Argentina
Un poco de su vida:
Inició su adolescencia en la clandestinidad, se exilió en España y en México, y regresó exactamente siete años después: ¨No volví a reconstruir mi identidad hasta no volver a mi país.¨ Es una de las responsables de Televisión por la Identidad: ¨Fue una elección que rompe la lógica de la industria.¨
Hija de una abogada laboralista y de un ingeniero y profesor universitario, Bernarda...
+ Llorente inició su adolescencia en la clandestinidad. Luego de años de persecución y de contar –sabe el número exacto– 32 allanamientos en su casa, en San Rafael, Mendoza, su madre junto a ella hallaron refugio en Buenos Aires, hasta exiliarse primero en España y luego en México.
Bernie dejó su casa familiar con el propósito de salvar a su madre, Susana Sanz, que se había convertido en una líder política y regresó luego de siete años de exilio, exactamente el mismo día calendario que había cruzado la frontera pero en sentido contrario. ¨Cinco de octubre de 1984¨, señala sobre el día marcado en su historia.
Llegó convertida en periodista, sin DNI, con el pecho hinchado de anhelo por recuperar su identidad y con un claro propósito de luchar a favor de los Derechos Humanos. ¨No volví a reconstruir mi identidad hasta no volver a mi país, no iba a poder terminar un proceso si seguía mi vida afuera. Me iba a quedar truncada la vida¨, manifiesta y revela, de a poco, parte de su pasado que mantuvo en privado.
Reconocida por su trabajo junto a Claudio Villarruel, inicialmente en Telefe y ahora con OnTV, en las tres décadas de democracia, sumó una licenciatura en Ciencias Políticas y dedicó su trabajo en los medios ¨a aportar en la construcción de la ampliación de márgenes democráticos¨. Durante los diez años al frente de Telefe impulsó ficciones con anclaje social como Montecristo, Vidas Robadas, Resistiré, Ver para leer, Ser urbano y el ciclo de TV X la identidad, que luego extenderían con TV X la inclusión y, la próxima a estrenarse TV X la Justicia. ¨Democratizar los medios es también poder generar contenidos que estimulen a pensar la realidad de una manera diferente¨, sentencia. Ofrece un café, y durante una hora acepta la invitación de olvidar su discreción para repasar en voz alta cómo fue su arribo a la adultez y su recorrido en estos 30 años de democracia. ¨La historia vale contarla públicamente en función de otros¨, explica sobre su decisión de no haber hablado en detalle nunca antes sobre aquellos sucesos que la definieron como la mujer y profesional que hoy es.
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