He visto el cortometraje muchísimas veces y siempre que lo veo saco una nueva interpretación del mismo. Una casa aislada, solitaria y que ahora ocupa una nueva familia encierra un poderoso secreto, algo que cualquier niño de 6 años pudiera desear. La tristeza por la llegada a un nuevo hogar, sin conocer a nadie, se suple totalmente por la existencia de la buhardilla, donde cualquier deseo se hace realidad... No es más que una habitación de madera abandonada y llena de polvo, pero en realidad es la guarida de la magia, de los sueños... Un espacio físico en el que la fantasía cobra vida para que los individuos que penetren en ella dejen volar su imaginación. Y es la fantasía la que adquiere un valor verídico en este cortometraje. Más que encontrar una clara evolución del personaje desde la infancia hasta la etapa de madurez, cuando todavia reina la fantasía, el cortometraje es un homenaje a aquellos que alguna vez han deseado evadirse de la realidad para entrar en el mundo de lo onírico, entrada que se efectúa por la puerta de la buhardilla. Un homenaje a aquel que se ha sentido perdido en su hogar, en su cuarto, confuso por la realidad y buscando consuelo en la imaginación... Una pequeña joya de lo que es capaz el poder de la imaginación; hasta donde nos puede llevar sin que nosotros lo controlemos.
Soy Víctor Franco e interpreté a Miguel cuando sólo tenía 6 años. Ahora tengo 18 años, pero sigo contemplando el cortometraje con la misma magia que hace 12 años. Al igual que mi personaje, he ido evolucionado durante este período de tiempo sin perder esa capacidad que tenía mi personaje para imaginar todo lo que quisiera sin mediar la razón. Le otorgo un carácter vital a mis ilusiones porque se han convertido en mi guía inseparable, y de momento no me han llevado a la decepción. A pesar de que la magia es un cuento para niños, ahora veo la historia del cortometraje con mucha más claridad que hace 12 años...
((fr@nkie))
9
He visto el cortometraje muchísimas veces y siempre que lo veo saco una nueva interpretación del mismo. Una casa aislada, solitaria y que ahora ocupa una nueva familia encierra un poderoso secreto, algo que cualquier niño de 6 años pudiera desear. La tristeza por la llegada a un nuevo hogar, sin conocer a nadie, se suple totalmente por la existencia de la buhardilla, donde cualquier deseo se hace realidad... No es más que una habitación de madera abandonada y llena de polvo, pero en realidad es la guarida de la magia, de los sueños... Un espacio físico en el que la fantasía cobra vida para que los individuos que penetren en ella dejen volar su imaginación. Y es la fantasía la que adquiere un valor verídico en este cortometraje. Más que encontrar una clara evolución del personaje desde la infancia hasta la etapa de madurez, cuando todavia reina la fantasía, el cortometraje es un homenaje a aquellos que alguna vez han deseado evadirse de la realidad para entrar en el mundo de lo onírico, entrada que se efectúa por la puerta de la buhardilla. Un homenaje a aquel que se ha sentido perdido en su hogar, en su cuarto, confuso por la realidad y buscando consuelo en la imaginación... Una pequeña joya de lo que es capaz el poder de la imaginación; hasta donde nos puede llevar sin que nosotros lo controlemos.
Soy Víctor Franco e interpreté a Miguel cuando sólo tenía 6 años. Ahora tengo 18 años, pero sigo contemplando el cortometraje con la misma magia que hace 12 años. Al igual que mi personaje, he ido evolucionado durante este período de tiempo sin perder esa capacidad que tenía mi personaje para imaginar todo lo que quisiera sin mediar la razón. Le otorgo un carácter vital a mis ilusiones porque se han convertido en mi guía inseparable, y de momento no me han llevado a la decepción. A pesar de que la magia es un cuento para niños, ahora veo la historia del cortometraje con mucha más claridad que hace 12 años...
Reportar