¨Astal¨ es un juego bastante raro y de lo mejor del catálogo de la Saturn, aunque al ser un juego de culto, y debido a sus peculiaridades, es normal que no termine por ser del gusto de todos.

Primero que nada hay que remarcar el hecho de que el juego sea para dos jugadores. La gracia esta al pensar quien es el segundo jugador, y aún más tras el desconcierto que da el que, tras empezar la partida, este no aparezca pese a que el segundo mando le de a Star. Resulta que el segundo jugador maneja a un pajarraco, al que tendremos que rescatar en el primer nivel. Esto es algo que me resulta ser bastante curioso y gracioso puesto que mi peor pesadilla videojueguil, ¨8 Eyes¨, el 2º jugador manejaba al halcón del protagonista. Vamos, que Sega puso al pájaro todo ilusionado pensando que eso era original sin tener en cuenta que el juego más difícil y desconocido del mundo ya contaba con esa opción..

Ahora, eso si, al contrario que ¨8 Eyes¨, SEGA ha sabido de verdad hacer que manejar al pajarraco sea algo bien jugable. Lo único que hay de semejanza entre la forma de manejar al pajarraco y la forma de manejar al halcón, es que ambos sirven de personajes de apoyo para facilitar el cruce del personaje principal, aunque al contrario del halcón, nuestro querido pajarraco no es un puto marica y sabe atacar y ocasionar daño a los enemigos, por lo que nos es más útil que el patoso halcón.

Otra cosa curiosa del juego es la forma de atacar del protagonista principal, el cual se basa en llaves que solo Segata Sanshiro sería capaz de hacer. Los movimientos principales son 2: EL golpe al suelo, y el agarre ¨a la mierda. Luego tenemos el soplido y no se que más mierdas. La única forma de explicar en que consiste el agarre ¨a la mierda¨ es a través de una frase de Loulogia: ¨¿Que la roca molesta? ¡Pues a tomar por culo a la roca¨. Para que os hagas una mejor idea, el agarre ¨a la mierda¨, sirve para echar a la mierda a todos los enemigos como si solo fuese una pequeña molestia. El caso más excesivo de este agarre se llega a ver en el primer jefazo (y el más inutil) y en un toro. La primera vez veremos actuar al agarre ¨a la mierda¨ nos resultará una gracia total.

Los escenarios por su parte, son muy bellos, al igual que las animaciones. De hecho, la única forma de resumir a Astal, es llamarlo bello. Pero la pena, es que el tema para los escenarios es repetido en la mayoría de estos.

Luego tenemos el que el juego es muy corto. Eso ya nos lo veremos venir al ver que funciona a partir de créditos. Aunque claro, a su vez el juego llega a ser tan largo el número de creditos es bastante grande.

Por suerte, el juego cuenta con un argumento muy bueno, que justifica completamente el que el juego sea corto, eso por no decir que cuenta con unas escenas de animación muy bellas, aunque las que preceden a la lucha contra el jefazo final recuerdan mucho a Dragon Ball (si Sega ya se inspiro en dicha serie para crear ¨Sonic X¨, no es de extrañar este hecho). El final por su parte, resulta ser bastante sorprendente, aunque un poco rebuscado (o mucho, como se mire).

Pero el mayor fuerte del juego y hecho por el que este tenga esta nota es por su tutorial ¨invisible¨ y el hecho de que los elementos en el juego esten situados de una forma estratégica para poder superarlos sin tener muchos daños. Con el tutorial ¨invisible¨ me refiero a que el personaje se mueve solo durante unos instantes para enseñarnos como derrotar a unos determinados rivales y así evitarnos el perder mucha vida. Es un detalle muy de agradecer. Por otra parte, con los elementos puestos estratégicamente... Hay una parte, por ejemplo, en la que hay lava, y arriba hay unos pinchos. Si usamos la cabeza en vez de lanzarnos a la lava para sacrificarnos una vida, podremos usar el pajarraco para romperlo.

Por último, esta muy bien el hecho de que los creadores le hayan otorgado completo protagonismo al pajarraco en la batalla contra uno de los jefes. Es una buena oportunidad para el jugador nº1 para poder probar su funcionamiento, además de un cambio de jugabilidad que se agradece.

Por lo demás, Astal se trata de una pequeña joya de la Saturn que vale la pena descubrir.

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