El millonario Swan, dueño de la reputada discográfica "Death Records", ansía realizar un evento multitudinario al que llama "El Paraiso", en vistas de lograr el show musical definitivo. Pero para ello necesita una canción urgentemente para inaugurarlo, y desesperado sin encontrar nada en masivos castings, al final la encuentra accidentalmente cantada por un joven pianista y compositor llamado Winslow, que ha invertido gran parte de su vida en ella, una opera que traduce en partituras la historia de Fausto.

Sin embargo, el trato con Swan es que el propio Winslow la cantara, y éste no tarda en descubrir lo lejos que puede llegar Swan para salirse con la suya. Le roba la canción, manda que le den una paliza, y le incriminan injustamente, enviándolo a una prisión donde le obligan a arrancarle la dentadura.

Cuando ve que su canción va a ser mancillada por un vulgar grupo pop-rock, se fuga de la prisión e inicia su venganza, no sin caer por segunda vez en las tretas de Swan, al que vende el alma por un pacto que como no, vuelve a incumplir.

Tras quitarle los dientes en la prisión y sustituírselos por otros métalicos, por supuesta prevención de infecciones, acaba siendo víctima de un aparatoso accidente en el edificio de "Death Records" cuando intentaba destruirlo todo, quedando deformado y sin voz, y acabando en el fondo del río como única escapatoria de la policía.

Para ocultar su deformidad a su amada Phoenix, la joven cantante a la que compone el final de su Ópera, se oculta tras un disfraz de Fantasma.

Se le fue arrebatado todo, su canción, su voz, su amada e incluso su mortalidad, tras firmar un acuerdo diabólico con Swan, que le impide morir hasta que éste no muera también.

Al matar a Swan, muere también él, como había quedado estipulado en el contrato.

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Actores que lo interpretaron:

William Finley

Películas en las que aparece: