invasores: no es lo mismo defender tres planetas (cuatro, contando a Ganímedes) que atacarlos, máxime teniendo en cuenta que los nahumitas no pretenden invadirlos sino, simplemente, arrasarlos.