Tras una primera parte curiosa pero corta y una secuela que no aportaba una mierda, viene la tercera parte de ¨Zombie Shotgun Massacre¨, donde hay más cambios aparte del look de la protagonista y se hace un mejor aprovechamiento de la mecánica de juego presentada en la primera parte.
Ahora el juego cuenta con un enorme mapa para explorar, aunque sigue siendo bastante lineal, y se basa en completar misiones que nuestra jefa nos da, aunque estas solo son de dos tipos: Rescatar supervivientes y recoger provisiones. También hay misiones secundarias, repartidas a lo largo del mapa y que se basan en darle un objeto en particular a cierta persona, y una misión interminable donde deberemos darle a un doctor las muestras de ADN que recogemos de los zombies que matemos a cambio de dinero.
Además del tema de las misiones, también hay una mayor cantidad de diálogos entre los personajes, y es esto justamente lo mejor que tiene el juego, puesto que estos diálogos están llenos de un humor tremendamente picante que hará de nuestra experiencia en el juego más divertida.
El mapa es pequeño, siendo fácil y rápido moverse de una parte a otra, y cuenta con una gran variedad de escenarios, pudiendo entrar hasta algunos edificios. Cabe destacar el llamado Barrio Rojo y sus puticlubs, especialmente estos últimos, donde la sensualidad esta en el aire.
Como el mapa es grande, además de los botiquines ocasionales, el juego nos da la opción de comprar latas de refresco a través de los dispensadores que hay repartidos por el mapa con tal de recuperar vida y así hacer que sea fácil sobrevivir a todos los acorralamientos que los zombies puedan hacernos. También se puede guardar partida, puesto que, aunque el juego se pueda acabar en un día, siempre habrá alguna vez que la cosa se nos desmadre en demasía y el tener que empezar de nuevo no mola mucho.
Los últimos cambios están en la protagonista, tanto en aspecto como en movimientos. En cuanto a aspecto, se ve horrorosa, quizás porque las medias que lleva en sus piernas no cuadran con el bikini que lleva, o quizás porque su cara... bueno... tiene un aire a Flo de ¨Dinner Dash¨ que la flipas, por lo que su aspecto en los juegos anteriores mola más. En cuanto a movimientos la cosa mejora, ahora cuenta con un movimiento especial que acaba con todos los enemigos a su alrededor con una explosión de sensualidad (claramente necesitando recargarse luego) y unas granadas que ayudan mucho cuando la cosa se desmadra.
Como ya he dicho, las misiones principales son muy repetitivas, y lo único que nos incentivará a continuar en el juego cumpliéndolas son los supervivientes que luego nos ayudan aportando sus servicios de forma gratuita, además de las cartas que nos encontramos de nuestra amiga desaparecida, que nos recuerda que el juego tiene un final y no estamos perdiendo el tiempo jugándolo. El ir de un lugar para otro cumpliendo estas misiones mientras matamos zombies actúa como un sedante, dejándonos en estado vegetativo o hipnotizados, impidiendo que nos aburramos. Los efectos de sonido y música también ayudan en esto. Algo así como lo que pasaba con ¨Zombie Strippers¨.
Las misiones secundarias son pocas, pero vale mucho la pena realizarlas por el giro cómico que tienen. El objeto que debemos dar a los personajes que necesitan nuestra ayuda es inesperado y deberemos tener una mente muy sucia o ir hablándoles a todos cada vez que encontramos un objeto para completarlas.
El ADN substituye a las cartas de ídolo. ¿La razón? La calle es tan ancha que no hay lugar donde meterlas sin que estorben, y aún más estando los edificios a entrar. El pervertido, por su parte, ha sido substituido por un hombre de negro que nos da piezas para crearnos una pistola láser, con la cual nos follaremos con mayor facilidad a los enemigos. Ah, si, y Goliat ha vuelto como un molesto enemigo que aparece en ocasiones allá por la mitad del juego y que hay que matar con tal de moverse a otra zona del mapa.
El argumento del juego, por otra parte, es bastante mierda, con muchos fallos de guión, como el hecho de porque coño la amiga de la protagonista se mueve de un lado a otra de la ciudad dejando cartas mientras busca un refugio y no se fija que hay un edificio con la palabra ¨refugio¨ escrita en sangre, además del como demonios el malo del juego (una especie de pseudo-Curien) entra en su laboratorio subterráneo sin llaves antes del enfrentamiento final cuando nosotros usamos su llave para entrar. Igualmente es un juego que se ríe de si mismo y de sus ocurrencias por lo que eso le da un mayor encanto y un mayor aire a película de terror de serie Z.
Mención especial a la escena que aparece cuando pagamos por los servicios de una prostituta, aunque el cartel que hay a las afueras del edificio da perfectamente a entender que le están haciendo un masaje.
El juego tiene una duración justa, por lo que pese a su repetitividad, y ayudado por sus habilidades hipnóticas, es difícil aburrirse en él y aún más teniendo en cuenta el humor que tiene. De hecho, he de reconocer que me lo he pasado de puta madre jugándolo gracias a los chistes y algunos detalles de los escenarios, y ya solo por ese motivo le doy esta nota, y aún más teniendo en cuenta que la calidad de los juegos indie de XBox Live no suele ser muy buena y que el juego supera por completo a sus secuelas.
Jack el Destripador
8
A la tercera viene la vencida.
Tras una primera parte curiosa pero corta y una secuela que no aportaba una mierda, viene la tercera parte de ¨Zombie Shotgun Massacre¨, donde hay más cambios aparte del look de la protagonista y se hace un mejor aprovechamiento de la mecánica de juego presentada en la primera parte.
Ahora el juego cuenta con un enorme mapa para explorar, aunque sigue siendo bastante lineal, y se basa en completar misiones que nuestra jefa nos da, aunque estas solo son de dos tipos: Rescatar supervivientes y recoger provisiones. También hay misiones secundarias, repartidas a lo largo del mapa y que se basan en darle un objeto en particular a cierta persona, y una misión interminable donde deberemos darle a un doctor las muestras de ADN que recogemos de los zombies que matemos a cambio de dinero.
Además del tema de las misiones, también hay una mayor cantidad de diálogos entre los personajes, y es esto justamente lo mejor que tiene el juego, puesto que estos diálogos están llenos de un humor tremendamente picante que hará de nuestra experiencia en el juego más divertida.
El mapa es pequeño, siendo fácil y rápido moverse de una parte a otra, y cuenta con una gran variedad de escenarios, pudiendo entrar hasta algunos edificios. Cabe destacar el llamado Barrio Rojo y sus puticlubs, especialmente estos últimos, donde la sensualidad esta en el aire.
Como el mapa es grande, además de los botiquines ocasionales, el juego nos da la opción de comprar latas de refresco a través de los dispensadores que hay repartidos por el mapa con tal de recuperar vida y así hacer que sea fácil sobrevivir a todos los acorralamientos que los zombies puedan hacernos. También se puede guardar partida, puesto que, aunque el juego se pueda acabar en un día, siempre habrá alguna vez que la cosa se nos desmadre en demasía y el tener que empezar de nuevo no mola mucho.
Los últimos cambios están en la protagonista, tanto en aspecto como en movimientos. En cuanto a aspecto, se ve horrorosa, quizás porque las medias que lleva en sus piernas no cuadran con el bikini que lleva, o quizás porque su cara... bueno... tiene un aire a Flo de ¨Dinner Dash¨ que la flipas, por lo que su aspecto en los juegos anteriores mola más. En cuanto a movimientos la cosa mejora, ahora cuenta con un movimiento especial que acaba con todos los enemigos a su alrededor con una explosión de sensualidad (claramente necesitando recargarse luego) y unas granadas que ayudan mucho cuando la cosa se desmadra.
Como ya he dicho, las misiones principales son muy repetitivas, y lo único que nos incentivará a continuar en el juego cumpliéndolas son los supervivientes que luego nos ayudan aportando sus servicios de forma gratuita, además de las cartas que nos encontramos de nuestra amiga desaparecida, que nos recuerda que el juego tiene un final y no estamos perdiendo el tiempo jugándolo. El ir de un lugar para otro cumpliendo estas misiones mientras matamos zombies actúa como un sedante, dejándonos en estado vegetativo o hipnotizados, impidiendo que nos aburramos. Los efectos de sonido y música también ayudan en esto. Algo así como lo que pasaba con ¨Zombie Strippers¨.
Las misiones secundarias son pocas, pero vale mucho la pena realizarlas por el giro cómico que tienen. El objeto que debemos dar a los personajes que necesitan nuestra ayuda es inesperado y deberemos tener una mente muy sucia o ir hablándoles a todos cada vez que encontramos un objeto para completarlas.
El ADN substituye a las cartas de ídolo. ¿La razón? La calle es tan ancha que no hay lugar donde meterlas sin que estorben, y aún más estando los edificios a entrar. El pervertido, por su parte, ha sido substituido por un hombre de negro que nos da piezas para crearnos una pistola láser, con la cual nos follaremos con mayor facilidad a los enemigos. Ah, si, y Goliat ha vuelto como un molesto enemigo que aparece en ocasiones allá por la mitad del juego y que hay que matar con tal de moverse a otra zona del mapa.
El argumento del juego, por otra parte, es bastante mierda, con muchos fallos de guión, como el hecho de porque coño la amiga de la protagonista se mueve de un lado a otra de la ciudad dejando cartas mientras busca un refugio y no se fija que hay un edificio con la palabra ¨refugio¨ escrita en sangre, además del como demonios el malo del juego (una especie de pseudo-Curien) entra en su laboratorio subterráneo sin llaves antes del enfrentamiento final cuando nosotros usamos su llave para entrar. Igualmente es un juego que se ríe de si mismo y de sus ocurrencias por lo que eso le da un mayor encanto y un mayor aire a película de terror de serie Z.
Mención especial a la escena que aparece cuando pagamos por los servicios de una prostituta, aunque el cartel que hay a las afueras del edificio da perfectamente a entender que le están haciendo un masaje.
El juego tiene una duración justa, por lo que pese a su repetitividad, y ayudado por sus habilidades hipnóticas, es difícil aburrirse en él y aún más teniendo en cuenta el humor que tiene. De hecho, he de reconocer que me lo he pasado de puta madre jugándolo gracias a los chistes y algunos detalles de los escenarios, y ya solo por ese motivo le doy esta nota, y aún más teniendo en cuenta que la calidad de los juegos indie de XBox Live no suele ser muy buena y que el juego supera por completo a sus secuelas.
Reportar